Asalto al Olimpo

En 2014, los dioses de la raqueta dejaron de ser intocables. La calurosa noche en la que el suizo Stan The Man Wawrinka levant¨® el t¨ªtulo del Abierto de Australia, un pu?ado de tenistas dejaron de sentir que las puertas del Olimpo del tenis estaban cerradas a cal y canto, protegidas por un hechizo. Cuando el croata Marin Cilic celebr¨® el Abierto de Estados Unidos, esos mismos jugadores razonaron que hab¨ªa llegado la hora de intentar asaltar cualquier templo del tenis, que era el momento de la revoluci¨®n. En 2015 se despejan dos inc¨®gnitas: si los favoritos de siempre (Novak Djokovic, Roger Federer, Rafael Nadal y Andy Murray) resisten el envite para restablecer el orden, y si por fin, tantos a?os despu¨¦s, surge un tenista adolescente con la personalidad y las armas para dejar su sello en el circuito.

El a?o de Garbi?e Muguruza

Garbi?e Muguruza disputa su primera temporada como tenista espa?ola. En consecuencia, la tenista nacida en Caracas, de padre espa?ol y madre venezolana, debutar¨¢ con la selecci¨®n en la Copa Federaci¨®n, en febrero y frente a Rumania. La jugadora entrenada por Alejo Mancisidor, de 21 a?os, busca el top-10. Le sobran potencia, decisi¨®n, convencimiento y juego ofensivo. Le faltan continuidad, habilidad para el juego en la media pista y fuelle para mantener su arriesgada apuesta estrat¨¦gica. El curso 2015 medir¨¢ cu¨¢nto se acerca la promesa a la realidad.

Los favoritos se enfrentan a un a?o de dudas. Djokovic, de 27 a?os, se coron¨® en Wimbledon 2014, pero vive su primer curso intentando combinar las exigencias del circuito y la paternidad. Federer, de 33, no gana un t¨ªtulo de la m¨¢xima categor¨ªa desde 2012 y se enfrenta a la ley del paso del tiempo. Nadal, de 28, sigue siendo intocable en su terreno (celebr¨® Roland Garros), pero compite sin casi referencias tras un 2014 marcado por sus problemas en la espalda, su lesi¨®n de mu?eca y una apendicitis. Murray, de 27, siempre competitivo pese a que se qued¨® en blanco el pasado curso, busca confirmar que ya no pena de los efectos de su operaci¨®n de espalda. Los candidatos a castigar esas dudas, democratizar la lucha por los grandes t¨ªtulos y devolver al tenis al siglo XX, cuando cada torneo ten¨ªa una pl¨¦yade de favoritos, son Wawrinka y Cilic por curr¨ªculo; el checo Tomas Berdych y David Ferrer por trayectoria; y el japon¨¦s Kei Nishikori y el b¨²lgaro Grigor Dimitrov por capacidad de desborde.

Esos son hombres a la espera de una oportunidad desde hace a?os. Hay otro tenista, sin embargo, que ni pide permiso ni aguarda a nada: cuando cree que merece algo, lo hace suyo a pelotazos. Su nombre es Nick Kyrgios. Es australiano. Lo verdaderamente importante: siendo solo un adolescente (19 a?os), parece ser el hombre destinado a renovar la elite, donde no irrumpe con fuerza un joven desde Nadal y ya nadie recuerda un caso parecido al de Boris Becker, el campe¨®n de menos edad de la historia de Wimbledon (17 a?os y 7 meses).

El australiano no solo tiene personalidad, capacidad de ataque y un corpach¨®n que le permite servir como un demonio y cubrir pista como los ¨¢ngeles. Al rev¨¦s que muchos de sus compa?eros de generaci¨®n, gente con m¨¢s lengua que partidos ganados, tiene el respaldo de los resultados y la garant¨ªa de lo ya hecho.

En Wimbledon 2014 alcanz¨® los cuartos de final, eliminando por el camino a Rafael Nadal. En el Abierto de Australia 2015 firm¨® una actuaci¨®n estelar, que moviliz¨® a la grada, porque este tenista es de los que crean afici¨®n, espectacular, magn¨¦tico, histri¨®nico y gesticulante. Un adelantado a su tiempo: a los 19 a?os, es el tenista con mejor r¨¢nking del mundo de entre los menores de 23 a?os y ocho meses. Se?al de que cuando logre la continuidad que le falt¨® en 2014, y si le respetan las lesiones, llegar¨¢ hasta las posiciones m¨¢s altas de su deporte. All¨ª, en el ¨¢tico de la clasificaci¨®n, ya nada se da por sentado: aunque Djokovic es un n¨²mero uno de lo m¨¢s s¨®lido, el Olimpo est¨¢ bajo asedio.

Gala Le¨®n debuta en la Copa Davis

Ocurrir¨¢ en julio. Gala Le¨®n debutar¨¢ como seleccionadora masculina de tenis en el cruce que medir¨¢ a Espa?a contra el ganador del Dinamarca-Rusia. Un examen doble por la dificultad de atacar como equipo visitante el primer escal¨®n en la lucha por el ascenso al Grupo Mundial y por la inc¨®gnita por despejar de qu¨¦ tenistas acudir¨¢n a su llamada, tras las tensas relaciones que mantienen la entrenadora y los jugadores, que no la consideran capacitada para el cargo. El proyecto deportivo, en consecuencia, est¨¢ en crisis; y el institucional, marcado por la falta de sinton¨ªa entre la Federaci¨®n y el Consejo Superior de Deportes.