El Celta vuelve a sonre¨ªr
Berizzo salva el puesto al ganar despu¨¦s de tres meses en blanco y tras un final pol¨¦mico
Volvi¨® a ganar el Celta, que no lo hac¨ªa desde el primer d¨ªa de noviembre y viv¨ªa con la agria sensaci¨®n de jugar por menos de lo que se merece por su despliegue futbol¨ªstico. Cant¨® victoria tras un partido en el que pas¨® por todos los estados posibles, atormentado al inicio por no ver puerta, aliviado al conseguirlo en los primeros minutos de la segunda parte, azuzado por el rival en los minutos finales y afortunado por una opereta arbitral en los instantes finales de un partido en el que hizo m¨¢s que un digno C¨®rdoba por ganarlo.
El Celta sali¨® indomable y vertical, con alg¨²n retoque t¨¢ctico que le dio galones a Augusto por delante de la zaga y ayud¨® a que el juego fluyera con continuidad, con rapidez en la circulaci¨®n, un aluvi¨®n que someti¨® al C¨®rdoba, que ten¨ªa una cierta dinamita en el ataque. La mostr¨® al fabricar Ghilas una opci¨®n de gol que Heldon pasaport¨® con un h¨¢bil taconazo para que Sergio ?lvarez se luciese, pero tambi¨¦n estaba inc¨®modo en el repliegue, desajustado en las ayudas y demasiado acunado en su ¨¢rea. Encontr¨® v¨ªas el Celta a partir del estr¨¦pito, de la velocidad y el frenes¨ª, gener¨® un inventario de llegadas que convirti¨® el primer cuarto de hora en un ba?o, un ejercicio de tiro que, con todo, careci¨® de punter¨ªa.
Celta, 1 - C¨®rdoba, 0
Celta: Sergio ?lvarez; Sergi G¨®mez, Cabral, Font¨¤s, Planas; Krohn-Dehli, Augusto (Hern¨¢ndez, m. 89); Santi Mina (?lex L¨®pez, m. 67), Orellana (Radoja, m. 78), Nolito; y Larrivey. No utilizados: Rub¨¦n Blanco, Samu, Radoja, Bongonda y Charles.
C¨®rdoba: Juan Carlos; Gunino, Pantic, Crespo, Edimar; Deivid (Borja Garc¨ªa, m. 77), Rossi; Beb¨¦, Heldon (Abel, m. 45), Ghilas; y Florin. No utilizados: Saizar, Iago Bouz¨®n, Campabadal, Fede Vico y Jos¨¦ Fran.
?rbitro: J. A. Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Orellana, Santi Mina, Heldon, Beb¨¦, Abel. Expuls¨® al t¨¦cnico local Berizzo.
Goles: 1-0. m. 55, Nolito
Bala¨ªdos. 15.502 espectadores.
El gol se le escap¨® al Celta a un palmo de los palos, en las manoplas de Juan Carlos, en el desacierto de sus delanteros. Todo lo hizo bien el equipo de Berizzo hasta que deb¨ªa de poner la r¨²brica, detalle nada balad¨ª cuando se llevan diez jornadas son ganar, sin apenas ver puerta y la cabeza del t¨¦cnico pende de un hilo. Se desesper¨® el Celta con su acierto y su desacierto, incluso con alguna determinaci¨®n arbitral como la de no se?alar un penalti que s¨ª pareci¨® cometido por Gunino sobre Nolito. Decay¨® un tanto (lo contrario hubiera frisado lo inhumano) el cuadro celeste y retom¨® un segundo aire para tratar de adelantarse sobre el final de la primera parte. Volvi¨® a fracasar y se march¨® a la caseta tras generar ocho acciones clar¨ªsimas para marcar, un abrumador dominio y una sucesi¨®n de desastres en los ¨²ltimos metros, con tanto f¨²tbol como ansiedad.
El regreso parti¨® con un punto m¨¢s de pausa, pero al Celta no dejaba de pesarle el desasosiego y el reloj. No tard¨® en engranar marchas y retomar velocidad de crucero, siempre con Orellana como agitador. Y, por fin, Nolito, de nuevo incisivo y participativo, con la casta y la capacidad de quien quiere y puede resolver. Marc¨® un golazo y desterr¨® fantasmas colectivos e individuales, porque no ve¨ªa puerta desde el 18 de octubre, cuando a¨²n se reivindicaba para estrenarse de rojo. Pasada la aquella efervescencia de la internacionalidad tuvo que parar por una lesi¨®n, conoci¨® el banquillo, baj¨® el nivel. Ayer volvi¨® a elevarlo de la mano de Orellana, el mejor futbolista del Celta en tiempos oscuros, una vez m¨¢s faro del equipo en esta ocasi¨®n operando tras el delantero. Suya fue una de esas asistencias sin tocar la pelota que delatan al talentoso. Dio continuidad a un bal¨®n que parti¨® de Santi Mina y se pase¨® por todo el frente defensivo del C¨®rdoba para que Nolito definiese con una rosca genial inalcanzable para Juan Carlos.
Djukic se hab¨ªa rearmado en el descanso con Abel en perjuicio del debutante Heldon. Ten¨ªa menos pegada, pero m¨¢s argumentos para controlar la pelota, algo que no hab¨ªa conseguido durante el tiempo que el marcador estuvo en paridad. Estaba en desventaja, pero despu¨¦s de tanta zozobra al fin y al cabo estaba en el partido y no se trata de una cuesti¨®n menor cuando el rival es el Celta, tan prol¨ªfico y, a veces, brillante en la creaci¨®n como tembloroso en determinadas acciones defensivas, las que tienen que ver con la estrategia y los balones al ¨¢rea, por ejemplo. Ah¨ª tuvo el empate Florin tras un centro al segundo palo en el que Ghilas toc¨® sin marca.
Faltaba un cuarto de hora y al Celta le hab¨ªa cambiado el escenario. Tan valioso era su tesoro, tanto hab¨ªa esperado y bregado para tenerlo, que sinti¨® pr¨®ximo el v¨¦rtigo de dejarlo escapar. Todos los movimientos desde los banquillos apuntaron en la direcci¨®n de la meta de Sergio ?lvarez y hacia all¨ª vir¨® el partido hasta que lleg¨® el sainete: Rossi y Planas porfiaron por un bal¨®n que se escor¨® hacia el sector izquierdo del ¨¢rea del Celta, cayeron ambos y el asistente levant¨® el bander¨ªn se?alando falta del atacante. Ante la protesta de los futbolistas del C¨®rdoba, Teixeira se acerc¨® a su auxiliar y acab¨® viajando hasta el punto de penalti. Vista la acci¨®n repetidas veces en un monitor (habr¨¢ que empezar a valorar que tambi¨¦n en el f¨²tbol puedan emplearse en este tipo de situaciones) era la decisi¨®n acertada, pero entonces el trencilla volvi¨® a dudar.
Desesperado, Berizzo salt¨® al campo para se?alarle que la acci¨®n hab¨ªa sido fuera del ¨¢rea. Entraron al c¨¦sped no menos de veinte personas en un guirigay intolerable para un ¨¢rbitro de Primera Divisi¨®n. Tras cinco minutos de idas y venidas retom¨® la primera decisi¨®n, la err¨®nea. Con ella salv¨® al Celta y quiz¨¢s a Berizzo, que se fue expulsado por su invasi¨®n. Seguramente hasta hizo justicia visto el partido en su conjunto, pero el C¨®rdoba tiene derecho a sentirse perjudicado.
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