Roca Junyent, azote de falsos oriundos
Un informe suyo dio fin a un l¨ªo conocido como el ¡°Timo de los Paraguayos¡±
A Roca Junyent es frecuente verle ahora en los telediarios, como abogado de la Infanta Cristina. Pol¨ªtico de largo recorrido, es uno de los siete padres de la Constituci¨®n y nunca ha dejado de estar presente en el panorama nacional. Pero la primera vez que se oy¨® hablar de ¨¦l fue por el f¨²tbol. Un informe suyo dio fin a un l¨ªo que dur¨® tanto que hasta tuvo dos nombres: ¡°Timo de los Paraguayos¡± y ¡°Timo de los Oriundos¡±.
Tras el fracaso del Mundial de 1962, en Chile, la federaci¨®n prohibi¨® la importaci¨®n de futbolistas. Dej¨®, no obstante, entreabierto un portillo: se podr¨ªa fichar descendientes de espa?oles¡ siempre que no hubieran sido internacionales en su pa¨ªs de origen. ¡°Si no han sido internacionales es que no ser¨¢n buenos¡±, razonaba el aficionado. Pero se arg¨¹¨ªa que podr¨ªan venir j¨®venes con futuro, baratos y que incluso reforzaran a la selecci¨®n.
No circulaba tanta informaci¨®n como ahora, nadie sab¨ªa aqu¨ª qui¨¦n hab¨ªa sido o no internacional
Y empezaron a venir. Ven¨ªan argentinos, uruguayos, chilenos, pero sobre todo paraguayos. Algunos muy buenos. Tan buenos, que costaba pensar que no fueran internacionales, que los hubiera mejores en Paraguay. Por ejemplo, Fleitas, interior en punta que vino al M¨¢laga, de donde lo adquiri¨® el Madrid para hacer pareja con Amancio. O An¨ªbal, l¨ªbero del Valencia.
En eso, en junio de 1969 lleg¨® a El Prat, procedente del Cerro Porte?o, un tal Severiano Irala, extremo de ambos lados o media punta, fichado por el Bar?a. Se le present¨® tan elogiosamente en la rueda de prensa que un periodista pregunt¨® ingenuamente:
A los jugadores latinoamericanos se les buscaban padres para crearles un origen espa?ol
¡ªY si usted es tan bueno, ?c¨®mo no es internacional en Paraguay?
¡ªClaro que soy internacional.
¡ª?Entonces no puede jugar aqu¨ª!
El esc¨¢ndalo se solvent¨® volviendo a admitir a los extranjeros en la Liga
¡ª?C¨®mo que no?
Y cit¨® siete nombres de paraguayos internacionales en Espa?a, entre ellos los de Fleitas y An¨ªbal. Fleitas hab¨ªa pasado justo ese verano al Madrid.
No circulaba tanta informaci¨®n como ahora, nadie sab¨ªa aqu¨ª qui¨¦n hab¨ªa sido o no internacional en Paraguay. As¨ª que intermediarios espabilados hab¨ªan encontrado un funcionario venal en la Federaci¨®n de Paraguay que por mil d¨®lares exped¨ªa un certificado de no internacional. Irala, sin quererlo, descubri¨® el pastel.
La federaci¨®n no permiti¨® que el Bar?a le inscribiera, pero dio como hecho consumado los inscritos con anterioridad. En medio de todo, estaba Fleitas. El Madrid pod¨ªa defender que hab¨ªa comprado a Fleitas aqu¨ª, al M¨¢laga, y que eso no se lo pod¨ªa echar atr¨¢s nadie. Y era verdad. Pero si no se echaba atr¨¢s a Fleitas, ?c¨®mo echar atr¨¢s a otros? As¨ª que todos. ?E Irala? Irala no, porque no lleg¨® a ser inscrito.
Para m¨¢s inri, la Liga empez¨® con un Madrid-Bar?a, 3-3. Fleitas meti¨® dos goles. El mismo d¨ªa, De Felipe lesion¨® a Bustillo. El Bar?a estaba que echaba chispas.
Se acu?¨® como expresi¨®n ¡°El timo de los paraguayos¡±. El secretario de la federaci¨®n, Andr¨¦s Ram¨ªrez, fue suspendido durante seis meses por negligencia in vigilando. Se pens¨® que se hab¨ªa cerrado la brecha. Bastar¨ªa con vigilar bien en cada caso, v¨ªa la FIFA, si el paraguayo de turno hab¨ªa sido o no internacional.
Pero el problema rebrot¨® con m¨¢s fuerza. ?Eran de verdad todos oriundos? ?Tanto dio de s¨ª nuestra ¨ªnclita raza ub¨¦rrima en su aventura americana? Porque ven¨ªan muchos, much¨ªsimos. Aleccionados a medias. ¡°S¨ª, mis abuelos son gallegos, de Celta¡±. O ¡°?Es verdad que sus abuelos eran navarros?¡±. ¡°No, eran de Pamplona¡±. Esto ¨²ltimo corresponde al feroz Aguirre Su¨¢rez, argentino, que vino como paraguayo.
Se les buscaban padres para crearles un origen espa?ol. Algunos argentinos ven¨ªan de paraguayos, para borrar su internacionalidad. Lleg¨® a darse el caso de tres hermanos de padre, Carlos Mart¨ªnez Diarte (Lobo Diarte), Diomedes Mart¨ªnez Cabrera y Luis ?scar Mart¨ªnez Leguizamon, que figuraban como hijos de un industrial gr¨¢fico de Asunci¨®n, Antonio Mart¨ªnez Rubalcaba, al que utilizaron sin su consentimiento.
En el verano 72-73, en medio de aquel coladero, al Bar?a le echan para atr¨¢s los papeles de Juan Carlos Heredia y Fern¨¢ndez Cos. Para el Bar?a, ya es el colmo. El Bar?a, que est¨¢ por la apertura de fronteras, que lo que quiere es traer a Cruyff, se ve de nuevo parado en un sem¨¢foro que s¨®lo se enciende para ¨¦l.
Es entonces cuando Agust¨ªn Montal dice basta. Bien asesorado por un estupendo gerente, Armando Carab¨¦n, crea una comisi¨®n de abogados, con Francisco Segura, Ignacio Gispert y Miguel Roca Junyent, el m¨¢s joven de los tres, compa?ero de bufete en el Gabinete Jur¨ªdico y Econ¨®mico de Narc¨ªs Serra, el que luego fuera alcalde de Barcelona y ministro socialista. Se decide enviar a Roca Junyent (¡°me toc¨® porque era el m¨¢s joven¡±, me comenta con humor) a investigar in situ. Llevaba en su cartera 40 casos de oriundos sospechosos.
¡ªPara m¨ª fue una feliz experiencia de juventud. Lo recuerdo de una manera muy grata. Ten¨ªa un buen contacto de partida, Pertin¨¦, muy bien relacionado. La nacionalidad espa?ola se pierde si se hace servicio de armas en otro pa¨ªs. O sea, que un espa?ol con doble nacionalidad que hace la mili, por ejemplo, en Argentina, deja de ser espa?ol. Y de esos hab¨ªa muchos casos. Hijos o nietos de espa?oles, pero cuyos padres ya no pod¨ªan transmitir la nacionalidad, porque la hab¨ªan perdido en su d¨ªa.
Se vio con bastante militares ¡°algunos de los cuales sonaron luego, cuando el golpe¡±, para consultar fichas de enrolamiento. En C¨®rdoba le ayud¨® mucho Fernando de la R¨²a, m¨¢s adelante presidente de la Rep¨²blica, ¨¦poca en la que fue apodado como Frenando de la Duda, por su car¨¢cter irresoluto. Felizmente, pudo regresar a Barcelona el mismo d¨ªa 24 de diciembre de 1973 para pasar la Navidad en casa.
El informe era demoledor: s¨®lo uno de los 40, Quetgl¨¢s, del Mallorca, estaba legalmente. Los otros 39, no. Dos de ellos, Roberto Mart¨ªnez y Rub¨¦n Valdez hab¨ªan jugado de forma irregular en la Selecci¨®n partidos de clasificaci¨®n para el Mundial.
Lo entreg¨® en el Bar?a. Montal habl¨® con Porta, presidente de la federaci¨®n espa?ola, y le propuso destruirlo a cambio de que se admitiera el fichaje de extranjeros. Porta no estaba seguro de si el informe era tan explosivo o si Montal iba de farol.
El despacho de Roca estuvo en obras esos d¨ªas. La misma empresa pintaba la federaci¨®n catalana. Sospechosamente, el Informe Roca fue fotocopiado y acab¨® en la mesa de Porta. Y ¨¦ste concluy¨® que s¨ª, que era inconveniente que se conociera todo aquello. Entre otras cosas, aparec¨ªa cierto c¨®nsul espa?ol demasiado ligero a la hora de firmar papeles. As¨ª que se reabri¨® la importaci¨®n de extranjeros para la 73-74. El Bar?a fich¨® a Cruyff y Sotil; el Madrid, a Netzer y Mas; el Atl¨¦tico, a Ayala y Cacho Heredia; el Valencia, a Keita y Kurt Jara¡
Algunos falsos oriundos ficharon como extranjeros y a los dos a?os se hicieron espa?oles. Ese fue el caso de Juan Carlos Heredia, que empez¨® cedido en el Elche como extranjero para m¨¢s tarde llegar al Bar?a y a la selecci¨®n.
El Athletic y la Real, que durante todo el proceso se opusieron tanto a extranjeros como a oriundos, estuvieron denunciando como alineaci¨®n indebida todos y cada uno de los casos. Ellos tambi¨¦n hab¨ªan enviado un detective, Jos¨¦ Luis Gallo, que lo pas¨® muy mal. Las denuncias fueron acumul¨¢ndose hasta que se dict¨® un indulto general. Y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria.
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