El sambenito de Luis Su¨¢rez

Brazos arriba, lamento, grito de rabia, otro lamento y cabeza gacha. Ritual reincidente de Luis Su¨¢rez, que hace de todo menos goles en el Bar?a, una preocupaci¨®n que agranda en cada encuentro. ¡°Soy un delantero y vine a marcar¡±, record¨® tras batir al C¨®rdoba y festejar su primer gol en la Liga. Pero no le salen las cuentas al uruguayo, que suma 18 partidos en la competici¨®n y s¨®lo dos goles, una tara may¨²scula para un ariete que cost¨® 80 millones y que en el curso pasado, entonces con el Liverpool, le alcanzaba con media ocasi¨®n para reventar la red (31 dianas hizo, pichichi de la Premier). Ante el Villarreal disfrut¨® de cuatro claras y no emboc¨® una. ¡°Est¨¢ obsesionado con el gol, m¨¢s que nada porque todo el mundo se lo recuerda y el chaval est¨¢ d¨¢ndole vueltas¡±, reflexion¨® en el entreacto Carles Rexach, ex jugador y ex t¨¦cnico azulgrana que ahora forma parte de la comisi¨®n deportiva del club; ¡°no debe darle tantas vueltas. Todos los goleadores han pasado por estas situaciones. Sin ir m¨¢s lejos, el a?o pasado le pas¨® a Neymar¡±.

Luis Enrique, en cualquier caso, no pierde la ocasi¨®n de elogiar al punta cuando le dan oportunidad: ¡°Pocos jugadores se mueven como Luis Su¨¢rez¡±, explic¨® d¨ªas atr¨¢s; y anoche a?adi¨®: ¡°Marcar¨¢ goles importantes esta temporada. Me preocupar¨ªa si no generase ocasiones de gol, pero no es as¨ª. Aporta juego asociativo, trabajo defensivo, es b¨¢sico y fundamental. No tiene fortuna, pero los goles llegar¨¢n¡±. Ocurre que, de momento, no llegan. Mientras tanto, ¨¦l ejerce como nadie la presi¨®n, siempre con un par de pasitos al trote de despiste para luego hacer una arrancada explosiva; fija a los centrales con su brega, contento con el juego de choque y contacto; y aunque le cuesta mezclar de primeras en las zonas concluyentes ¡ªexigencia de los t¨¦cnicos Messi y Neymar¡ª, genera huecos con sus desplazamientos. Y, sobre todo, se desmarca de maravilla, como en el segundo tanto azulgrana, cuando recibi¨® de espaldas, se gir¨® sobre s¨ª mismo y sac¨® un centro que Messi remat¨® y Rafinha remach¨® a gol. Tambi¨¦n fue de lo m¨¢s generoso en el tercer tanto. Control¨® en el balc¨®n del ¨¢rea y le dio el pase a Leo, que solt¨® el latigazo con la derecha. Pero cuando mir¨® hacia la porter¨ªa rival, el horizonte se le difumin¨®.

¡°Me encanta asistir, pero me compraron para marcar¡± Luis Su¨¢rez, delantero del Bar?a

Luis Su¨¢rez, sin embargo, ha dado 11 pases de gol (ocho en Liga, dos en Champions y uno m¨¢s en Copa). ¡°Me encanta dar asistencias, pero a m¨ª me compraron para marcar. Siempre he vivido del gol¡±, dijo hace unos d¨ªas. Pero no funciona. Frente al equipo amarillo, Iniesta le ley¨® el desmarque y Luis Su¨¢rez, con prisa, se revolvi¨® y chut¨® a la carrera, demasiado cruzado. Repiti¨® jugada y pifia despu¨¦s, en una media vuelta a la altura del punto de penalti que no atin¨® a resolver. Y luego atendi¨® un centro de Alves y la enganch¨® de primeras, disparo soberbio ayudado por una r¨¢faga de viento que Asenjo se content¨® con repeler a c¨®rner. Para colmo de sus males, en una jugada de lo m¨¢s alocada, tras un penalti no se?alado a Neymar, Alves chut¨®, rebot¨® el esf¨¦rico en Asenjo y cuando la pelota fregaba al palo, Luis Su¨¢rez se resbal¨® y no cabece¨® a gol, ya demasiado forzado. Todo un sambenito para el 9 que se desfonda y suma sin parar, aunque no sean goles. Una labor, sin embargo, que el Camp Nou aprecia: le core¨® a falta de un cuarto de hora, cuando Pedro le dio relevo en el campo. Luis Su¨¢rez, entonces, aplaudi¨® a la grada. Pero no sonri¨®; le faltaba la recompensa de su trabajo, el gol. Se fue al banquillo, se quit¨® las botas y las lanz¨® al suelo en un gesto que delat¨® su disgusto.