El perd¨®n de Serena Williams
La n¨²mero uno mundial anuncia que volver¨¢ a jugar el pr¨®ximo mes de marzo en el torneo de Indian Wells, donde no compite desde 2001 por los insultos racistas del p¨²blico
Serena Williams ten¨ªa 19 a?os y se pas¨® horas llorando en el vestuario. Era 2001. El p¨²blico de Indian Wells, uno de los torneos m¨¢s importantes de Estados Unidos, su pa¨ªs, le acababa de abuchear. Al saltar a la pista para la final, la menor de las hermanas Williams hab¨ªa escuchado imitaciones de los sonidos guturales de un mono. Hab¨ªa visto c¨®mo sus compatriotas celebraban sus dobles faltas contra Kim Clijsters. Hab¨ªa ganado, y a¨²n as¨ª lloraba en el vestuario, maldiciendo ¡°el racismo¡±, sintiendo que hab¨ªa ¡°perdido la batalla por la igualdad¡± y reviviendo ¡°las pesadillas¡± de la juventud de su padre Richard en el sur profundo. "Nunca m¨¢s", se dijo la hoy n¨²mero uno del mundo, que desde entonces no ha vuelto a jugar en la cita californiana, asumiendo con una sonrisa la multa consecuente (es un torneo obligatorio) y el cero en la clasificaci¨®n. Hasta hoy. A los 33 a?os, la ganadora de 19 grandes, que acaba de coronarse en el Abierto de Australia, ha anunciado que volver¨¢ a competir el pr¨®ximo mes de marzo en Indian Wells mediante un art¨ªculo de su pu?o y letra publicado en Time.
¡°Trece a?os despu¨¦s, las cosas han cambiado¡±, explic¨® la campeona de campeonas. ¡°Hace unos meses, cuando el seleccionador ruso Shamil Tarpsichev hizo unos comentarios racistas y sexistas sobre Venus y yo [les llam¨® los hermanos Williams], la WTA y la Federaci¨®n estadounidense le criticaron inmediatamente¡±, a?adi¨®. ¡°Eso me record¨® lo mucho que ha avanzado este deporte y lo mucho que he avanzado yo¡±, sigui¨®. ¡°Tengo la suerte de estar en un punto de mi carrera en el que no tengo nada que demostrar. (¡) Juego por amor al tenis. Con ese amor en la cabeza, y con una nueva comprensi¨®n del verdadero significado del perd¨®n, volver¨¦ orgullosa a Indian Wells en 2015¡±.
Tengo la suerte de estar en un punto en el que no tengo nada que demostrar. Juego por amor al tenis Venus Williams
Esto fue lo que pas¨® en 2001. ¡°Fue un d¨ªa que avergonz¨® a Am¨¦rica¡±, escribi¨® Richard Williams en su libro Blanco y Negro. ¡°El coro de abucheos que cay¨® como una cascada mand¨® un mensaje poderoso a Serena, a Venus, a m¨ª y a Am¨¦rica. Un mensaje del pasado, uno que Am¨¦rica intenta dejar atr¨¢s pero nunca puede olvidar. Una fotograf¨ªa de los d¨ªas en la que la humillaci¨®n abierta de la raza negra se aceptaba sin dudas. Las acusaciones y los ep¨ªtetos racistas volaron por el estadio¡±.
Esa densa lluvia de descalificaciones se produjo en la final, pero se coci¨® en las semifinales. Las hermanas Williams deb¨ªan haberse enfrentado en la pen¨²ltima ronda, pero Venus, la mayor, aquejada de una tendinitis, no se present¨® a la cita y dej¨® paso libre a su hermana. Vista su relaci¨®n familiar, un sector de la grada interpret¨® un ama?o. Los abucheos en el encuentro decisivo afectaron hasta las l¨¢grimas a aquella joven que con su hermana hab¨ªa roto barreras t¨¦cnicas (trajeron el tenis de fuerza), de g¨¦nero (lucharon por la igualdad de premios con los hombres) y raciales en su deporte. A Serena nunca se le olvidar¨¢ la cara descompuesta de su padre Richard en el palco, donde tambi¨¦n se sentaba Venus.
La estadounidense se empez¨® a plantear su vuelta al torneo californiano cuando Barak Obama lleg¨® a la presidencia de los Estados Unidos. Para ella, fue la primera se?al de que los tiempos hab¨ªan cambiado y permit¨ªan que cicatrizara su herida. Desde aquel 2008, la n¨²mero uno mundial coquetea con la idea de retornar a esas pistas. Hoy, la campeona de 19 grandes est¨¢ dispuesta a dar una segunda oportunidad al torneo californiano. ¡°Juntos¡±, cerr¨® su art¨ªculo, ¡°tenemos la oportunidad de escribir un final distinto¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.