Alternativas al All Star
El fin de semana del All Star es, adem¨¢s de un punto y aparte en la interminable temporada de la NBA, una forma de medir a los mejores entre los mejores. Tambi¨¦n es un ejercicio de democracia: los aficionados eligen a sus favoritos. Luego est¨¢n los concursos de mates y triples, y la cosa rara esa del concurso de habilidad. Todo se resume en una palabra: espect¨¢culo. Es dif¨ªcil imaginarse una NBA sin todo esto.
S¨®lo tengo una objeci¨®n: no necesitamos el All Star tal y como est¨¢ planteado.
Veamos lo m¨¢s destacado de este a?o: estuvo bien cuando Marc y Pau se abrazaron antes del partido (y luego otra vez, cuando Marc exager¨® una falta sobre Pau en el segundo cuarto). Tambi¨¦n ese mont¨®n de canastas, la mayor¨ªa mates y triples. Al llegar al tercer cuarto, todos cambiamos para hacer cualquiera de las 100.000 cosas m¨¢s interesantes que seguir viendo el partido (desde reorganizar la vajilla hasta planificar tu propio funeral).
Puede que no sucediese exactamente as¨ª pero estoy seguro de que, aunque escrib¨ª este texto antes del All Star, he acertado bastante. ?Por qu¨¦? Pues porque este tipo de partidos tiende a ser aburridamente repetitivos. La raz¨®n principal es que los jugadores tienen menos inter¨¦s en el propio partido del que pueda tener yo en estar en el dormitorio de mis padres durante una sesi¨®n vigorosa de sexo entre ellos.
Este tipo de partidos tienden a ser repetitivos. Son un vestigio de un pasado en el que no exist¨ªa el marketing
Ve¨¢moslo desde su punto de vista (el de los jugadores, no el de mis padres). Por un lado est¨¢ el subid¨®n de estar seleccionado (es un reconocimiento, te dan un uniforme guay y, adem¨¢s, incluso podr¨ªas jugar contra tu hermano). Sin embargo, lo que es salir a la cancha ya no est¨¢ tan bien (corres el riesgo de lesionarte o de que Kevin Durant te deje en evidencia mientras hace un mate en tu cara).
Por eso el partido es tan horrible. Y por eso muchos jugadores se borran alegando una lesi¨®n: prefieren unos d¨ªas de descanso para coger fuerzas ante lo que queda de la interminable temporada regular.
El All Star es un vestigio de un pasado en el que no exist¨ªan ni el marketing ni las tormentas de ideas. Alguien dijo: ¡°Tenemos un mont¨®n de jugadores, ?qu¨¦ podemos hacer para promocionar nuestro deporte?¡± Y la mejor respuesta que se les ocurri¨® fue ?que jugasen al baloncesto! As¨ª que, ahora que ya sabemos que esa no era la mejor opci¨®n, ?por qu¨¦ no hacemos algunos cambios? Aqu¨ª cuatro posibles alternativas para hacer con los jugadores: 1. Que jueguen al golf. 2. Que jueguen a los dardos. 3. Que aprendan a surfear. 4. D¨¦mosles 10.000 d¨®lares y veamos c¨®mo se los gastan (apuesto a que Marc lo dilapida todo en una ba?era de hidromasaje).
O mezcl¨¦moslas. Un a?o golf, al siguiente surf¡ Hagamos que los jugadores cambien miedo por expectaci¨®n. As¨ª, adem¨¢s, tambi¨¦n tendremos algo que merezca la pena en la tele en lugar de algo que al final no terminamos nunca de ver porque sabemos que, pase lo que pase, nunca suceder¨¢ nada interesante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.