Muguruza, derrota llena de lecciones
La hispanovenezonala compite bien pero cae 6-4, 5-7 y 7-5 ante Pliskova en unas vibrantes semifinales de Dub¨¢i
Karolina Pliskova, la tenista con m¨¢s victorias de 2015 (17), derrot¨® 6-4, 5-7 y 7-5 en 2h 53m a Garbi?e Muguruza en semifinales del torneo de Dub¨¢i. Si es cierta la letan¨ªa tantas veces repetida por los deportistas, eso de que de las derrotas se aprende m¨¢s que de las victorias, la hispano venezolana habr¨¢ sacado lecciones fundamentales de un partido competido a coraz¨®n abierto. Hay cosas que no se pueden ense?ar. El convencimiento con el que Muguruza intent¨® la remontada (tuvo dos bolas de break que le dejaban sacando por la final) no se puede aprender leyendo un manual, entrenando o escuchando a un t¨¦cnico. Se tiene o no se tiene. Desencajada tras perder el primer set (¡°Es m¨¢s fuerte que yo¡±, le confes¨® a Alejo Mancisidor, su t¨¦cnico), la hispano venezolana se agarr¨® el duelo como el sediento a una fuente de agua. Con desesperaci¨®n. Con pasi¨®n. Con un hambre que nace de las entra?as. El partido se le march¨® por el talento de la rival, los errores en el saque y su mala gesti¨®n de las bolas a media pista, pero dej¨® una pista de que esta tenista de 21 a?os ha llegado para quedarse.
El lunes, Muguruza, volver¨¢ a ser una de las 20 mejores tenistas del planeta. Pese al marcador en contra y la tensi¨®n de querer y no poder, la pupila de Mancisidor sigui¨® buscando y buscando, creyendo en ese break que no llegaba e intentando abrir un camino donde solo hab¨ªa una selva infranqueable. Pliskova, una tenista que supera el 1,80m, defendi¨® sus juegos al saque con servicios impecables, y martille¨® al resto. Plantada sobre la l¨ªnea, ella mand¨® y su rival corri¨®. Ya desde el primer juego, la checa fue quien llev¨® la voz cantante. Muguruza puso todo su empe?o en que aquello no fuera un mon¨®logo, sino un di¨¢logo. Sus tremendos golpes de fondo le permitieron agarrarse al encuentro e incluso so?ar con darle la vuelta. Disfrut¨® de 14 bolas de break (convirti¨® una). Junt¨® cuatro en el 3-2 de la segunda manga. Solo la pericia de Pliskova en el servicio evit¨® la rotura. Cuando uno lo hace bien y el contrario lo hace mejor, solo queda quitarse el sombrero.
La checa buscar¨¢ el t¨ªtulo contra la ganadora del Simona Halep-Caroline Wozniacki
Pero ah¨ª segu¨ªa Muguruza. Luchando. Sufriendo. Pegando. Iba Pliskova por la pista como quien va por una pasarela. Gloriosa. Imperial. Protagonista. Marchaba la hispano venezolana como quien est¨¢ en unas maniobras militares, enfangada, arremangada, poniendo el coraz¨®n y el alma en cada punto, porque en cada punto se jugaba su supervivencia. De ese duelo de extremos en la segunda manga sali¨® perdedora la checa porque cuando le toc¨® dejar de desfilar y ponerse a pelear se le hizo demasiado grande la diferencia. A Muguruza no. Muguruza se gan¨® la bola de set al resto en el 6-5 y la devor¨® con la avaricia de quien siente que su sitio est¨¢ en la alfombra roja y que hasta entonces le han tenido injustamente encerrada lejos de los focos.
Y entonces, la guerra. El tercer set es ya una pelea cuerpo a cuerpo. Las dos tenistas reparten desde el fondo y atacan con ambici¨®n la red. Los puntos se deciden a tumba abierta, de poder a poder, jugando sin red. Ya van m¨¢s de dos horas de encuentro. Otro marat¨®n para la n¨²mero 24, que ya consumi¨® 2h 19m en cuartos. Pliskova se lleva el break y saca por el duelo. Es ya la hora de que Muguruza diga adi¨®s. Lo f¨¢cil es dimitir. Y a¨²n as¨ª, se procura tres bolas de break que apunto est¨¢n de dejarla en el tie-break decisivo. Eso es lo que se lleva la derrotada del encuentro: ver que compite cuando no juega excelentemente, saber que puede ir al t¨² a t¨² en las peores circunstancias.
La checa buscar¨¢ el t¨ªtulo contra la ganadora del Simona Halep-Caroline Wozniacki. Es una tenista en ebullici¨®n, que lidera la ola de nuevas competidoras con ambiciones de protagonizar los grandes encuentros en los escenarios m¨¢s prestigiosos. Muguruza est¨¢ en ese grupo. Para optar a todo, la hispano venezolana necesita a?adirle matices a su juego, sumar soluciones, y depurar su volea. Pliskova, m¨¢s hecha como competidora, tiene algunas de las cosas que ella busca. Con 21 a?os, a la hispano venezolana le sobra el tiempo para encontrarlas.
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