Nadal coge aire
El espa?ol, fresco de piernas, apura hasta las tres de la madrugada para remontar 4-6, 7-5 y 6-0 a Pablo Cuevas y llega a semifinales, donde le espera Fognini
![Juan Jos¨¦ Mateo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F1228d29c-d423-4ecf-9105-891d7df471c3.jpg?auth=14375061413b532409017eb7f95b809eefda00aea8a00c97eb448c5d0cf243ab&width=100&height=100&smart=true)
![Nadal, en Rio.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GPDHEY3BJRYTJCKA44YVWZMKRY.jpg?auth=7856519d5fd391913d9a12212c7cf2cd9f9afc1208a8fe44b1aa32da747f8e40&width=414)
Hay victorias que permiten adquirir certezas. Rafael Nadal remonta 4-6, 7-5 y 6-0 a Pablo Cuevas en cuartos del torneo de Rio. A ese resultado llega sufriendo, peleando y sudando a chorros en la madrugada brasile?a. La tensi¨®n es tanta que el n¨²mero tres se marcha al vestuario, vuelve a la pista con el pantal¨®n al rev¨¦s, disputa as¨ª un juego y luego se cambia en la cancha. Es Nadal contra Cuevas y Nadal contra Nadal, porque se enreda su rev¨¦s y le falta claridad a su propuesta. Pasadas las tres de la magrugada, sin embargo, el favorito alza los brazos sabiendo que empieza a encontrar la continuidad que le falta desde 2014, cuando pen¨® de la espalda, la mu?eca y una apendicitis, y que sus piernas y sus pulmones est¨¢n listos para extender lo que haga falta la pelea. Eso, que no se puede dar por supuesto en un tenista que abri¨® 2015 tras disputar menos de diez partidos desde junio de 2014, permite al campe¨®n de 14 grandes creer hasta el final, luchar con fe, so?ar aunque est¨¦ viviendo una pesadilla. Pasa en Rio. Cuevas, dominante de inicio, acaba asfixiado. Nadal, como si se hubiera dado un paseo.
El partido empez¨® de madrugada. A Nadal le cost¨® encontrar buenas sensaciones. Jug¨® corto. Dej¨® bolas atacables. No consigui¨® encontrar el rev¨¦s a una mano de Cuevas, su gran especialidad. Los dos rivales, gente que disfruta compitiendo sobre arcilla, apostaron por jugar con altura, porque la bola picara e incomodara al contrario al obligarle a golpear por encima del hombro. Eso le funcion¨® mucho mejor al uruguayo que al espa?ol. El n¨²mero 23 acab¨® encontrando en esos intercambios una bola corta que atacar. El n¨²mero tres apenas encontr¨® algo. Se movi¨® muy bien, pero no consigui¨® que sus tiros percutieran lo suficiente como para incomodar a Cuevas, un tenista de mano firme, antebrazo fuerte e ideas claras. La bola alta del campe¨®n de Sao Paulo hiri¨® su drive, y con el rev¨¦s propio no encontr¨® seguridades: falto de fluidez en el golpe, fall¨® m¨¢s que acert¨®.
A los 28 a?os, conoce de memoria los caminos hacia la victoria, y m¨¢s en su superficie favorita, donde ha escrito el manual que se estudia en las academias. Apoyado en el primer servicio, Nadal creci¨® en la segunda manga. Empez¨® a golpear m¨¢s plano. Orill¨® a Cuevas sobre el rev¨¦s para luego abrir pista al lado contrario. Con eso y buenas dosis de su conocida capacidad competitiva, el mallorqu¨ªn intent¨® compensar su mal d¨ªa al rev¨¦s y la inspiraci¨®n del rival.
Y entonces, Cuevas empez¨® a dar se?ales de agotamiento. Hab¨ªa corrido el uruguayo como corre un ni?o, feliz y libre. Hab¨ªa intentado igualar el ritmo del espa?ol, que es el de un n¨²mero uno. Y as¨ª, ahogado por esa intensidad que solo iguala Novak Djokovic, el n¨²mero 23 se vio obligado a tomarse un respiro. Fueron cinco minutos. Apenas un ratito para coger aire y volver a la pelea. Le costaron el duelo. Cuevas abri¨® la boca para respirar en el 5-5 del segundo set. Para cuando saci¨® sus pulmones, hab¨ªa encajado un 8-0 y hab¨ªa perdido el partido.
Nadal jugar¨¢ ahora por la final con el italiano Fognini, un tenista tan talentoso como irascible. Fresco de piernas, todav¨ªa no encuentra el punto justo con la raqueta. Le sobran valores que siempre le distinguieron, para ¨¦l innegociables, por mucho que ya lo haya ganado todo: ganas, pasi¨®n y hambre. Por otra parte, David Ferrer venci¨® a Juan M¨®naco y buscar¨¢ las semifinales ante Andreas Haider-Maurer.
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