Nadal se queda seco
Fognini jugar¨¢ la final contra Ferrer tras ganar 1-6, 6-2 y 7-5 al mallorqu¨ªn, de rodillas en el suelo por un calambre
Fabio Fognini derrot¨® por 1-6, 6-2 y 7-5 a Rafael Nadal en semifinales del torneo de R¨ªo y se cit¨® este domingo con David Ferrer (7-5 y 6-1 a Haider Maurer) en la lucha por el t¨ªtulo (22.00, C+). Por encima del resultado, qued¨® la imagen de un tenista sin chispa, que no pudo capitalizar su buen arranque del partido (set y break) y se diluy¨® con el avance de los minutos, probablemente pagando lo tard¨ªsimo que hab¨ªa acabado la v¨ªspera su encuentro de cuartos (3.30). Sin moverse con soltura, Nadal es menos Nadal. Dolorido como ¨¦l termin¨® el encuentro, nadie puede optar al triunfo. A mediados del tercer set, el espa?ol empez¨® a acalambrarse. Acab¨® hincando una rodilla en el albero, incapaz de moverse por el dolor que sent¨ªa en un abductor. Lo nunca visto.
Fognini arranc¨® de borr¨®n en borr¨®n. Desangr¨¢ndose por el rev¨¦s. Sin meter una bola dentro. Nadal no hizo m¨¢s preguntas. En un visto y no visto, se llev¨® la primera manga y se adelant¨® con break en la segunda. Parec¨ªa una victoria de alfombra roja. Un paseo militar. Sin embargo, este Nadal carece todav¨ªa de la consistencia necesaria para pisar el acelerador y no mirar atr¨¢s. No remata porque el saque no le acompa?a. El rev¨¦s le va a rachas. Le cuesta consolidar las ventajas y mandar en los peloteos que disputa con su segundo servicio. Con el solo apoyo del drive no pudo contener las acometidas del talentoso italiano, que adem¨¢s se movi¨® como los ¨¢ngeles, defendiendo y contraatacando como mandan los c¨¢nones del tenis sobre tierra batida.
Nadal sum¨® 12 errores no forzados solo en la segunda manga. Se enfrent¨® al ¨¢rbitro, que le hizo jugar un punto con segundo saque por lo que consider¨® como reiteradas p¨¦rdidas de tiempo entre punto y punto (¡°Voy a pedir que no me arbitres nunca m¨¢s. Eres el que m¨¢s presi¨®n me mete con diferencia del circuito. No puedo m¨¢s. No puedo m¨¢s¡±, le dijo al juez de silla, el brasile?o Carlos Bernardes). Esos segundos preciosos en los que el espa?ol intent¨® coger aire retrataron perfectamente sus problemas.
Tras ganar su partido de cuartos de final, contra Cuevas, al filo de las 3.30 de la madrugada, el campe¨®n de 14 grandes pareci¨® falto de fuerzas y sin la suficiente chispa en las piernas para afrontar un nuevo desaf¨ªo menos de 24 horas m¨¢s tarde. A los 28 a?os, mediado el segundo set el favorito empez¨® a moverse peor y abri¨® una puerta que Fognini derrib¨® a pelotazos. El espa?ol entreg¨® la segunda manga sin pelearla hasta la ¨²ltima pelota, con un break concedido en blanco, en ¨¦l se?al de que algo no marchaba.
Y as¨ª se lleg¨® al tercer set. Con el italiano subiendo y el espa?ol bajando. Con Fognini en un sue?o y Nadal en una pesadilla. Con el aspirante peg¨¢ndole a la pelota tocado por la inspiraci¨®n de los dioses y el favorito peg¨¢ndola igual que si le aconsejara un mal amigo. La sombra del n¨²mero tres, en cualquier caso, es alargada. Un tenista no llega a dominar como ¨¦l una superficie sin que eso deje su huella en el vestuario. Un competidor no entra en el top-10 de los m¨¢s victoriosos de siempre (713 partidos ganados) sin que los contrarios tomen nota y en consecuencia le guarden respeto. Como si estuviera asustado por la oportunidad que se le presentaba, que era la de firmar la derrota n¨²mero 25 del tit¨¢n de la arcilla en su superficie favorita, Fognini le ofreci¨® a Nadal tres bolas de break en el arranque del parcial decisivo.
Que el n¨²mero tres no aprovechara ninguna de esas oportunidades fotografi¨® sus dificultades. No le acompa?¨® el f¨ªsico ni la raqueta. Cuando busc¨® un ganador, no lo encontr¨®. Cuando intent¨® alargar el punto, dej¨® bolas cortas que atac¨® su contrario. Cuando quiso cubrirse el rev¨¦s en los restos, dej¨® la pista abierta, extendiendo una invitaci¨®n franca a que Fognini le pusiera su firma al peloteo. Lleg¨® tarde a varios restos. Intent¨® buscar en la red lo que no encontraba desde la l¨ªnea de fondo. El italiano, finalmente, conquist¨® el encuentro pese a que su rival tuvo un interesante resto en sus manos con 5-5 y 30-30. Nadal jugar¨¢ ahora en Buenos Aires. Hasta Argentina se marcha el espa?ol con malas sensaciones: no domin¨® con claridad ninguno de sus cuatro partidos en Brasil, acab¨® acalambrado y el primer torneo desde Roland Garros sobre tierra, su cuna, le dej¨® sin premio.
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