La experiencia fallida italiana
El cierre parcial de las gradas no ha frenado en el calcio la violencia verbal
¡°N¨¢poles, el c¨®lera¡±, o ¡°Vesubio, l¨¢valos con el fuego¡± son s¨®lo algunos de los c¨¢nticos que se suelen escuchar en los estadios del norte de Italia (sobre todo en el de la Juve). Para acabar con la violencia verbal en los campos de f¨²tbol, la federaci¨®n italiana impuls¨® en 2013 una medida que preve¨ªa el cierre parcial de las gradas. La medida sancionaba la llamada ¡°discriminaci¨®n territorial¡±, es decir, cualquier insulto, c¨¢ntico y pancarta que ofendiera a los rivales por su procedencia. En Italia, desde siempre, ha habido mucha discriminaci¨®n entre norte y sur; a los del sur se le llama despectivamente ¡°terroni¡± (lo m¨¢s parecido a ¡°sudaca¡±, para poner un ejemplo). La norma, sin embargo, ha durado apenas un a?o. El pasado mes de agosto, ante la presi¨®n de los clubes, la federaci¨®n la suspendi¨®. Ahora, los equipos son sancionados ¨²nicamente con multas (de 10.000 a 50.000 euros en Primera, de 6.000 a 50.000 en las dem¨¢s categor¨ªas) y s¨®lo en caso de reincidencia.
Los radicales planearon infringir la normativa a la vez para que se cerraran todos los estadios
El castigo no funcion¨® en Italia. Hubo muchos casos de reincidencia. Algunos sectores de los estadios de la Juve, del Inter, de la Roma, por ejemplo, se cerraron en repetidas ocasiones sin que ello sirviera para acabar con la violencia verbal. En el calcio se sigue castigando el racismo, pero no la discriminaci¨®n territorial. A los dos meses de que la norma entrase en vigor, los ultras de todos los equipos emitieron un comunicado conjunto para dejar clara su postura. Se pusieron de acuerdo para cantar coros discriminatorios todos los domingos en todos los estadios hasta que se cerraran todos los de Primera. En San Paolo, estadio del N¨¢poles, la provocaci¨®n fue m¨¢s lejos. Los propios ultras napolitanos colgaron una pancarta que pon¨ªa: ¡°N¨¢poles, el c¨®lera¡± y otra al lado: ¡°Y ahora cerradnos el estadio¡±.
Adriano Galliani, vicepresidente de la Lega Calcio (la LFP italiana), fue el que m¨¢s campa?a hizo para que se quitara la norma contra la discriminaci¨®n territorial. Quer¨ªa tutelar a los clubes. El corporativismo ante todo. Daba igual lo que se cantara en los estadios. ?l, dec¨ªa, nunca escuchaba c¨¢nticos ofensivos (los napolitanos eran la v¨ªctima favorita en todos los campos). Y, sin embargo, sigue habi¨¦ndolos. El martes, sin ir m¨¢s lejos, en el Juventus Stadium, durante el partido de Champions contra el Borussia, apareci¨® una pancarta que pon¨ªa: ¡°Napoli colera [N¨¢poles, el c¨®lera]¡±.
Ahora se sigue penando el racismo, pero no los insultos referentes al origen geogr¨¢fico
La UEFA ha dado muchos toques a la federaci¨®n para que tome medidas contra el racismo. Es m¨¢s, en 2009, despu¨¦s de un Inter-Juve en el que Balotelli fue v¨ªctima de insultos racistas, pidi¨® a la federaci¨®n italiana que interviniera y el estadio bianconero fue cerrado un partido. La primera vez que la UEFA cerr¨® un estadio italiano por racismo fue en 2004. Fue el Ol¨ªmpico de Roma despu¨¦s de Lazio-Partizan de Belgrado. Ese a?o el club fue sancionado dos veces m¨¢s por el mismo motivo. Han pasado m¨¢s de diez a?os desde entonces y el Ol¨ªmpico sigue siendo escenario de actos racistas. En octubre de 2013 volvieron a clausurar el estadio (el fondo de los ultras) despu¨¦s de un partido de Liga Europa entre Lazio y Varsovia. En las gradas apareci¨® esta pancarta: ¡°Eslavo, hueles a mierda¡±. Ocho meses antes la Lazio ya hab¨ªa tenido que jugar a puerta cerrada los octavos de Liga Europa contra el Stuttgart despu¨¦s de que unos 200 aficionados hicieran el saludo fascista en las gradas durante un partido contra el Tottenham. Era la cuarta sanci¨®n al Lazio por racismo ese curso. Y siguen. El pasado febrero le cerraron el fondo de los ultras despu¨¦s de c¨¢nticos racistas a Edenilson y Niang, del G¨¦nova.
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