El gran enfado de Ruth Beitia
La c¨¢ntabra termina quinta en la final m¨¢s baja de salto de altura
Hace 10 a?os justos,?Ruth Beitia consigui¨® la medalla de plata en los Europeos de Madrid saltando 1,99 metros. Con esa misma marca, ayer, en el caldead¨ªsimo pabell¨®n de Praga, m¨¢s de verano que de primavera justamente, la c¨¢ntabra habr¨ªa ganado el oro sobrada, pues se lo llev¨® la rusa Kuchina, tras desempate con la joven que llega, la italiana Alessia Trost, con un salto de 1,97m. Beitia, ella, se qued¨® en 1,94m, quinta y ¡°muy enfadada¡±. Hab¨ªa perdido una gran oportunidad en una final que no volaba tan bajo desde hace 20 a?os.
Hice cada salto con una carrera diferente; ir¨®nicamente, pens¨¦ que lo ten¨ªa todo controlado Ruth Beitia
Fue el fin de una racha que dur¨® cinco medallas consecutivas en la competici¨®n, la ¨²ltima de oro: para muchos, podr¨ªa ser el comienzo del declive de la que parece eterna atleta; no, para ella, que se reproch¨® no haber estado a la altura que requer¨ªa la competici¨®n (¡°no hice ning¨²n salto igual, cada uno con una carrera diferente: e, ir¨®nicamente, pese a eso, pens¨¦ que lo ten¨ªa todo controlado¡±, dijo Beitia, quien comenz¨® su concurso con un premonitorio nulo en su primera altura, 1,85m), pero manifest¨® que se preparar¨ªa para el Mundial de verano, en Pek¨ªn, con la misma ilusi¨®n y dedicaci¨®n. ¡°Hac¨ªa tiempo que no me enfadaba en una competici¨®n¡±, dijo la saltadora santanderina, como quien descubre una emoci¨®n que no sab¨ªa que pose¨ªa. Beitia dentro de unas semanas cumplir¨¢ 36 a?os y hace uno gan¨®, con un salto de 2,01m, los Europeos al aire libre.
La experiencia le puede a la juventud
De la misma generaci¨®n que Beitia, solo ocho meses mayor, Jes¨²s Espa?a, su cuarto puesto en la final de 3.000m refleja una de las realidades del medio fondo y el fondo espa?oles. Es la realidad del atleta tan profesional que roza lo asc¨¦tico en su vida y preparaci¨®n y que ha logrado alargar su carrera y su rendimiento gracias a una inteligencia natural ¨²nica a la hora de correr. No era el espa?ol mejor en los 3.000. Adel Mechaal, el fen¨®meno de Palam¨®s, le hab¨ªa derrotado con facilidad en los campeonatos de Espa?a y anunciaba marcas ¨²nicas en una final en la que no ve¨ªa rivales. Espa?a, viejo sabio, sali¨® lento, a su ritmo, conociendo sus l¨ªmites y sus piernas, tal como hab¨ªa corrido, con el reloj en las manos, las semifinales. Mechaal, entusiasta, pose¨ªdo por esa sensaci¨®n de invencibilidad que domina a los j¨®venes que se ven fuertes, corri¨® sin pensar al ritmo imposible y asesino del turco de origen keniano Al¨ª Kaya, a ritmo de 7m 30s. Mechaal sucumbi¨®, y reconoci¨® su error. Espa?a le super¨® en las ¨²ltimas vueltas, y luego dijo: ¡°El valor se demuestra en la gran competici¨®n. Correr no es solo hacer entrenamientos magn¨ªficos¡±.
Sin espa?oles en 800 y 1.500
La otra fotograf¨ªa del medio fondo espa?ol la ofreci¨® David Palacio en su semifinal fallida de los 800m. La imagen de alguien que quiere ocupar un puesto sin fuerza suficiente para ello y es enviado de un lado a otro como una pelota con la que juegan los ni?os. No hay sitio para el medio fondo espa?ol en unos Europeos en pista cubierta. Por primera vez en la historia reciente, no habr¨¢ hoy finalistas ni en 1.500 (eliminados Diego Ruiz y Marc Alcal¨¢) ni en 800m (fuera Kevin L¨®pez y Palacio), las dos especialidades que m¨¢s medallas han proporcionado al atletismo espa?ol hist¨®ricamente. Ser¨¢ un domingo sin espa?oles en la pista, un d¨ªa para nost¨¢lgicos y abueletes que cuenten batallas de anta?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.