El Granada se aferra a la vida

Victoria de peso del Granada, que se aferra a la vida a costa de imponerse en el derbi andaluz a un M¨¢laga algo pasota, en el que no brillaron esta vez sus j¨®venes talentos. El triunfo del conjunto de Abel fue ag¨®nico. Tiene tan poco gol que tuvo que ser Camacho el que marcara. L¨®gicamente, en su propia porter¨ªa. El M¨¢laga estuvo por debajo de su nivel, c¨®modamente instalado en la tabla, sin la presi¨®n que atenaza a su rival.

La necesidad del Granada se acab¨® imponiendo, aunque le cost¨® un mundo. Le vino bien el regreso del central Murillo, un aut¨¦ntico muro, as¨ª como el gran partido de Rico y el esfuerzo encomiable de todos sus jugadores. Gan¨® porque lo necesitaba m¨¢s y se demostr¨® que hay campos imposibles para algunos equipos. Lo es Los C¨¢rmenes para el M¨¢laga, donde no hay forma de que logre el triunfo. El equipo de Gracia reaccion¨® muy tarde. Camacho, protagonista, lanz¨® un misil a la escuadra que pudo ser el empate y tambi¨¦n Juanmi estuvo a punto de llegar a un gran pase de Luis Alberto. Muy poco para un equipo tan bonito como el M¨¢laga.

Cada partido se convierte en un suplicio para el Granada. El conjunto que adiestra Abel da muestras de ser competitivo, tiene el bal¨®n y se defiende con cierto orden. Ante un rival tan pujante como el M¨¢laga, el Granada llev¨® siempre el control del juego, mostrando ambici¨®n y fe. Todo lo bueno que genera se estrella, sin embargo, con su impresionante falta de gol. El encuentro era clave para no descolgarse en la zona de descenso, donde se empieza a abrir una brecha peligrosa con la salvaci¨®n, y el Granada puso todo para ganarlo menos lo importante, el gol.

El ejemplo m¨¢s claro de su depresi¨®n lo constituye El Arabi. Un delantero destinado a marcar la diferencia que se pele¨® con Joaqu¨ªn Caparr¨®s y que ahora juega con Abel sin demostrar su condici¨®n de jugador franquicia para los granadinos. El Granada meti¨® la pierna con m¨¢s fuerza y logr¨® apagar durante muchos minutos al M¨¢laga. Los C¨¢rmenes es un campo gafe para los malague?os y su puesta en escena invit¨® al des¨¢nimo. Darder no entr¨® en juego y solo al contragolpe hubo alguna se?al de la rapidez en la transici¨®n de Samu, Castillejo o Juanmi. A pesar de su apat¨ªa, el M¨¢laga no sufri¨® demasiado con el dominio del Granada, bastante est¨¦ril. Perdido El Arabi, siempre con el semblante triste, disperso y perdido en el campo, fue en un contragolpe donde los de Abel gozaron de una gran ocasi¨®n. Corr¨ªa el minuto 39 y Robert Ib¨¢?ez acert¨® a disparar dentro del ¨¢rea. El tiro no fue gran cosa, pero el toque en Miguel Torres lo convirti¨® en mortal de necesidad. Kameni rectific¨® para hacer un aut¨¦ntico parad¨®n.

El M¨¢laga apenas intent¨® nada. Dio la impresi¨®n de reservarse y acab¨® pagando cara la siesta. En una acci¨®n dentro del ¨¢rea, Camacho se meti¨® en su porter¨ªa un remate desviado de Robert Ib¨¢?ez. El gol alivi¨® tensiones en el Granada, que por fin sacaba r¨¦dito a su mayor empuje y protagonismo.

El M¨¢laga, que hab¨ªa dado un paso adelante en la presi¨®n, lo intent¨® entonces con la entrada de Amrabat y Luis Alberto. Camacho envi¨® un disparo a la escuadra y el partido muri¨® en el ¨¢rea de Oier mientras el Granada desperdiciaba ocasi¨®n tras ocasi¨®n al contragolpe en las botas de C¨®rdoba y de Foulquier. No le hizo falta el segundo gol y le vali¨® con la pifia de Camacho. Cada gol en un tesoro para los de Abel, que respiran un poco, aunque les queda un mundo por delante para lograr la permanencia. El partido ante el M¨¢laga tuvo ya aires de final para ellos.