Mitad de Messi, mitad de Hart
El Bar?a se clasifica con otra soberbia actuaci¨®n del 10 y a costa de un City sustentado por su portero
El Bar?a se divierte con el Manchester City. El litigio solo se sostiene en el sorteo y en la previa, cuando se habla de inversiones y de plantillas, de la liga inglesa y de la espa?ola, de las cosas de la vida m¨¢s que de f¨²tbol, porque en cuanto la pelota se pone en juego la sensaci¨®n es que el partido durar¨¢ el rato que le d¨¦ la gana al Barcelona y sobre todo a Messi. No ha habido m¨¢s color que el azulgrana, en el Camp Nou y en el Etihad, muy superior futbol¨ªsticamente el Bar?a. ?nicamente la falta de efectividad barcelonista ha permitido sobrevivir al City.
Los azulgrana perdonaron en la ida y en la vuelta, vieron siempre el partido tan f¨¢cil que se abandonaron progresivamente para entregarse al final a un ejercicio peligroso, una especie de ruleta rusa en la que el gol puede caer en cualquier porter¨ªa, incluso en el Camp Nou: si Hart le par¨® un penalti a Messi en Manchester, Ter Stegen le detuvo una pena m¨¢xima a Ag¨¹ero en Barcelona. La jugada puso el punto y final a unos momentos de zozobra por la incapacidad barcelonista de gobernar un choque y una ronda protagonizada por los aciertos y los fallos del Bar?a.
Barcelona, 1-Manchester City, 0
Barcelona: Ter Stegen; Alves (Adriano, m. 91), Piqu¨¦, Mathieu, Jordi Alba; Rakitic (Rafinha, m. 84), Mascherano, Iniesta; Messi, Luis Su¨¢rez y Neymar. No utilizados: Bravo; Bartra, Xavi, Sergi Roberto y Pedro.
Manchester City: Hart; Kolarov, Demichelis, Kompany, Sagna; Nasri (Navas, m. 46), Tour¨¦ (Bony, m. 71), Fernandinho, Milner (Lampard, m. 87); Silva y Ag¨¹ero. No utilizados: Caballero; Zabaleta, Fernando, Dzeko y Bony.
Goles: 1-0. M. 31. Rakitic.
?rbitro: Gianlucca Rocchi (Italia). Mostr¨® tarjeta amarilla a Fernandinho, Kolarov, Silva, Nasri, Demichelis y Alves, que se perder¨¢ el pr¨®ximo partido por acumulaci¨®n de amonestaciones.
Camp Nou. 92.551 espectadores.
No encuentra Pellegrini la manera de enfrentar al Bar?a. Aunque le da muchas vueltas a cada partido, siempre acaba por firmar la derrota, ya sea con 10 o con 11 futbolistas, est¨¦ o no Tour¨¦, ponga uno o dos delanteros o cambie de laterales, como ayer, en que Sagna ocup¨® la plaza de Zabaleta. El City tiene un justificado complejo de inferioridad y, jugador por jugador, es menos equipo que el Bar?a, por m¨¢s que el chileno sea un buen cliente del Camp Nou. Y si se tercia cualquier comparativa, entonces comparece Messi. El f¨²tbol gira hoy alrededor del 10.
Las selectivas aceleraciones del argentino descuartizaron a los ingleses, muy exigidos en la defensa de su arco, err¨¢ticos en la combinaci¨®n y hasta cierto punto intimidadores en ataque por las entradas de Tour¨¦, la sutileza de Silva, el repr¨ªs de Ag¨¹ero y las llegadas de Kolarov, descolgado de Messi. La pelota pertenec¨ªa mayoritariamente de salida a los citizen y las ocasiones eran de los azulgrana, que recuperaban bien y r¨¢pido, animados por la agresividad de Neymar, la pausa y el regate de Iniesta y el talento de Messi. Nada que no se supiera ya en el Camp Nou.
El equipo visitante parece tener el control del partido mientras el local se apoya en las transiciones para estar m¨¢s cerca del gol y de Messi. As¨ª ha ocurrido en la Liga y en la Champions. Tambi¨¦n ante el City. Las cuatro llegadas protagonizadas por los azulgrana en la primera media hora provocaron tres tarjetas y un poste de Neymar. A la quinta lleg¨® el gol: Alba rob¨® el cuero a la salida de su ¨¢rea, tir¨® la contra para Messi, que atrajo a cuatro zagueros en el extremo derecho antes de cambiar el juego a la izquierda para Rakitic, excelente en la definici¨®n ante Hart.
Si Hart le par¨® un penalti a Messi en Manchester, Ter Stegen le detuvo una pena m¨¢xima a Ag¨¹ero en Barcelona
Rakitic acun¨® la pelota con el pecho y la pic¨® sobre la salida del portero, una acci¨®n exquisita y sorprendente si se atiende a los remates fallidos posteriormente por los barcelonistas, que no atinaron en la pegada, ni siquiera Luis Su¨¢rez, al que el palo neg¨® el 2-0. El encuentro hab¨ªa quedado definitivamente a merced de Messi. Los repetidos ca?os del 10 no solo dejaron en evidencia a sus marcadores, sino que retrataron tambi¨¦n a Neymar. Los del brasile?o son adornos personales mientras que los del argentino encienden el juego, deslumbran al rival, embellecen al Bar?a.
Ni el descanso ni la salida de Navas alteraron el pulso del Barcelona ni tampoco de Messi, excelente como pasador, reiterativo como rematador, cada vez m¨¢s universal, a veces Di St¨¦fano, en ocasiones Maradona, extremo o delantero centro, una pesadilla para el City. No hab¨ªa m¨¢s jugador del equipo ingl¨¦s en la cancha que el excelente Hart. El partido se convirti¨® en un ataque y gol del Bar?a hasta que se dio un respiro Messi. Los barcelonistas dimitieron sorprendentemente y aceptaron un ir y venir que permiti¨® la exhibici¨®n de Ter Stegen y Hart.
Los azulgrana perdonaron en la ida y en la vuelta, vieron el partido siempre tan f¨¢cil que se abandonaron para entregarse a un ejercicio peligroso
El choque se abri¨® de porter¨ªa a porter¨ªa y hubo varias ocasiones, especialmente del Barcelona, que no encontr¨® el marco ni con Neymar ni con Luis Su¨¢rez, tan negados en el tiro como el propio Messi y Ag¨¹ero, vencido ante el portero azulgrana despu¨¦s de un penalti que le hicieron entre Mascherano y Piqu¨¦.El desorden fue tan monumental como soberbia result¨® la actuaci¨®n de Hart, que ofreci¨® un recital estupendo, felicitado por cada uno de los jugadores del Barcelona. No hubo mejor jugador del City que su portero Hart.
La cantidad de remates barcelonistas fue tan numerosa como la de balones que perdi¨® cuando enloqueci¨® el partido para suerte del City. La ausencia de Busquets agrand¨® el desequilibrio azulgrana y aument¨® la percepci¨®n de que en el Bar?a de Luis Enrique importan m¨¢s las jugadas que el f¨²tbol, la presi¨®n que la elaboraci¨®n, el f¨ªsico que el talento, m¨¢s que nada porque la clase se da por supuesta, sobre todo con Messi. No saben los azulgrana especular, ni defender o descansar con la pelota, como si fuera pecado tenerla, esconderla, guardarla, imposible para el rival.
No extra?a, por tanto, que por un momento el partido anuncie goleada para despu¨¦s amenazar con un empate, se?al de que falta mando y temple, fluidez y pausa, excesivo en el v¨¦rtigo, convencidos los jugadores y el entrenador de que con Messi, Neymar y Su¨¢rez siempre cantar¨¢ un gol m¨¢s que el contrario, sobre todo si es el City. A buen seguro que est¨¢n convencidos de lo mismo para el domingo contra el Madrid. Tiene el Bar?a la posibilidad de dar un golpe en la Liga despu¨¦s de clasificarse para la final de Copa y ser cuartofinalista de la Champions.
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