Un Sevilla intratable apea al Villarreal

El Sevilla manej¨® magistralmente los tiempos para colarse en los cuartos de final de su competici¨®n preferida, de la que es el campe¨®n. Amparado en el fabuloso 1-3 de la ida, los andaluces defendieron con mucho orden y no sufrieron apenas ante el buen juego del Villarreal, un estupendo equipo al que le falta todav¨ªa curtirse en estas batallas. Los de Marcelino llevaron siempre la iniciativa, pero se acabaron rindiendo ante el tremendo ardor competitivo del Sevilla, espectacular en defensa y letal al contragolpe. Un equipo forjado por Emery que aspira a todo en su torneo m¨¢s querido. La batalla fue magn¨ªfica, en el fondo siempre manejada por los andaluces. Con un oficio y un sentido t¨¢ctico casi perfectos, sin filigranas. Un grupo serio y muy competitivo.

Los de Marcelino llevaron la iniciativa, pero se rindieron ante el ardor de los locales

No debe ser f¨¢cil encarar un partido con una desventaja de 1-3. Ni para el que defiende la ventaja ni para el que ans¨ªa la ¨¦pica remontada. Acostumbrados a c¨¢nones m¨¢s ortodoxos en el momento decisivo de resolver una eliminatoria, Emery repiti¨® el esquema que tan bien se le dio en la ida, con Carri?o en el centro del campo por el sancionado Krychowiak. Marcelino, m¨¢s suelto, quiz¨¢s con menos presi¨®n, fue valiente para formar con cuatro jugadores claramente adelantados, Jonathan Dos Santos, Campbell, Vietto y Uche. Cuatro mosqueteros ideales para un campo r¨¢pido por la lluvia, que se present¨® sin avisar en Nervi¨®n.

La entrada de Bacca dinamiz¨® el contragolpe de los hispalenses

El atrevimiento del Villarreal fue loable. Se expres¨® a los tres minutos con un buen disparo de Trigueros. Tambi¨¦n, con la personalidad de decirle al Sevilla que ah¨ª estaba un equipo con ganas de forjar un milagro. El Sevilla ten¨ªa, l¨®gicamente, otro plan. Esperar al Villarreal pertrechado en su superioridad f¨ªsica y cazarlo al contragolpe. Bien tras prolongaciones del gigante Iborra o con las veloces internadas de Aleix Vidal. En una de ellas, Iborra estuvo a punto de marcar. El planteamiento de Marcelino cobijaba un peque?o inconveniente. Se trataba de analizar c¨®mo iban a defender sus cuatro hombres m¨¢s adelantados. Superados los apuros iniciales, el Sevilla fue creciendo. Tuvo el acierto de robar y salir con rapidez gracias al trabajo de Mbia y Carri?o. Campbell y Jonathan no defend¨ªan y le empez¨® a llover mucho a Pina, solo ante tanto rival, inc¨®modo ante las veloces transiciones andaluzas.

El paso de los minutos propici¨® un paso adelante del Villarreal, decidido a atacar con todo, con sus laterales casi como extremos. El Sevilla siempre se defendi¨® con orden, cerrando espacios, sujetando a Vietto y corriendo mucho tras el bal¨®n. Quiz¨¢s cometi¨® el defecto de meterse demasiado atr¨¢s, aunque empez¨® a gozar de contragolpes claros. El Villarreal no ten¨ªa m¨¢s remedio que jug¨¢rsela y se fi¨® al monumental trabajo de Bailly en defensa. Le falt¨® al cuadro de Marcelino m¨¢s agresividad en el campo del Sevilla, aunque no es f¨¢cil meterle mano al equipo de Emery cuando espera con el cuchillo entre los dientes, bien protegido y replegado. La falta de pegada del Villarreal lo condenaba a mandar, a mostrar un buen juego que casi nunca acababa en algo potable. El Sevilla, fiero atr¨¢s, de pierna dura, a?oraba m¨¢s juego. Un equilibrio dif¨ªcil de encontrar con Banega lesionado y Reyes en el banquillo. Lo suyo es la carrera y el bal¨®n al espacio.

El cero a cero al descanso abocaba al Villarreal a una proeza. Marcar tres goles y que el Sevilla no hiciera ninguno en 45 minutos. Los plazos se estrechaban y, tambi¨¦n, las fuerzas.

Marcelino dio entrada a Gio para buscar m¨¢s desborde. Ni ¨¦l ni sus compa?eros encontraron la f¨®rmula, desesperados ante la buena colocaci¨®n de los andaluces.

Entonces apareci¨® la mano de Emery. La entrada de Bacca dinamiz¨® al Sevilla, que marc¨® en un fant¨¢stico contragolpe culminado por Iborra. Con espacios, todo es m¨¢s sencillo. Quedaban 20 minutos y el Villarreal sigui¨® tocando y tocando. Encontr¨® el gol en una buena falta de Gio, pero se desesper¨® con la expulsi¨®n de Bailly. Demasiadas piedras en el camino. El Sevilla sigue adelante.