Degenkolb, un alem¨¢n en v¨ªa Roma

John Degenkolb, un expolic¨ªa alem¨¢n metido a sprinter que se hab¨ªa ilustrado los ¨²ltimos a?os con m¨²ltiples victorias en la Vuelta a Espa?a, una Par¨ªs-Tours y una Gante-Wevelgem, super¨® uno a uno todos los obst¨¢culos de la Mil¨¢n-San Remo para imponerse en la llegada de v¨ªa Roma y tocar su primer monumento. Dicen que ganar en v¨ªa Roma, la calle m¨¢s ilustre del ciclismo, all¨ª donde lo han hecho Coppi, Merckx y Freire, cambia la vida de un ciclista. Si no es as¨ª, a Degenkolb, un toro musculoso de 1,80 metros y 77 kilos, y un bigotito t¨ªmido, casi de barbilampi?o, le permitir¨¢ al menos entrar en la lista restringida de alemanes que reinaron en San Remo: despu¨¦s de Rudy Altig (1968), el p¨®ker de Erik Zabel (97, 98, 2000 y 2001) y la victoria sobre la nieve de Gerard Ciolek hace dos a?os, Degenkolb, de 26 a?os, es el cuarto alem¨¢n que se impone en la classicissima.

Despu¨¦s de casi 300 kil¨®metros de agua y viento de lado recorridos a m¨¢s de 43 kil¨®metros por hora de media, en la llegada h¨²meda, en la recta final en trampantojo entre edificios de corte entre neocl¨¢sico y modernista, y esquinas en chafl¨¢n, el l¨ªder del Giant se impuso al coloso noruego Alexander Kristoff, ganador el a?o pasado y gran favorito este, y al joven australiano Michael Matthews. ¡°Es una victoria que me ha costado cinco a?os. Tuve suerte al no caerme en el Poggio y contar con la ayuda de mi compa?ero Dumoulin, que me llev¨® a cabeza¡±, dijo Degenkolb, quien, ya favorito el a?o pasado, v¨ªctima de un pinchazo se qued¨® fuera de juego. ¡°No me lo puedo creer a¨²n. Cuando vi a Kristoff delante pens¨¦ que ser¨ªa imposible, pero al final se le hizo muy larga la recta enga?osa y pude superarlo¡±.

Juanjo Lobato, la baza espa?ola, se qued¨® cortado en la Cipressa

Hablaba la v¨ªspera ?scar Freire, el c¨¢ntabro que gan¨® tres veces en San Remo, de las esperanzas (y del miedo) que ten¨ªa de que despu¨¦s de su retirada otros ciclistas espa?oles tambi¨¦n pensaran que las cl¨¢sicas de un d¨ªa era lo mejor para ser ciclista. Freire lleg¨® al ciclismo espa?ol casi 50 a?os despu¨¦s de que Miguel Poblet ganara sus dos classicissimas. No parece que el ciclismo espa?ol deba esperar tanto para volver a ver clasic¨®manos con ambici¨®n y potencia, pero tampoco parece que el presente ofrezca mucho.

En el grupo de los mejores, una treintena, solo figuraron dos espa?oles, Alejandro Valverde (20? en la clasificaci¨®n final) y Ion Izagirre (24?), que en ning¨²n momento mostraron capacidad de imponerse. O deseo de mostrarse. La esperanza de Trebujena, Juanjo Lobato, se qued¨® cortado en la Cipressa, v¨ªctima tanto de la impresionante ofensiva del Sky, que con un ataque a tres nacido de una carambola y una ca¨ªda a punto estuvo de sorprender a todos con el gal¨¦s Geraint Thomas, capturado en el descenso del Poggio, como de un frenazo provocado por la ca¨ªda del campe¨®n franc¨¦s, Arnaud D¨¦mare.

De Thomas, el del po¨¦tico apellido, y del control de la carrera, que apenas ofreci¨® m¨¢s ataque en el Poggio que el del excampe¨®n del mundo Philippe Gilbert ¡ªtambi¨¦n ca¨ªdo en el ¨²ltimo descenso hacia San Remo junto al actual maillot arco¨ªris, Michal Kwiatkowski, el campe¨®n checo, Stybar, y el ganador en San Remo en 2013, Ciolek¡ª se encarg¨® el Katusha de Kristoff, es decir, se encarg¨® Luca Paolini, el hombre de confianza.

Hace 12 a?os, el veteran¨ªsimo y barbudo capit¨¢n de ruta italiano, se encarg¨® de pilotar a su entonces compa?ero Paolo Bettini hasta la victoria en el descenso del Poggio, que coronaron con apenas 5s sobre el pelot¨®n lanzado. Ayer, Paolini, ya casi un cuarent¨®n (38 a?os) en los ¨²ltimos kil¨®metros ejerci¨® tanto como director de orquesta, una batuta puro ritmo, como de metr¨®nomo y ansiol¨ªtico para Kristoff, a quien dej¨® en cabeza del grupo, lanzado, a falta de 300 metros. El gigante de Stavanger, sin embargo, no pudo evitar la remontada de Degenkolb, imparable en las llegadas en falso llano. ¡°Creo que empec¨¦ mi sprint demasiado pronto, quiz¨¢s deber¨ªa haber esperado 50 metros m¨¢s¡±, dijo Kristoff. ¡°Pero no ten¨ªa m¨¢s remedio: estaba el primero cuando se apart¨® Paolini. S¨ª, cuando salt¨¦ pens¨¦ que pod¨ªa ganar, pero Degenkolb es muy r¨¢pido, y m¨¢s en finales en cuesta. Yo ya no pod¨ªa m¨¢s¡±.

En los ¨²ltimos ocho a?os, la classicissima ha tenido ocho ganadores diferentes. El ¨²ltimo que gan¨® dos veces seguidas fue un alem¨¢n, justamente, Zabel, en 2001.