Verdasco fulmina a Nadal
El madrile?o, magn¨ªfico, derriba en la tercera ronda de Miami (6-4, 2-6 y 6-3) al balear, muy desdibujado y que cede el n¨²mero tres del mundo en favor del escoc¨¦s Andy Murray
Tiene m¨¦rito lo que logra Fernando Verdasco. Tiene m¨¦rito porque logra liquidar (6-4, 2-6 y 6-3) a la tercera mejor raqueta del circuito, a Rafael Nadal, el coloso que le ha sometido en 13 de las 14 ocasiones que se han batido previamente (s¨®lo en 2012, en la tierra azul de la discordia probada en Madrid, sali¨® airoso). Tiene m¨¦rito porque resiste al fen¨®meno y a la estad¨ªstica, que dice que las seis veces que se ha medido al ganador de 14 grandes sobre superficie dura ha claudicado. Y s¨ª, tiene m¨¦rito porque despliega un tenis magn¨ªfico y tumba en la tercera ronda de Miami al tit¨¢n, porque reverdece viejos laureles, se da un gustazo y cosecha un triunfo que evoca a sus mejores momentos.
Nadal, mientras, se marcha de Florida cabizbajo e irreconocible, desdibujado, sobre todo a tenor de lo visto dos d¨ªas antes, cuando ofreci¨® un nivel elevado ante Nicol¨¢s Almagro. Esta vez no. Se va y adem¨¢s cede el tercer caj¨®n del podio mundial al escoc¨¦s Andy Murray (defend¨ªa los 600 puntos obtenidos como finalista en 2014), e incluso puede caer al quinto puesto si el japon¨¦s Kei Nishikori avanza hasta los cuartos. "Me siento m¨¢s cansado de lo normal, siento que no tengo la confianza de que cuando golpeo la pelota la voy a mandar adonde quiero", explica despu¨¦s de caer ante el madrile?o.
No han habido muchas pistas de Verdasco, 34 en el r¨¢nking de la ATP, durante el ¨²ltimo lustro. Desde que se filtrase en el top-10 en 2009 y escalase hasta el s¨¦ptimo pelda?o, sus alegr¨ªas se registran con cuentagotas. En este inicio de curso, en su expediente no figuran resultados rese?ables m¨¢s all¨¢ de unas semifinales en Quito. Es, sin embargo, un adversario peligroso. Si tiene el punto de forma y la mente le acompa?a, todav¨ªa le puede hacer un desaguisado a cualquiera. Su zurda a¨²n conserva extractos da?inos y se lo hace saber r¨¢pido a Nadal, al que habitualmente le incomodan los rivales que pegan desde su mismo perfil.
El duelo se traduce en un intercambio de pareceres en el primer set. Parlamento y r¨¦plica, as¨ª una y otra vez, hasta convertirse en un enredo que ofrece intercambios largos y armoniosos, cadencia, fuerza, voluntad para llegar a buen puerto por parte de ambos oradores. Verdasco, con una visera invertida, tiene un punto m¨¢s ret¨®rico en cada pelotazo y le va el alma en cada bola; Nadal, mientras, es m¨¢s escueto. Termina por la v¨ªa r¨¢pida sus intervenciones. El caso es que ni el uno ni el otro ceden. Defienden el servicio con autoridad, sin concesi¨®n.
Todo es equilibrio hasta que llega el desorden, la il¨®gica. Nadal comete una doble falta y el break aporta picante al parcial. Ahora, Verdasco navega con la corriente a favor, pero el regocijo le dura un tris, lo que tarda el n¨²mero tres en devolverle la ruptura. Aterrizan las dudas, se multiplican los errores. Y, por si fuera poco, el viento hace diabluras. Y, para diablillo, Verdasco, que con esa gorra roja que luce parece atacar con un tridente. Sus punzadas de derecha hacen mella hasta que una de ellas es enviada al limbo por Nadal y cierra el set.
Para aquellos que intuyen la descompresi¨®n de Verdasco en el segundo, el empuje del madrile?o borra la hip¨®tesis de un plumazo. Su zurda martillea y escalda el cordaje del balear, err¨¢tico, disconforme con casi todo lo que acontece, con el juez, con ese recogepelotas que tarda en exceso en darle una toalla y con la brisa, pero sobre todo consigo mismo. Tira de ¨¦l mismo como puede, sin dejar que la realidad, hostil para ¨¦l, le arrastre al agujero. ¡°?Vamos, vamos!¡±. Escupe su grito de guerra, pero ni por esas. M¨¢s imprecisiones, titubeos. Incertidumbre, al fin y al cabo.
La zurda del madrile?o escalda el cordaje del balear, disconforme con casi todo, sobre todo consigo mismo
Se agarra Nadal al duelo con u?as y dientes, con mucha m¨¢s alma que juego. No goza, ni mucho menos; padece y ara?a cada punto al l¨ªmite, pero salva dos bolas de break e invierte la curva de nivel del partido. Doble ruptura y 2-5. El que sufre ahora es Verdasco, que se entrega en la segunda manga y resiste a duras penas en la tercera. El viento, ese Lucifer que campa a sus anchas en el Stadium de Crandon Park, le juega malas pasadas. La inercia, que poco antes amenazaba con quitar de en medio a Nadal, le apunta ahora a ¨¦l. Pero no. Da un golpe sobre la mesa y plantea su mejor tenis. Paralelos formidables, drives inabordables y una ristra de winners (29, en total) en la fase decisiva. Rompe por dos veces el servicio, fulmina al balear y, por fin, se da una alegr¨ªa. Por los viejos tiempos.
RESULTADOS PRINCIPALES
Circuito masculino:Andy Murray (GBR),?6-3 y 6-4 a Santiago Giraldo (COL); Kevin Anderson (RSA),?6-4 y 6-4 a Leonardo Mayer (ARG); Novak Djokovic (SER), 6-0, 5-7, 6-1 a Martin Klizan (ESQ); Adrian Mannarino (FRA),?7-6(4) y 7-5(5) a Stan Wawrinka (SUI); Ga?l Monfils (FRA),?6-4, 7-6 (7/4) a Jo-Wilfried Tsonga (FRA).
Circuito femenino: Serena Williams (USA), 6-1 y 6-1 a?Catherine Bellis (USA);?Simona Halep (RUM), 6-4 y 7-5 a Camila Giorgi (ITA); Flavia Pennetta (ITA),?7-6(5) y 7-6(6) a Victoria Azarenka (BIE); Sara Errani (ITA), 4-6, 6-4 y 6-1 a Garbi?e Muguruza (ESP).
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