Baloncesto universitario, un torneo que explica un pa¨ªs
Las eliminatorias de este deporte son un fen¨®meno social que paraliza EE UU
Tras superar cinco eliminatorias en poco m¨¢s de dos semanas, los equipos de Duke y Wisconsin juegan este lunes la final del campeonato masculino de baloncesto universitario de Estados Unidos. Detr¨¢s de ese partido, en hora de m¨¢xima audiencia televisiva, subyace una industria multimillonaria, un fen¨®meno social que paraliza este pa¨ªs y un sistema universitario que no puede entenderse sin su componente deportivo.
La final de la noche del lunes en Indian¨¢polis es la culminaci¨®n del llamado March Madness (locura de marzo): los 19 d¨ªas en que el baloncesto universitario monopoliza casi todas las conversaciones, engancha a millones de telespectadores y mueve much¨ªsimo dinero entre amigos y compa?eros de trabajo o estudios. Tras disputar la liga regular, 64 universidades de todo EE UU se enfrentan en eliminatorias a un solo partido en un torneo organizado por la NCAA, la asociaci¨®n que gestiona las competiciones deportivas universitarias.
Los equipos de Duke y Wisconsin compiten en la final por honor y dinero, dice un analista
Antes de que empiece el torneo, millones de estadounidenses apuestan el ganador de cada partido. El objetivo es acertar todos los cruces. Hay envites de pocos d¨®lares entre amigos y otros mucho m¨¢s competitivos en casas de juego de Las Vegas.
La fiebre colectiva propicia una p¨¦rdida total de productividad de 1.900 millones de d¨®lares en las empresas, seg¨²n una consultora. En los primeros cuatro d¨ªas de torneo, 40 millones de estadounidenses (un 12% de la poblaci¨®n) apostaron 9.000 millones de d¨®lares, seg¨²n otro estudio. Eso supera los 7.000 millones que se estima se invirtieron en la campa?a de las elecciones presidenciales de 2012.
Como cada a?o, el presidente Barack Obama rellen¨® su cuadro, que anunci¨® en una entrevista a la cadena televisiva ESPN. Acert¨® que Duke llegar¨ªa a la final, pero vaticin¨® que la ganar¨ªa Kentucky, que perdi¨® el s¨¢bado en semifinales contra Wisconsin y que hasta entonces solo acumulaba victorias en la temporada. Los errores son muy frecuentes: apenas el 1,6% de los que completaron su cuadro en una aplicaci¨®n de ESPN atinaron los equipos de semifinales.
Andy Markovits, profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Michigan y erudito de la sociolog¨ªa del deporte, atribuye este fen¨®meno a que es el ¨²nico ¡°evento nacional¡± deportivo. A los estadounidenses, esgrime, apenas les importan los Juegos Ol¨ªmpicos y en las ligas profesionales de baloncesto, b¨¦isbol o f¨²tbol americano solo se interesan por su equipo.
¡°El pa¨ªs entero sigue este torneo durante tres semanas¡±, dice en una entrevista telef¨®nica. La clave, argumenta, es su imprevisibilidad al jugarse todo a un partido, disputarse en pabellones a lo largo del pa¨ªs y ser una moda que se retroalimenta.
Las ligas universitarias son un negocio pol¨¦mico, por el dinero que mueven y por las estrategias de los centros para atraer a deportistas
La fiebre es desorbitada entre los profesores y alumnos, actuales y pasados, de los 64 equipos que acceden a las eliminatorias. En EE UU, hay un profundo v¨ªnculo con la universidad, que el deporte canaliza. ¡°A partir de 1830, el deporte se convierte en importante [para las universidades]. Es una forma de orgullo y distinci¨®n¡±, se?ala el polit¨®logo. No solo se compite por el prestigio acad¨¦mico, tambi¨¦n por el deportivo.
El primer torneo nacional de baloncesto universitario se disput¨® en 1939. Las ligas universitarias se han convertido en un negocio pol¨¦mico. Los campus invierten en instalaciones y compiten por atraer, mediante becas, a los mejores jugadores aunque no se justifique acad¨¦micamente. Y durante los estudios, no son infrecuentes, tambi¨¦n en centros de renombre, las acusaciones de ama?o de notas.
La NCAA tiene beneficios multimillonarios, el coste de los derechos televisivos es elevad¨ªsimo y algunos entrenadores tienen sueldos de estrellas. Los jugadores no cobran, pero gozan de un escaparate que les puede catapultar a las ligas profesionales.
Duke y Wisconsin compiten la noche del lunes por honor y dinero. Ganar el campeonato, dice Markovits, dispara el inter¨¦s por esa universidad, atrayendo estudiantes y donaciones. ¡°Cuando tu equipo gana, el incremento de dinero [donado] es enorme porque te sientes feliz¡±.
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