Atl¨¦tico y Madrid se citan a la italiana

M¨¢s que una eliminatoria, Atl¨¦tico y Real Madrid vislumbran un solo partido, uno largo, muy largo. Nada de ida y vuelta, salvo secuencias imprevistas que hagan despegar antes de tiempo a uno de los dos. Tan parejo se ve el reto que a Carlo Ancelotti se le abri¨® la vena italiana: ¡°No tenemos la obsesi¨®n de ganar, con dos empates puedes pasar¡±. Diego Pablo Simeone, curtido en el Lazio y el Inter y consciente de que su equipo tiene ¡°mucho menos talento individual¡±, se remite a lo que llama ¡°las cosas del juego¡±. A saber: ¡°Jugadas puntuales, la pelota parada, un error en la coordinaci¨®n defensiva del contrario...¡±. Un derbi madrile?o con esa calculadora italiana que, a su manera, no pocos ¨¦xitos ha dado al calcio.

En t¨¦rminos generales, la historia es blanca, pero el Atl¨¦tico europeo nunca fue un corderillo. Esta ser¨¢ la quinta vez que se crucen en la Copa de Europa y en las cuatro precedentes el Madrid sud¨® como una regadera. Tanto el imponente equipo que lideraban Di St¨¦fano y Puskas en la semifinal de 1959 ¡ªresuelta para los merengues con un 2-1 en un partido de desempate en Zaragoza¡ª como el que abanderaban Cristiano y Bale en la final reciente de Lisboa. En esas cumbres, nunca hubo tregua hasta el ¨²ltimo bocado de aire.

Pese a la d¨¦cima en la retina madridista, el pret¨¦rito inmediato es rojiblanco. El Atl¨¦tico de Simeone se ha ganado con creces la consideraci¨®n del vecino, que durante casi dos d¨¦cadas le tuvo poco miramiento. Nada queda de aquel chollo que se encontraba el Madrid cita tras cita. Hoy, como antes, tiene mejores solistas, mayores recursos, pero los colchoneros se las han ingeniado para que en cada partido de los ¨²ltimos cursos haya prevalecido lo coral. Salvo en la pr¨®rroga de Lisboa, y por motivos m¨¢s an¨ªmicos que futbol¨ªsticos, el Atl¨¦tico ha impuesto el valor del todo sobre el individual. Por algo lleva esta temporada cuatro victorias y dos empates en los derbis. En tres visitas al Calder¨®n, el Madrid se ha llevado un 7-0 global.

Pese a la D¨¦cima en la retina madridista, el pret¨¦rito inmediato es rojiblanco

Hoy es otra pel¨ªcula y nada hace prever que se alteren los par¨¢metros. Los dos equipos llegan enteros, convencidos de que ning¨²n actor podr¨¢ reservarse nada ante un duelo de 180 minutos (o m¨¢s) en combusti¨®n. Con llamaradas constantes es como mejor se maneja el cuadro de Simeone. De ello ha sido testigo Ancelotti, y su doctrina pasa por igualar en intensidad al Atl¨¦tico y, a partir de ese equilibrio, tratar de que se imponga el mayor don de los suyos. De alguna manera, hasta Simeone se lo ha insinuado sin querer a su colega italiano. No olvida aquel 3-0 en la semifinal de Copa en el Bernab¨¦u en 2014, cuando los muchachos de Ancelotti desfiguraron a los rojiblancos con un partido de mucho voltaje, a toda mecha. Para el Cholo, caer por menor arrebatamiento es la mayor ofensa, eso s¨ª que es innegociable en su credo. Esta vez intuye un Madrid ¡°algo parecido¡± al que le irrit¨® con los suyos, un Madrid ¡°m¨¢s activo y dotado de la agresividad de Modric¡±. Para su cruzada, el entrenador argentino concret¨® este lunes la titularidad de Oblak y Mandzukic, este ¨²ltimo protagonista capital en el 4-0 de la Liga ante Nacho y Varane, presumibles suplentes este martes en favor de Pepe y Sergio Ramos, gente con otro colmillo. Ramos no disimula lo que le espera: ¡°El Atl¨¦tico ha dado un salto porque es muy competitivo, muy trabajador y sabe sufrir¡±.

Ancelotti, por su parte, tiene disponibles a los 23 de la plantilla, y apunta a su chapa del 4-3-3, ya con el alta de Bale, y con la tutela en medio campo de James, Kroos y Modric, zona en la que el Atl¨¦tico carga con todo, donde es una sacudida tras otra. La t¨¢ctica no es prioritaria: ¡°No es un problema de sistema o de n¨²mero de centrocampistas, lo importante es jugar un partido compacto, con todos implicados en ataque y defensa¡±.

Para un partido que puede ser eterno, de martes a mi¨¦rcoles, Gabi, Torres, Su¨¢rez, Ansaldi, G¨¢mez, Kroos, Marcelo y Coentrao est¨¢n a una tarjeta de perderse el segundo acto. En esta eliminatoria, salvo gui?os del f¨²tbol, todos tienen para rato.