La ca¨ªda de Kroos

Hay momentos que bendicen y momentos que intoxican. Las circunstancias que los suceden quedan impregnadas y los hombres se enredan en ellas como si los arrastrara una corriente invisible. La lesi¨®n de Kroos en el inicio del ¨²ltimo gran partido de la temporada liguera en Chamart¨ªn sumi¨® al p¨²blico y al equipo en un silencio de par¨¢lisis. Sin el alem¨¢n, verdadera quilla de nav¨ªo, el Madrid se quedaba expuesto y sin articulaci¨®n. A?adida a las ausencias de Benzema y Modric, la baja del mediocentro parec¨ªa una condena en el momento en el que se resolv¨ªan todos los enigmas de la temporada. El peor momento posible. En plena persecuci¨®n al Bar?a y a cuatro d¨ªas de recibir a la Juve en la vuelta de las semifinales de la Champions en busca de la remontada tras el 2-1 en Tur¨ªn.

La lesi¨®n de Toni nos ha ca¨ªdo muy feo¡±, dijo Pepe al dirigirse al vestuario

El Madrid y el Valencia se tanteaban en el comienzo del partido cuando Andr¨¦ Gomes le hizo la cama a Toni Kroos. El alem¨¢n salt¨® a por un bal¨®n y se vio desequilibrado por el centrocampista del Valencia, que se agach¨®. Su ca¨ªda fue terrible. De espaldas contra el suelo, torci¨¦ndose la cadera. Tard¨® unos minutos en correr con normalidad pero su rictus desencajado denunciaba dolor. Acab¨® pidiendo el cambio en el minuto 23. Se llev¨® la mano a la cadera y gesticul¨® describiendo el golpe sufrido. Entre el accidente del mediocentro y el minuto 25 el Valencia se adelant¨® 2-0.

Kroos andaba sufriente cuando la defensa del Madrid se acab¨® de descomponer. Subi¨® Gay¨¤ y Bale incumpli¨® el deber de seguirle. El lateral recorri¨® 70 metros de banda y centr¨® tranquilamente, imprimi¨¦ndole al bal¨®n un efecto de rosca hacia adentro. Arbeloa, indeciso, se qued¨® a medio camino. Ni encim¨® a Gay¨¤ ni protegi¨® a Pepe. Por la rendija meti¨® la patita Alc¨¢cer y abri¨® el marcador (0-1). Entonces, al sentir la brisa en contra, Kroos pidi¨® el cambio. Al minuto siguiente el Valencia meti¨® el segundo (0-2).

Cada hincha, cada jugador, fue inmediatamente consciente de la gravedad de la baja de Kroos. La imaginaci¨®n de la gente se proyect¨® al mi¨¦rcoles, d¨ªa de la visita del Juventus, d¨ªa de la remontada imprescindible. Otra remontada. La angustia se apoder¨® de los protagonistas.

Hubo un tiro de falta a la escuadra de Bale, un palo de Cristiano y un tercer palo de Chicharito. Y hubo un ca?onazo de Bale desde 30 metros, y un penalti que Diego Alves le detuvo a Cristiano en el descuento, antes del descanso. Y hubo m¨¢s. Una salida en tromba, un gol de Pepe de c¨®rner, y una bater¨ªa de remates a puerta que par¨® Alves. Hasta 24 disparos. Los guantes del portero visitante parec¨ªan engomados y el Madrid parec¨ªa maldito. Hac¨ªa calor. Los fisioterapeutas repart¨ªan bebidas isot¨®nicas en la banda. La multitud oscilaba entre los pitos a Casillas, el silencio, los rumores, y el frenes¨ª.

Ancelotti reemplaz¨® a Kroos con Illarramendi. Quiz¨¢s porque parec¨ªa todo perdido, el mediocentro vasco jug¨® como si no sintiera la presi¨®n en medio de un remolino. Apoyado desde atr¨¢s por Ramos, que asumi¨® responsabilidades de mediocentro en la salida del bal¨®n, Illarra dirigi¨® las operaciones con una calma extra?a. No se mostr¨® afectado por la desconfianza manifiesta de Ancelotti durante tantos meses. Casi a?os.

Illarramendi jug¨® como si no sintiera la presi¨®n en medio de un remolino

Fue tan ag¨®nico el intento de remontada del Madrid, tan evidente su padecimiento, sus bajas, sus carencias, que cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final y decret¨® el 2-2, la gente se levant¨® de sus asientos para aplaudir. No se pod¨ªa pedir m¨¢s a estos futbolistas exhaustos. Como dijo Pepe al encaminarse hacia el vestuario: ¡°La lesi¨®n de Toni nos ha ca¨ªdo muy feo¡±.