Nadal colapsa ante Murray
Tras ofrecer su mejor versi¨®n ante Berdych, en las semifinales, el espa?ol se desvanece (6-3 y 6-2) contra el escoc¨¦s en la final y desciende al s¨¦ptimo puesto del r¨¢nking de la ATP
No es tanto el qu¨¦, sino el c¨®mo. No es porque se quedase sin el que hubiese sido su quinto t¨ªtulo en Madrid, su 28? de un Masters 1.000. Y no es porque la derrota suponga la ca¨ªda del cuarto al s¨¦ptimo pelda?o del r¨¢nking de la ATP, algo a lo que Rafael Nadal hoy d¨ªa no atiende. El problema de fondo es que su inclinaci¨®n ante Andy Murray (6-3 y 6-2 en una hora y 28 minutos) abre de nuevo la puerta a la inquietud. ¡°Ha sido un mal d¨ªa; vamos a intentar que estos malos d¨ªas ocurran cada vez menos¡±, aleg¨® el de Manacor despu¨¦s, en la sala de prensa, donde inst¨® a retener la energ¨ªa positiva con la que se marcha a Roma y a estimar su primera final de un Master 1.000 en este a?o. "No me considero tan bueno como para no valorar que he llegado hasta aqu¨ª", resolvi¨®.
No es el momento de ser negativos. Qued¨¦monos con lo bueno de esta semana en Madrid¡±
Pero no comenz¨® Nadal con buen pie la tarde. Traqueteaban sus piernas, como las de un p¨²gil cuando acaba de saltar al cuadril¨¢tero, antes de recibir el primer servicio de Murray. El escoc¨¦s, todo lo contrario. Estatismo y calma, quiz¨¢ para economizar sus diezmadas reservas de energ¨ªa despu¨¦s del marat¨®n de las dos ¨²ltimas semanas. 10 partidos en 10 d¨ªas; M¨²nich, su primer t¨ªtulo sobre tierra, y despu¨¦s Madrid, ciudad dada al trasnoche, tambi¨¦n para el brit¨¢nico. Tiene m¨¦rito lo suyo. El mi¨¦rcoles cerr¨® la Caja M¨¢gica a las tres de la madrugada, un d¨ªa despu¨¦s peloteaba casi a las once y en la semifinal bati¨® a Nishikori mientras muchos ya apuraban la cena.
Meritorio lo del escoc¨¦s, al que a¨²n le quedaban piernas y pegada. As¨ª, a base de carreras y derechas, le hizo el primer break (tres puntos de ruptura de seis, al final) a Nadal, que no se encontr¨® desde el calentamiento. El espa?ol dispar¨® al limbo varias pelotas relativamente f¨¢ciles y no lleg¨® a coger el ritmo en todo el primer set. No estuvo fino ni en el drive ni en el rev¨¦s y por momentos pareci¨® jugar con plomo en los bolsillos. Resoplidos, gesto torcido. Una mirada al banquillo con una negativa desalentadora: ¡°No puede ser¡±. Hubo un peque?o instante para la esperanza, un punto hermoso que invit¨® a pensar a los 12.500 asistentes en la reacci¨®n, cuando evit¨® que Murray llevase la iniciativa y le embisti¨® cuatro veces, con otras tantas r¨¦plicas del escoc¨¦s, abatido al final en su defensa gracias a un smash demoledor. Aplausos a rabiar, el punto de giro emocional que necesitaba el asunto, pensaron unos cuantos.
Pero nada. Fue solo un espejismo. 3-0 arriba, Murray breg¨® como un jabato y estuvo muy s¨®lido con el servicio (73% de puntos ganados, 81% con el segundo). No exhibi¨® fisuras el de Glasgow, recompensado adem¨¢s por el juez de silla en dos bolas que se fueron al pasillo y Nadal las marc¨®. Hubo silbidos, y despu¨¦s un gran desconcierto porque el ganador de 14 grandes no mostr¨® el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de reacci¨®n. Fue una tarde dur¨ªsima para ¨¦l, de esas que dejan cicatrices profundas en la mente. Porque ayer, Nadal compareci¨®, pero no estuvo. Colaps¨®. Lo intent¨® con todo pese a que entre sus sienes fluyera un mar de dudas ante ese y quiero y no puedo en el que se tradujo su juego durante todo el encuentro.
Despu¨¦s del chute de adrenalina que supuso el triunfo contra Tomas Berdych en las semifinales, una dosis de positivismo para alzar el vuelo y entonar los biorritmos del campe¨®n, el duelo frente al brit¨¢nico se tradujo en una amargura constante, en un correctivo severo. De principio a fin. Mal d¨ªa para el desvanecimiento. Manolo Santana, agasajado en la previa por su 76? aniversario, contemplaba la escena con el mismo rictus de preocupaci¨®n depositado en los rostros de los espectadores, que no entend¨ªan la dicotom¨ªa, ese paso del mejor Nadal en muchos meses del d¨ªa anterior al tenista sometido que bes¨® la lona ayer ante un rival que nunca le hab¨ªa vencido sobre arena.
"Cuando uno viene en un momento en que su juego ha sido inestable, esa estabilidad y confianza mental se pierde", se?al¨® el espa?ol, que defender¨¢ esta semana los 600 puntos cosechados el a?o pasado en el Foro It¨¢lico de Roma; "la he perdido muy pronto, el partido ha empezado muy mal. Hab¨ªa jugado bien, con una buena sensaci¨®n de golpeo de bola, pero hoy me he liado con el rev¨¦s y ha sido la gran carga para que el partido se desarrollara de una forma l¨®gica. "Es un juego de dos y lo ¨²nico que no ha sido positivo es que no le he llevado a esa sensaci¨®n de agobio al jugar ¨¦l con demasiada tranquilidad".
Si en el primer parcial no hubo apenas batalla, el segundo pas¨® a ser pr¨¢cticamente anecd¨®tico. Cedi¨® el primer servicio de nuevo Nadal y sigui¨® todo el rato a remolque, correteando en vano detr¨¢s de los pelotazos de Murray, el n¨²mero tres, espl¨¦ndido en todas las facetas y coronado por segunda vez ¨Chab¨ªa ganado ya en 2008¨C en Madrid. Menudo curso lleva el escoc¨¦s. Finalista en Australia y Miami, pen¨²ltima ronda en Indian Wells. ¡°No es el momento de ser negativos, vamos a quedarnos con las cosas buenas de esta semana¡±, concluy¨®. Pero en la atm¨®sfera, ayer, qued¨® el poso de la inquietud.
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