La dignidad de Ancelotti
El art¨ªfice de la D¨¦cima mantiene la calma a pesar de vivir bajo sospecha desde septiembre, continuamente se?alado ante la directiva por el m¨¦dico del equipo
Son muchos los l¨ªderes que pueden comportarse con dignidad en el jolgorio del ¨¦xito. Cualquiera sabe alzar una Copa y sacar brillo a sus t¨ªtulos. Los verdaderamente raros son aquellos que muestran grandeza cuando los resultados son decepcionantes mientras los propagandistas que antes anunciaban triunfos inminentes ahora decretan el fracaso total. El Real Madrid puede jactarse de contar con uno de estos entrenadores verdaderamente singulares. Un hombre que representa al club con elegancia en el ¨¦xito y con m¨¢s elegancia todav¨ªa en los momentos de dificultad. Carlo Ancelotti hace gala de discreci¨®n y generosidad hacia una instituci¨®n cuyos dirigentes llevan nueve meses busc¨¢ndole sustituto en medio de acusaciones y sospechas poco fundamentadas.
Me molestar¨ªa si ma?ana no sale un buen partido o si el equipo no est¨¢ bien, concentrado y no pelea"
¡°A m¨ª no me molesta¡±, dijo Ancelotti, cuando le preguntaron c¨®mo se sent¨ªa ante los sondeos que han hecho los estrategas del club. ¡°A m¨ª lo que me molestar¨ªa es que contra el Espanyol el equipo no est¨¦ bien concentrado y no pelease. Debemos luchar hasta que las aritm¨¦ticas nos condenen¡±.
Hace dos a?os, despu¨¦s de que Jos¨¦ Mourinho acabase sin ning¨²n t¨ªtulo su tercera temporada, desde la directiva madridista y sus portavoc¨ªas se vertieron multitud de balances positivos. Se ponder¨® como un logro haber alcanzado la tercera semifinal consecutiva de la Champions, por ejemplo. Ahora, una Champions ¡ªla D¨¦cima¡ª y una semifinal no alivian la situaci¨®n de Ancelotti. El t¨¦cnico sabe que no goza de los respaldos de su antecesor. Lo nota en un goteo de detalles poco halag¨¹e?os. Una de las cosas que m¨¢s le decepcionaron fue sentirse vigilado y censurado por el m¨¦dico del equipo, Jes¨²s Olmo, familiar del directivo Jer¨®nimo Farr¨¦ y hombre de confianza del presidente Florentino P¨¦rez.
La irrupci¨®n de Olmo, que esta temporada se hizo con todo el poder en el departamento m¨¦dico de Valdebebas, coincidi¨® con una plaga de lesiones recuperadas en condiciones cuestionables, seg¨²n los empleados y los futbolistas afectados. Ante los requerimientos de la directiva pidiendo explicaciones, el m¨¦dico fij¨® el origen de los problemas f¨ªsicos del equipo en los entrenamientos presuntamente deficientes y en la falta de rotaciones. Es decir, le ech¨® la culpa a Ancelotti.
Tengo tanta confianza y respeto hacia estos jugadores que nuestra relaci¨®n siempre ser¨¢ as¨ª¡±.
El t¨¦cnico aleg¨® en su defensa que no rotaba porque le faltaban jugadores sanos o expertos. Pero como quiera que la composici¨®n de la plantilla fue responsabilidad de la directiva, la versi¨®n que prosper¨® fue la de Olmo. Contra la opini¨®n de los veteranos, que defienden al entrenador.
Ancelotti siempre se sinti¨® bajo sospecha ante la c¨²pula madridista. Pero en p¨²blico jam¨¢s desliz¨® un reproche o una coartada. Cumpli¨® con lo que le mandaron y asumi¨® un destino que fue el primero en vislumbrar.
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