Fracaso y ¨¦xito del Madrid
Si no fuese por esos partidos que nos parecen una mierda, la vida se volver¨ªa horrible. No quiero ni imaginar que mi equipo ganase todos los a?os la Champions. Qu¨¦ cat¨¢strofe. Los d¨ªas ser¨ªan maravillosos, pero iguales. Habr¨ªa una costumbre de la victoria, que tendr¨ªa sabor a chicle masticado. Cuando ganas todo el rato es como si no ganases, en el sentido que cuando est¨¢s siempre borracho nunca est¨¢s borracho. ?Por qu¨¦ fue bella la D¨¦cima? Porque estaba casi perdida, y las anteriores Champions las hab¨ªan conquistado Bayern, Chelsea, Bar?a, Inter¡ La derrota ante la Juventus, amarga, cumple con ese viejo dec¨¢logo para tener ¨¦xito, que aconseja cosechar un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
El desenga?o del Real Madrid es innegable. Pero, ?y qu¨¦? El fracaso, tras esos primeros minutos en que huele a perro mojado, se queda en un tema de conversaci¨®n, como Casillas o la Revoluci¨®n Francesa. Yo, por ejemplo, nunca repet¨ª curso, y llevo esa espina clavada. Coleccionaba sobresalientes sin parar, y el d¨ªa que suspend¨ª literatura, acab¨¦ en el psic¨®logo. Los contrastes continuos entre victoria y derrota ayudan a hacerse una idea m¨¢s exacta de la vida. En el fracaso se sabe si posees clase y dignidad. Te pone a prueba. Nadie tiene ¨¦xito ininterrumpidamente, solo a veces. El sentido de la vida te gu¨ªa a la p¨¦rdida, de tiempo, dinero, pelos¡ El d¨ªa que al fin alcanzas la victoria te sabe a playa. Puedes vivir en ella cien a?os, como la tarde de 1981 que Jos¨¦ Mar¨ªa Zamora caz¨® un bal¨®n en el ¨¢rea enfangada del Molin¨®n, y lo envi¨® a la red. En el ag¨®nico minuto 90, del ¨²ltimo partido, la Real Sociedad gan¨® su primera Liga. No hay que cometer el error de hacerlo todo bien desde el principio. Yo tuve que caer en manos de una repetidora peligros¨ªsima ¡ªescrib¨ªa t¨ª con tilde¡ª para saber qu¨¦ era besar de verdad, sin las manos en los bolsillos.
La derrota no es ning¨²n drama. Las victorias se paladean mejor si se intercalan entre algunos fiascos
La derrota no es ning¨²n drama. Bilardo, despu¨¦s de ganar el Mundial de M¨¦xico, supo disfrutar de los peque?os chascos que siguieron al t¨ªtulo. En 1990 Argentina estaba a punto de batir el r¨¦cord de m¨¢s minutos sin marcar, y el t¨¦cnico areng¨® a sus jugadores para que no se les ocurriese meter un gol antes de los seis minutos porque se quedaban sin r¨¦cord. ¡°Nosotros tenemos que estar en todas las conversaciones, en las buenas y en las malas. Despu¨¦s de los seis minutos hagan lo que quieran¡±.
Las victorias se paladean mejor si se intercalan entre algunos fiascos. Naturalmente, la gloria es un sue?o que debes perseguir todo el tiempo. El f¨²tbol s¨®lo tiene sentido si entiendes que el resultado es inevitable y sin embargo te decides a cambiarlo. En ese viaje asumes, como debe ser, el riesgo de quedarte sin nada, a semejanza de Fred MacMurray en Perdici¨®n, de Billy Wilder, cuando confiesa ante un dict¨¢fono: ¡°S¨ª, yo lo mat¨¦. Lo mat¨¦ por dinero y por una mujer; y ni consegu¨ª el dinero, ni la mujer. Estupendo, ?eh?¡±.
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