Cuando el dinero no basta
La imagen fue una estampa elocuente de este mercantilizado Real Madrid al que no hay precio que se le resista, salvo el de los t¨ªtulos. Cristiano Ronaldo, icono del club, abandonaba Cornell¨¤ atribulado. Cab¨ªa pensar que el motivo era que su equipo acababa de perder la Liga cuatro d¨ªas despu¨¦s de haber derrapado en la Champions. Para nada. El portugu¨¦s buscaba con fe el bal¨®n que llevarse a casa, el trofeo habitual para quien marca tres goles. CR hab¨ªa triunfado, su club se hab¨ªa estrellado. Ning¨²n compa?ero estaba tan risue?o como el luso, que puso cara de p¨®quer al verse aislado, sin honores a su alrededor. Pepe, al o¨ªdo, algo le hizo saber. Hasta Pepe se dio cuenta. No era el d¨ªa para un do de pecho individual. S¨ª para que la instituci¨®n se pronunciara sobre Carlo Ancelotti, o sobre Iker Casillas. A Emilio Butrague?o, portavoz tras los partidos, no le pareci¨® el momento d¨ªa adecuado y se mostr¨® tibio.
Tres d¨ªas despu¨¦s no hay pistas sobre si la D¨¦cima a¨²n es motivo de anclaje para el m¨ªster italiano, o si Casillas, si llega el caso, podr¨¢ despedirse este domingo a lo Xavi. Ancelotti ha deslizado m¨¢s de una vez que quiere seguir. El silencio p¨²blico del club revela dudas. Por un lado, porque no se vislumbra un entrenador de calado que agrade; por otra parte, este club, a excepci¨®n del caso de Jos¨¦ Mourinho, nunca ha tenido mucho apego a los t¨¦cnicos, nueve en doce temporadas con el actual dirigente. En este vaiv¨¦n, Florentino P¨¦rez no es ¨²nico. Jupp Heynckes fue despedido por Lorenzo Sanz tras la S¨¦ptima y a Fabio Capello le abri¨® la puerta de salida Ram¨®n Calder¨®n tras conquistar una Liga.
Los gal¨¢cticos en el campo, no tanto en el banquillo. Tampoco ha sido remedio. Cristiano lleg¨® al Real Madrid en el verano de 2009. Seis temporadas despu¨¦s, ha levantado solo una Liga, las mismas que el Atl¨¦tico de Diego Costa, por cuatro el Bar?a de Messi. Un Messi que desde su estreno azulgrana en 2005 ha conquistado 22 t¨ªtulos oficiales con el Bar?a por diez el Madrid. En su empe?o por exportar la marca, la imagen, el club parece llegar a confundir los Balones individuales con el oro colectivo.
Tras la ca¨ªda en Champions, el silencio p¨²blico del club revela dudas sobre el futuro de Ancelotti
Las cuentas son claras. A la entidad que preside Florentino P¨¦rez solo le deben cuadrar los balances financieros. En lo deportivo, en absoluto. El f¨²tbol no tiene precio, as¨ª que tras m¨¢s de 1.200 millones invertidos en doce temporadas que lleva al tim¨®n, Florentino P¨¦rez ha cantado bingo en tan solo siete de las 36 ocasiones que ha tenido el club de conquistar un gran trono, si se toma por tal la Liga, la Copa de Europa y la Copa del Rey. En porcentaje, el 19,4%, por debajo del 20% de Ram¨®n Calder¨®n, el 22% de Lorenzo Sanz, el 30% de Ram¨®n Mendoza, el 23,8% de Luis de Carlos y el 30,7% de Santiago Bernab¨¦u.
Florentino P¨¦rez lleg¨® a la presidencia con un proyecto rompedor, tan heterodoxo que merec¨ªa la m¨¢xima atenci¨®n. Era un desaf¨ªo en toda regla al f¨²tbol convencional. Consist¨ªa en saltarse todos los c¨®digos deportivos y tirar de una chequera fresca para fichar a los mejores, fueran o no necesarios. Un dream-team real, no virtual. El f¨²tbol como objeto de consumo, el Real Madrid convertido en un parque tem¨¢tico sin precedentes. La ecuaci¨®n parec¨ªa sencilla: con los mejores en el equipo no habr¨ªa oposici¨®n.
Con Vicente del Bosque como mecedor de egos, los tiempos dieron la raz¨®n al rector que so?aba con Kopa, Rial, Di St¨¦fano, Puskas y Gento. Entre 2000 y 2003, el Madrid cosech¨® dos Ligas y una Champions, adem¨¢s de una Supercopa de Espa?a, otra de Europa y una Intercontinental, torneos que amplifican el ¨¦xito en otras competiciones o apenas sirven como mal consuelo. No fue suficiente, y el actual seleccionador fue despedido por poco vanguardista.
Al tiempo, se tom¨® una decisi¨®n muy simb¨®lica. Makelele, pilar b¨¢sico para que las estrellas no desgastaran suela en tareas de carpinter¨ªa, fue sustituido por Beckham, m¨¢xima expresi¨®n del f¨²tbol de pasarela. Desde ese momento, salvo una Supercopa de Espa?a, no llegaron m¨¢s t¨ªtulos hasta el curso 2010-2011, cuando con Jos¨¦ Mourinho alz¨® una Copa frente al Bar?a.
Por el camino se fundieron Carlos Queiroz, Jos¨¦ Antonio Camacho, Mariano Garc¨ªa Rem¨®n, Vanderlei Luxemburgo y Juan Ram¨®n L¨®pez Caro. Desencantado por tanto extrav¨ªo y con remordimientos por tanto mimo a los fen¨®menos, Florentino P¨¦rez dimiti¨® en febrero de 2006. No regres¨® hasta 2009, con el Madrid ya con otras dos Ligas triunfales logradas con Ram¨®n Calder¨®n. En el tr¨¢nsito tambi¨¦n cayeron directores deportivos como Jorge Valdano, Arrigo Sacchi y Benito Floro. Solo Jos¨¦ Mourinho tuvo doble atribuci¨®n, t¨¦cnico y director deportivo. Con el portugu¨¦s de regreso a Londres, desde 2013 nadie ocupa el cargo. Hoy, m¨¢s que nunca, el asunto de altas y bajas es cuesti¨®n presidencial. ?l, Florentino P¨¦rez, es lo ¨²nico estable del club en doce de las ¨²ltimas quince temporadas. Solo falta que en el campo, en el banquillo y en un despacho de director deportivo tambi¨¦n haya raigambre. Como las ra¨ªces de Casillas, h¨¦roe junto a Zidane en la Novena, o las de Sergio Ramos, palad¨ªn de la D¨¦cima. Como las de Del Bosque, gu¨ªa indispensable de la Novena. O las que puede echar Carlo Ancelotti, catalizador de la D¨¦cima. Ya hay un gestor empresarial, faltan los gestores deportivos. El dinero no basta si se confunden los papeles.
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