Contador pierde el jersey rosa v¨ªctima de una ca¨ªda colectiva
Aru, l¨ªder por 19s, saldr¨¢ ¨²ltimo en la contrarreloj de 60 km. entre Treviso y Valdobbiadene
Con su experiencia, su memoria, su vida, su lucidez de gregario, Matteo Tosatto podr¨ªa escribir una historia del ciclismo. Se llamar¨ªa, siguiendo a Pasolini, por supuesto, El Ciclismo seg¨²n Matteo. Comenzar¨ªa, quiz¨¢s, con un flashback. Tour de Francia. Julio de 2014, Besan?on. Tosatto le dice a un periodista con el que se cruza en el pasillo de un hotel: ¡°la primera entrevista que me han hecho nunca me la hiciste t¨². Todav¨ªa me acuerdo. Fue en mi primer Tour. Nadie me conoc¨ªa¡±. Han pasado 10 a?os y a Tosatto, que tiene ya 40 y se ha cruzado en su vida de ciclista con cientos de personas, no se le ha olvidado aquella cara, como si su memoria se negara a borrarla pese a que la entrevista de la que naci¨® el recuerdo no durar¨ªa m¨¢s de cinco minutos.
De ah¨ª, el relato seguir¨ªa lineal hasta llegar a su cl¨ªmax, un lluvioso d¨ªa de mayo en Jesolo, junto al Adri¨¢tico y sus playas por encima de Venecia, entre arrozales, marismas y arrozales. Es el 12? Giro de Tosatto. Una carretera recta recta. Luz de oto?o, asfalto empapado y caos. Una barricada de ciclistas ca¨ªdos enredados en bicicletas, pedales, platos, cuadros le cierra el paso a Tosatto, que llega retrasado y despierto. Con la mirada recorre el bloqueo en busca de compa?eros necesitados, cruzando los dedos para que entre ellos no est¨¦ su jefe, Alberto Contador. A la derecha, ya en la cuneta de hierba blanda, ve lo que tem¨ªa, Contador de pie, girando como un derviche, buscando una bici, una bici. No intenta ni buscar la suya, que forma parte de un amasijo informe en el suelo. Tosatto se baja de la bici, echa a correr con ella de la mano hacia Contador, le da un silbido, el espa?ol se gira, le ve, echa a correr hacia delante mientras el italiano, salta entre ciclistas ca¨ªdos, gritos de dolor y bicicletas destrozadas en el suelo como una ni?a saltando charcos con unas botas de goma reci¨¦n estrenadas. En pocos segundos hace, a la carrera, el relevo que quiz¨¢s signifique el Giro para Contador. Contador acelera sin poder sentarse m¨¢s que en la punta del sill¨ªn de una bici algunas tallas m¨¢s grande que la suya, porque Tosatto, quien quiz¨¢s despu¨¦s del gesto salvador, pues el Giro de Contador quiz¨¢s se juegue en esa bicicleta grande, podr¨ªa ser ya San Matteo y escribir una pasi¨®n, no una novela, es un gigante. Lleg¨® a la meta el 46?, el primero de su grupo, esprintado como si se jugara el Giro en esos metros.
Clasificaci¨®n
Etapa
General
1. Sacha Modolo (ITA/LAM), 3h 3m 8s.
2. Giacomo Nizzolo (ITA/TRE) m.t.
3. Elia Viviani (ITA/SKY) m.t.
4. Aleksandr Porsev (RUS/KAT) m.t.
5. Eduard-Michael Grosu (ROU/NIP) m.t.
1. Fabio Aru (ITA/AST), 54 h 20m 35s.
2. Alberto Contador (ESP/TIN), a a 19.
3. Mikel Landa (ESP/AST), a 1:14.
4. Roman Kreuziger (CZE/TIN), a 1:38.
5. Dario Cataldo (ITA/AST), a 1:49.
Lleg¨® a 40s del ganador, el sprinter italiano Sacha Modolo, quien lanzado por el argentino Richeze, super¨® en la l¨ªnea a dos de sus j¨®venes compatriotas, Giacomo Nizzolo y Elia Viviani. Lleg¨® a 36s de Fabio Aru, quien, como Rigo Ur¨¢n, no se hab¨ªa ca¨ªdo. Perd¨ªa, por 19s, la maglia rosa que vest¨ªa desde el Abetone, desde la quinta etapa. Todas las escaramuzas que tanta ventaja psicol¨®gica le proporcionaron y que tantea energ¨ªa precisaron los 12 primeros d¨ªas del Giro quedaban en la etapa 13? reducidas a la nada, a menos que nada, a -19s, a un hombro que a¨²n molesta y a una nueva herida en la pierna izquierda, la marca de los dientes del plato de otra bicicleta, que le preocupa.
A pocos metros de Contador, tambi¨¦n entre los ca¨ªdos, entre las v¨ªctimas de un accidente ocurrido a 200 metros de la pancarta de tres kil¨®metros para la llegada, los 200 metros del drama, Richie Porte est¨¢ sentado en el suelo. Si la ca¨ªda hubiera sucedido en los tres ¨²ltimos kil¨®metros, no se habr¨ªa tenido en cuenta el tiempo perdido por ca¨ªdos o coartados en la clasificaci¨®n. Aturdido, Porte parece no ser consciente de que el segundero acelera en contra de ¨¦l. Abatido. Incapaz de reaccionar a otro golpe de la fortuna. Sin saber qu¨¦ hacer, hundido, Porte tarda 50s en reaccionar. Acepta la bici, tan grande, de su compa?ero Kiryienka, pedalea cansado, tambi¨¦n sin poder descansar el culo en el sill¨ªn, tan alto. A la c¨¢mara que le sigue le dirige una sonrisa de derrotado, de no he venido a luchar contra los elementos. Termin¨® 102? de la etapa, a 2m 4s de Aru. En la general, perdido, est¨¢ a 5m 5s. Empez¨® a perder el Giro el australiano con un pinchazo mal resuelto; quiz¨¢s lo perdi¨® definitivamente por una ca¨ªda est¨²pida, antes de llegar a su contrarreloj, antes de oler los abetos de los Dolomitas o entrever sus marmotas.
Declaraciones de Contador tras el final de la etapa.
En un coche, c¨®modo, la cara de un ni?o feliz, se come un bocadillo de mozzarella y jam¨®n Fabio Aru, el l¨ªder, quien se siente ganador. La v¨ªspera, en la bas¨ªlica de Vicenza era la imagen de la derrota. Saldr¨¢ el ¨²ltimo, con la fuerza del rosa, el s¨¢bado en la contrarreloj de 59,4 km entre Treviso y Valdobbiadene. ¡°En este Giro nada se puede dar por supuesto¡±, dice, filos¨®fico, su director, Beppe Martinelli, quien no oculta que el suyo puede ser un rosa transitorio. ¡°Las etapas m¨¢s f¨¢ciles son las que m¨¢s han influido¡±. Y podr¨ªa haber a?adido: y los hombres como Tosatto, los ciclistas que saben hacer su oficio y lo recuerdan, los que pueden decidir la clasificaci¨®n.
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