El yugo de Contador en el Giro
En una magn¨ªfica contrarreloj, el ciclista de Pinto acaba con las esperanzas de Aru, ahora a 2m 28s en la general, y de todos los rivales, ya lejanos
Detr¨¢s de los cristales, machadiana, la lluvia cae; en el comedor, proustianamente, dos ciclistas del mont¨®n pelan huevos cocidos con la mirada perdida, como aut¨®matas. Son Monsalve, de Venezuela, y Gavazzi, de Sondrio. Pelan al menos media docena cada uno. Desechan las yemas amarillas y solo conservan las claras, tan blancas, que machacan y mezclan en un bol con una papilla infame con un engrudo. Dan el ¨²ltimo toque al plato con un chorro de miel pringosa y un chorro de caf¨¦ reci¨¦n hecho, abrasante. Es su desayuno de campeones. Quedan cinco horas para el comienzo de una contrarreloj de 60 kil¨®metros, de m¨¢s de 80 minutos de esfuerzo empapado, en la que ellos, su resultado, no interesan a nadie. Pueden mirar el calendario. Llevan 14 d¨ªas desayunando as¨ª, silenciosos como m¨¢quinas, ausentes. Solo les queda una semana.
El resultado de Fabio Aru, maglia rosa sorprendente, s¨ª que interesa, aunque su director, m¨¢s dado a la pragm¨¢tica que a la ¨¦pica, parece conocerlo de antemano. ¡°Aru es la bandera de Italia, el ciclista que todos quieren que gana¡±, proclama bajo la lluvia Beppe Martinelli, el jefe del Astana. ¡°Por eso no entiendo por qu¨¦ el Giro ha puesto una contrarreloj de 60 kil¨®metros en la . Es la decisi¨®n m¨¢s extra?a que conozco¡±. Hombre de su tiempo, sin pasado ni futuro, y siempre lo ha sido as¨ª, desde que guiaba al mejor Marco Pantani, Martinelli parece no recordar que los m¨¢s grandes corredores, los nombres que viejos y ni?os recitan de memoria, Coppi, Bartali, Anquetil, Oca?a, Merckx, Indurain, han probado su clase y su car¨¢cter de campeones en carreras contrarreloj aparentemente excesivas, y que Aru, y todos, si quiere reclamar un puesto entre los mejores, no debe temerlas, sino abrazarlas hasta llorar. Son el test verdadero, la prueba de la excelencia m¨¢xima que convirti¨® a Alberto Contador, un campe¨®n, magn¨ªfico entre Treviso y sus f¨¢bricas familiares y Valdobbiadene, y sus colinas rebosantes de racimos de uva ya en mayo, en casi seguro ganador del Giro 2015.
Un periodista le ley¨® a Contador, quien no gan¨® la etapa por ser prudente en los descensos (qued¨® tercero, a 14s del ganador, el bielorruso Vasil Kiryienka, uno que ha ganado tres etapas en el Giro, y en las dos primeas veces gan¨® Contador el Giro, en 2008 y 2011; y a 2s de su compa?ero de juventud con Manolo Saiz, Luis Le¨®n S¨¢nchez), la clasificaci¨®n y las diferencias que ten¨ªa en la general sobre sus rivales: 2m 28s al segundo, el joven Aru, aplastado por el peso de las expectativas, por el peso de la bandera; 3m 36s al costarricense sorpresa Andrey Amador; 4m 14s a Rigo Ur¨¢n; 8m 52s a Richie Porte, aplastado por el peso de su equipo, su helic¨®ptero y su motorhome y convertido con su maillot casi blanco (solo la banda verde y amarilla con los colores de su bandera daban color a su tormento), en su Pinarello casi blanca, en el pim, pam, pum del Giro, en el objeto de las cr¨ªticas m¨¢s f¨¢ciles e inicuas porque se hacen sobre seguro, sin riesgo. Despu¨¦s de leerle la lista, el colega le pregunt¨® a Contador, quien solo cedi¨® la maglia rosa 24 horas despu¨¦s de alcanzarla en el Abetone, en la quinta etapa, si, despu¨¦s de haber marcado diferencias que solo Indurain sol¨ªa marcar se sent¨ªa como Indurain, quien despu¨¦s de abrir hueco se limitaba a defenderse en las monta?as. Y Contador agradeci¨® la comparaci¨®n y dijo: ¡°Las diferencias han sido mayores de lo que esperaba, pero no pienso en defenderme. Me cuesta frenarme y a veces la mejor defensa es el ataque¡±.
Como Contador quiere ganar el Tour despu¨¦s del Giro, de un Giro que, seg¨²n anunci¨® a la RAI, ser¨¢ ¡°probablemente¡± el ¨²ltimo de su carrera, las gentes, los aficionados, le aconsejan a voz en grito que economice fuerzas, que se dedique a seguir la rueda de tantos Astana con ideas y fuerza. Contador, que hizo la mejor contrarreloj de su carrera despu¨¦s de aquella del Tour de 2009 en la que derrot¨® a Cancellara en Annecy, y fue as¨ª porque corri¨® con una posici¨®n m¨¢s c¨®moda y porque supo no salir como una bala, sino que guard¨® lo mejor para el final, para las colinas lujuriantes, sin embargo, antepone a la eficiencia su idea de grandeza, su deseo hist¨®rico. Cuando gan¨® su primer Giro, el de 2008, el ¨²nico que figura en su palmar¨¦s pues borraron su nombre del de 2011 por el clembuterol del Tour del 10, a Contador le subrayaron que no hab¨ªa ganado ninguna etapa. Al Giro le quedan siete. Cinco pueden ser consideradas de monta?a o alta monta?a: el domingo, Madonna di Campiglio; el martes, el Mortirolo; el jueves, Verbania y el monte Ologno; el viernes, Cervinia, y el s¨¢bado Le Finestre y Sestriere. Tiene el Giro en su pu?o: cualquiera de ellas, de rosa y brazos en alto, podr¨¢ ser su objetivo para adornarlo.
Desayunaron juntos, comieron lo mismo y, inevitablemente, hicieron exactamente el mismo tiempo. Monsalve y Gavazzi terminaron la contrarreloj en 1h 23m 58s, a 6m 6s de Kiryienka. Su rutina, la rutina repetida de todos los ciclistas seguir¨¢ el lunes como seguir¨¢ la lluvia como seguir¨¢n girando las ruedas.
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