Cristiano desaf¨ªa a la directiva
La estrella madridista reivindica a Ancelotti, respaldado por unanimidad por los jugadores mientras se prepara su destituci¨®n
El arquetipo del llamado odiador, hater en la jerga de las redes sociales, es el adolescente que vive enroscado en un sof¨¢ perge?ando sentencias condenatorias de un mundo lejano que cree conocer ¨ªntimamente. Su vinculaci¨®n con el f¨²tbol est¨¢ b¨¢sicamente ligada a su relaci¨®n con los juegos electr¨®nicos de animaci¨®n, especialmente a la Play Station. El c¨®digo emocional de la paly es el ¨²nico c¨®digo que domina como experto y la afici¨®n que expresa por un club, o un jugador, tiene car¨¢cter igualmente virtual. La hinchada del Madrid se ha impregnado de individuos con esta sensibilidad. Extremadamente permeables a la telerrealidad, que consumen entreverada de propaganda, exigen mec¨¢nicamente resultados mec¨¢nicos a futbolistas en los que presumen un car¨¢cter igualmente programado. Odian a Casillas porque parece triste y porque sus ap¨®stoles cat¨®dicos lo han se?alado as¨ª. Se sienten decepcionados por el mundo real y expresan su frustraci¨®n con el esp¨ªritu l¨²dico del silbido. El fen¨®meno es end¨¦mico. Solo ocurre en Chamart¨ªn. Nunca en la historia del f¨²tbol, en ning¨²n pa¨ªs, en ning¨²n club, el capit¨¢n de la primera selecci¨®n campeona del mundo fue objeto del desprecio irracional de la multitud a la que hizo feliz.
En el extremo opuesto de la l¨ªnea de popularidad expresada seg¨²n la escala del ciberaficionado se encuentra Cristiano Ronaldo. El portugu¨¦s meti¨® 48 goles, conquist¨® el Pichichi, se hizo una foto con Carlo Ancelotti, y la public¨® en Twitter con un mensaje que, en los tiempos bizarros que vive el Madrid, result¨® subversivo: ¡°Gran entrenador y maravillosa persona. Espero que trabajemos juntos la pr¨®xima temporada¡±.
El partido contra el Getafe, el ¨²ltimo de la temporada en Chamart¨ªn, no sirvi¨® para casi nada m¨¢s que para reivindicar el trabajo de un entrenador inexplicablemente subestimado por la directiva del Madrid. Los pocos jugadores a los que el club permiti¨® hablar en p¨²blico as¨ª lo hicieron. Y lo hizo la hinchada, notablemente volcada a favor del entrenador. Unos aplaudieron, otros, los apostados en la grada sur, entonaron la canci¨®n laudatoria con letra adaptada a la melod¨ªa de Los Picapiedras. ¡°?Car-lo-An-ce-lo-tti! ?La-la-la-la-la-la-la-la-la-la¡!¡±.
Madrid, 7-Getafe, 3
Real Madrid: Casillas; Arbeloa (Carvajal, m. 45), Nacho, Pepe (Varane, m. 39), Marcelo; Illarramendi, Kroos, James; Bale, Chicharito y Cristiano (Odegaard, m. 57). No utilizados: K. Navas, Pacheco, Isco, Lucas Silva y Jes¨¦.
Getafe: Codina; Vigaray, Alexis, Naldo, Escudero; Lacen, Juan Rodr¨ªguez (?lex Felip, m. 71); Pedro Le¨®n (Ivi, m. 83), Sarabia, D. Castro (Bab¨¢, m. 78) e Hinestroza. No utilizados: Jona, Vel¨¢zquez, Astray y P. Milla.
Goles: 1-0. M. 12. Cristiano. 1-1. M. 22. Escudero. 1-2. M. 25. D. Castro 2-2. M. 31. Cristiano. 3-2. M. 33. Cristiano. 3-3. M. 43. Lacen. 4-3. M. 46. Chicharito. 5-3. M. 50. James. 6-3. M. 70. Jes¨¦. 7-3. M. 89. Marcelo.
Incidencias: Unos 75.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
La plantilla ya miraba con desconfianza los movimientos de la directiva cuando el presidente, Florentino P¨¦rez, se propuso examinar seriamente la posibilidad de destituir al entrenador, hace un mes. Las listas de defectos de Ancelotti no han dejado de filtrarse desde los despachos del Bernab¨¦u a partir de la eliminaci¨®n de la Champions. Los jugadores entienden que las acusaciones contra el t¨¦cnico son injustas. Cristiano lo manifest¨® del modo que crey¨® que repercutir¨ªa m¨¢s: en las redes sociales. No pudo hacerlo de otro modo pero represent¨® el sentir general de un grupo de futbolistas que ha desarrollado una complicidad especial con el t¨¦cnico.
Florentino P¨¦rez baj¨® a saludar al equipo al vestuario, en donde Ancelotti se despidi¨® de los muchachos. El t¨¦cnico esperaba que el presidente le confesase que no contar¨ªa con ¨¦l la pr¨®xima temporada. No sucedi¨®. El director general corporativo, Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez le dijo que hablar¨ªan ¡°el lunes¡± y le invit¨® a que se fuera de vacaciones. Lo que le ten¨ªan que decir se lo pod¨ªan decir por tel¨¦fono, le explic¨®. Hubo jugadores que no pudieron contener las l¨¢grimas. Ninguno de los t¨¦cnicos que ha tenido el Madrid en la ¨²ltima d¨¦cada hab¨ªa inspirado tanta adhesi¨®n en sus subordinados.
El Madrid, que controla las comparecencias p¨²blicas de los jugadores al mil¨ªmetro, solo permiti¨® que hablaran James, Illarramendi y Nacho. El colombiano se pronunci¨® a pie de campo: ¡°Ser¨ªa un golpe muy duro si Ancelotti se va. Espero que el club no lo despida¡±. Nacho opin¨® en el mismo sentido: ¡°Es un entrenador que ha dado much¨ªsimo a este equipo y al madridismo. Un gran profesional y una excelente persona. Espero que siga con nosotros¡±.
El partido contra el Getafe se jug¨® bajo el peso de un clima plebiscitario con el punto melanc¨®lico de las despedidas. Entre anuncios de la petrolera Ipic, con sede en Abu Dabi, financiaci¨®n del BBVA, energ¨ªa de Iberdrola y bebidas refrescantes, las pantallas gigantes del Bernab¨¦u presentaron la nueva aplicaci¨®n de Windows para que los consumidores disfruten de las sobrecogedoras im¨¢genes del viaje del Madrid a Lisboa a jugar la final de la Champions donde gan¨® la D¨¦cima, hace exactamente un a?o. Las secuencias estuvieron salpicadas de h¨¦roes felices: Ancelotti, Alonso, Di Mar¨ªa, o Casillas, desfilaban entre las sombras de una jornada hist¨®rica. Tan hist¨®rica que parece que ha pasado una d¨¦cada. Los art¨ªfices de la D¨¦cima, o est¨¢n fuera del club, o parecen cuestionados.
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