Bacca corona al Sevilla como tetracampe¨®n de la Liga Europa
El conjunto hispalense hace historia al lograr su cuarta Copa de la Liga Europa superando a un correoso Dnipro en una final apasionante
No fue f¨¢cil. Ni la final esperada. Con goles y emoci¨®n. Por encima de todo, la coronaci¨®n de un equipo que ha hecho historia, el Sevilla, que logr¨® gracias a su f¨²tbol y su enorme coraz¨®n la cuarta copa de la Liga Europa de su palmar¨¦s. Nadie lo ha conseguido. Supera a la Juventus, al Inter y al Liverpool, y adem¨¢s, jugar¨¢ la pr¨®xima temporada la Liga de Campeones desde la fase de grupos. Gran triunfo del Sevilla, capaz de sobreponerse a un gol tempranero del Dnipro, un equipo de guerreros, incansable y tozudo, que demostr¨® con creces por qu¨¦ era finalista. Enorme m¨¦rito de Emery y sus futbolistas. Dos de ellos, Banega y Bacca, cuajaron un partido soberbio, capaces de resumir la filosof¨ªa de este deporte: inteligencia del argentino y gol del colombiano. En una final llena de aristas y dificultades, acab¨® por imponerse el talento y la calidad. Tambi¨¦n, l¨®gicamente, esa chispa de fortuna que acompa?a a los campeones y alimenta su m¨ªstica. No hay otra. El Sevilla es campe¨®n y jugar¨¢ la Liga de Campeones. Sombrerazo. El ¨¦xito acompa?a en una d¨¦cada gloriosa a una entidad que ha hecho muy bien las cosas, desarrollando una filosof¨ªa de trabajo y acierto que le ha instalado en el club de los m¨¢s grandes de Europa. El Sevilla de Monchi y de Emery. De grandes talentos que no se rinden jam¨¢s.
No hay t¨¦cnico que en su pizarra pueda anticipar un gol en contra en una final a los siete minutos. Y m¨¢s cuando tu equipo, el Sevilla, salta dominador y din¨¢mico, protegiendo el bal¨®n con Reyes y Banega. El primero, una clara apuesta de Emery por desmontar el ordenado entramado del Dnipro, con lo que mand¨® a Aleix al lateral derecho. Un mont¨®n de buenas intenciones destrozadas a los siete minutos, de un plumazo. El sue?o del Dnipro se cumpli¨®. Fue como salir con ventaja en la final, con lo que su apuesta se consolid¨®. No ten¨ªa m¨¢s que esperar y meter, jugarse la pierna en cada bal¨®n e intentar que el Sevilla, superior t¨¦cnicamente, le cogiera asco al partido. En un contragolpe bien culminado por Kalinic, el Sevilla se encontr¨® con el peor de los escenarios. Si el equipo de Emery disfruta con espacios, el Dnipro se los iba a cortar de ra¨ªz. Le quedaba por delante una tit¨¢nica tarea, la de asaltar un castillo perfectamente pertrechado. Y respondi¨® bien el Sevilla, con todos sus jugadores pidiendo el bal¨®n, con Krychowiak excelso. El equipo, sencillamente, no entr¨® en p¨¢nico. Jug¨® como si nada hubiera ocurrido. Con Banega de director de orquesta, excelso en la pausa, inteligente en cada pase. Krychowiak avis¨® con un gran remate de cabeza que despej¨® Boyko. La segunda la meti¨® en la red como un delantero centro de los antiguos, revolvi¨¦ndose como un tigre. El gol le dio alas al Sevilla, que vivi¨® momentos de muy buen f¨²tbol. Como ejemplo, el gran pase que permiti¨® a Bacca driblar a Boyko y hacer el segundo. Consumada la remontada, al Sevilla le falt¨® aplomo. Matheus era una pesadilla en la banda derecha para Tremoulinas y los centrales del equipo andaluz sufrieron demasiado. Una falta a Kalinic provoc¨® el empate del Dnipro. Rotan, con suavidad, super¨® la barrera y bati¨® a Rico. Fant¨¢stico el Dnipro, que hab¨ªa golpeado en los instantes claves, irreductible en su fe.
Dnipro, 2-Sevilla, 3
Dnipro: Boyko; Fedetskiy, Cheberyachko, Douglas, Matos; Fedorchuk (Bezus, m. 67), Kankava (Shakhov, m. 84); Kalinic (Seleznyov, m. 77), Rotan Konoplyanka, y Matheus. No utilizados: La?tuvka, Vlad, Luchkevych y Gama.
Sevilla: Rico; Aleix Vidal, Carri?o, Kolodziejczak, Tr¨¦moulinas; Krychowiak, Mbia; Vitolo, Banega (Iborra, m. 88), Reyes (Coke, m. 58), y Bacca (Gameiro, m. 81). No utilizados: Beto, Navarro, Figueiras y Su¨¢rez.
Goles: 1-0. M. 6. Kalinic. 1-1. M. 27. Krychowiak. 1-2. M. 30. Bacca. 2-2. M. 43. Rotan. 2-3. M. 72. Bacca.
?rbitro: Martin Atkinson, ingl¨¦s. Amonest¨® a Leo, Kankava, Rotan, Kalinic y Bezus del Dnipro, y a Carri?o, Krychowiak y Bacca del Sevilla.
Unos 50.000 espectadores en el Estadio Nacional de Polonia, en Varsovia.
El miedo hizo presencia en la segunda mitad. El Sevilla se par¨® y el Dnipro segu¨ªa a lo suyo. El dominio segu¨ªa siendo andaluz, pero ficticio. No hab¨ªa claridad y Emery busc¨® m¨¢s fuerza que talento. Sali¨® Reyes y entr¨® Coke. El Sevilla percut¨ªa y percut¨ªa. El Dnipro era un lobo al acecho. La final estaba clara. El que marcaba se le llevaba. Y lleg¨® el bal¨®n a Vitolo, que se le puso de lujo a Bacca. El colombiano, con todo el aliento de miles de sevillistas y todo su pa¨ªs, se intern¨® en el ¨¢rea y marc¨®. Otra vez por delante, el Sevilla acariciaba su cuarta Copa. El silencio se hizo en el estadio con el desplome de Matheus cuando el final se acercaba. Lo ten¨ªa el Sevilla en su mano, pero el Dnipro, incluso tocado con la lesi¨®n de su jugador y en inferioridad, se fue a por el empate a la desesperada. No pudo. El Sevilla fue campe¨®n y estar¨¢ en la Liga de Campeones la pr¨®xima temporada mientras las l¨¢grimas recorr¨ªan los rostros de muchos sevillistas que vivieron una noche inolvidable. La cuarta en un mes de mayo que sabe a gloria a los andaluces. El colof¨®n a una d¨¦cada apasionante, en la que el Sevilla ha decidido instalarse en la gloria. Lo importante, adem¨¢s, es que ha puesto los cimientos para seguir siendo grande y no bajarse jam¨¢s del pedestal.
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