El caso de la FIFA desata una pugna pol¨ªtica y econ¨®mica

El esc¨¢ndalo de los sobornos destapado por Estados Unidos en el ¨®rgano que gobierna el f¨²tbol a nivel mundial est¨¢ provocando un choque diplom¨¢tico inesperado entre dos de las grandes potencias del planeta, que si va a m¨¢s puede tener incluso ramificaciones financieras de calado, y no solo para la FIFA como organismo. Un enfrentamiento con el deporte rey de v¨ªctima que escenifican Rusia y Reino Unido mientras la investigaci¨®n del fraude va tomando cuerpo.

La trama de corrupci¨®n destapada en la FIFA tiene una conexi¨®n con los grandes bancos de Wall Street. Ese es precisamente uno de los detalles que llev¨® al Departamento de Justicia de Estados Unidos, al FBI y a la agencia tributaria estadounidense a actuar contra los directivos del organismo, acusados de hacer un uso il¨ªcito del sistema financiero para blanquear dinero de los sobornos.

¡°Los imputados y sus conspiradores depend¨ªan enormemente del sistema financiero de EE UU para que la trama pudiera funcionar¡±, se puede leer en el amplio documento en el que se argumenta esta acci¨®n, mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, acusa a EE UU de abusar de su poder en este caso, consciente de que el esc¨¢ndalo podr¨ªa afectar a la celebraci¨®n del Mundial de F¨²tbol en 2018 en su pa¨ªs.

La pol¨¦mica en la FIFA amenaza as¨ª con convertirse en una crisis geopol¨ªtica importante, con el deporte como epicentro. Mientras el dirigente ruso mostraba as¨ª su apoyo a la gesti¨®n de Blatter, el primer ministro brit¨¢nico David Cameron ped¨ªa desde Downing Street la cabeza del presidente de la FIFA. Es m¨¢s, se puso a rebufo de la acci¨®n judicial de EE UU para exigir una reforma de la FIFA.

Cameron est¨¢ llegando a sugerir incluso que se vuelvan a someter a votaci¨®n las candidaturas de Rusia y de Qatar para los Mundiales de 2018 y 2022, respectivamente. La tensi¨®n es evidente 24 horas despu¨¦s de destaparse el fraude, mientras las autoridades suizas investigan ahora el concurso de esos dos torneos. Aunque en este momento ning¨²n pa¨ªs se plantea el boicot, si hay voces que piden a los patrocinadores de la FIFA que reconsideren hacer negocio con la organizaci¨®n mientras Blatter siga al frente.

Que EE UU sea la primera que tira de la cuerda de la corrupci¨®n, como se?alan los expertos, no es una sorpresa. Jennifer Rodgers, desde la Universidad de Columbia, recuerda que la aplicaci¨®n de la legislaci¨®n estadounidense no conoce fronteras. Las autoridades pueden perseguir cualquier violaci¨®n de la legislaci¨®n si la conducta criminal afecta de alguna manera a EE UU. En este caso, los directivos de la FIFA y los empresarios acusados hicieron un uso fraudulento del sistema financiero con transferencias de dinero fruto del chantaje.

El documento de m¨¢s de 160 p¨¢ginas que utiliza el Departamento de Justicia para construir su causa penal cita a varias grandes instituciones financieras que sirvieron durante todos estos a?os de canal para facilitar los pagos il¨ªcitos, entre ellas los colosos estadounidenses JPMorgan Chase, Citigroup y Bank of America, la brit¨¢nica HSBC y la suiza UBS. Ahora se est¨¢ investigando si estas firmas eran conscientes de que esas transferencias eran fruto de una actividad ilegal.

"Parte de nuestra investigaci¨®n se centra en mirar la conducta de estas instituciones financieras para ver si sab¨ªan que estaban ayudando a lavar el dinero procedente de estos pagos il¨ªcitos", explic¨® el mi¨¦rcoles en rueda de prensa el fiscal neoyorquino Kelly Currie. Pero en este momento, las autoridades no tienen constancia de que estos bancos formaran parte de la trama. Ninguno ha sido acusado de una conducta irregular o il¨ªcita. "Son parte de la investigaci¨®n", precis¨®.

Rodgers apunta, adem¨¢s, hacia otros dos detalles que justifican la acci¨®n de EE UU. El primero se refiere al montante del fraude. Se calcula que el total de los pagos il¨ªcitos a directivos de la FIFA ascendieron en este caso a 150 millones de d¨®lares durante los 24 a?os que dur¨® la trama. De esa cantidad, el grueso, unos 110 millones, est¨¢n relacionados con Copa Am¨¦rica Centenario. El torneo se disputar¨¢ por primera vez en suelo estadounidense, en junio de 2016.

Registro en Miami

Como indic¨® Currie en la rueda de prensa, los directivos de la FIFA celebraron varios encuentros en Nueva York con los empresarios que buscaban su posici¨®n de influencia para hacerse con la negociaci¨®n de los derechos de los torneos y otras actividades promocionales. El otro elemento adicional, y relacionado con la Copa Am¨¦rica Centenario, se refiere la propia localizaci¨®n de la sede de la CONCACAF. La confederaci¨®n tuvo su sede en Nueva York hasta 2012 y desde entonces opera en Miami. Las oficinas fueron objeto de un registro el mi¨¦rcoles.

Jennifer Rodgers, que trab¨® como asistente del fiscal del distrito sur de Nueva York, da por hecho que el caso no acaba aqu¨ª y que habr¨¢ m¨¢s implicados. Putin, en realidad, tiene motivos para estar preocupado. Como explican los expertos legales, este caso est¨¢ relacionado de alguna manera con la investigaci¨®n interna en la FIFA llevada acabo por el antiguo fiscal neoyorquino Michael Garc¨ªa.

En el sumario hecho p¨²blico por la FIFA se asegura que no hubo irregularidades en la concesi¨®n del Mundial de 2018. El abogado opt¨® sin embargo por renunciar a su cargo en la FIFA en se?al de protesta. Por todo esto, John McCain y Robert Men¨¦ndez mandaron el mismo d¨ªa en el que estall¨® el esc¨¢ndalo una carta al Congreso de la FIFA pidiendo que reconsidera la reelecci¨®n de Blatter, al considerar que no se puede dar a Putin el "privilegio" de acoger el torneo.

De paso, los legisladores republicano y dem¨®crata recordaron en la misiva que todos los miembros del organismo est¨¢n sometiendo a Rusia a sanciones por el conflicto en Ucrania. "El pr¨®ximo presidente de la FIFA debe tener la responsabilidad de garantizar no solo un lugar seguro y exitoso para la Copa del Mundo de 2018". Adem¨¢s, a?aden, debe garantizar que perdura en su misi¨®n como promotor de los valores de unidad, educaci¨®n, cultura y humanos.