A la oficina con Rafa Ben¨ªtez
El t¨¦cnico, que se dispone a firmar con el Madrid, impone ritmos de trabajo minuciosos que pueden no casar con las grandes figuras
¡°Rafa Ben¨ªtez es lo que se dice un currante¡±, se?ala Federico Basavilbaso. ¡°Alguien que eleva el nivel del jugador, alguien que sabe hacer equipos; un estudioso; el mejor entrenador que tuve. ?Si entrenase a los monstruos que tiene el Madrid har¨ªa grandes cosas!¡±.
Federico Basavilbaso nunca fue un superdotado del f¨²tbol. Pero s¨ª supo ser un excelente profesional. Abnegado y luchador, ascendi¨® a Primera con el Tenerife en junio de 2001 de la mano de Ben¨ªtez. Tres a?os m¨¢s tarde, a la edad de 30, dej¨® el f¨²tbol para dedicarse a la abogac¨ªa. Mientras el Real Madrid se dispone a contratar a Ben¨ªtez, Basavilbaso hace carrera como funcionario del Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires.
Basavilbaso representa la clase de jugador que encaja en las visiones de Ben¨ªtez. Porque Ben¨ªtez es, como muchos de sus colegas, un visionario extremo que exige que sus subordinados ejecuten sobre el campo las figuras que le sugiere su imaginaci¨®n. En su mente compone armon¨ªas de esfuerzo, coreograf¨ªas de hombres en acci¨®n. Se lo representa todo con tanta claridad que en ocasiones parece enfrascado en estados febriles. Son muchos los aficionados del Liverpool que le recuerdan en la banda de Anfield dirigiendo los partidos al borde del paroxismo, haciendo se?as a los futbolistas, apelando a gritos como si tratase de influir simult¨¢neamente en cada desmarque, cada pase, cada cobertura, cada apoyo. Como si no creyese en la iniciativa de los hombres. Sus disc¨ªpulos a veces tuvieron la sensaci¨®n de que el deseo de control lo conduc¨ªa a un extrav¨ªo de prepotencia que le hac¨ªa despreciar el talento individual suponiendo que todo deb¨ªa circunscribirse a cierto esquema preconcebido en el mapa t¨¢ctico. Por momentos, dio la impresi¨®n de que le val¨ªa lo mismo un Leiva que un Mascherano, un Alonso que un Momo Sissoko.
¡°Hasta ahora Ben¨ªtez ha dirigido equipos que no estaban en la primera fila¡±, observa David Albelda, que gan¨® dos Ligas con Ben¨ªtez en el Valencia. ¡°Ha sabido sacar el m¨¢ximo rendimiento de las plantillas que ha tenido. En el Madrid dispondr¨¢ de m¨¢s calidad. ?l es listo. Ver¨¢ que tiene material para hacer otra cosa y posiblemente practique un f¨²tbol m¨¢s ofensivo¡±.
Antonio D¨ªaz fue t¨¦cnico de las categor¨ªas inferiores del Madrid. Coincidi¨® con Ben¨ªtez en la vieja ciudad deportiva de la Castellana. Cada vez que lo evoca, D¨ªaz refleja el respeto que inspir¨® su colega en la generaci¨®n de j¨®venes t¨¦cnicos que salieron del INEF hace dos d¨¦cadas. ¡°En todos los deportes, entrenamos para que la competici¨®n nos reserve la menor cantidad posible de sorpresas¡±, dice D¨ªaz. ¡°Este es el objetivo del entrenamiento y esto es lo que consigue Ben¨ªtez en sus equipos. Otra cosa es que no sea frecuente en el f¨²tbol, donde muchos entrenadores no han tenido un m¨¦todo. El f¨²tbol es un deporte colectivo, hay un rival, y un factor juego... Es imposible controlar todas las variables. Pero Rafa tiene un m¨¦todo; y su trabajo se plasma en los partidos¡±.
¡°Rafa¡±, prosigue D¨ªaz, ¡°arrastra los prejuicios de los que no han sido jugadores profesionales. Pero para todos los t¨¦cnicos que no han sido futbolistas, y me incluyo, ¨¦l es un modelo a seguir. Como Arrigo Sacchi. Los resultados de Sacchi abrieron camino a finales de los 80 y Rafa sigui¨® esa l¨ªnea. Por algo su primer referente es el f¨²tbol zonal de Sacchi, que metodol¨®gicamente era impresionante¡±.
¡°Tengo una duda sobre sus entrenamientos¡±, objeta Albelda. ¡°La necesidad de elevar el nivel general de plantillas que no ten¨ªan la m¨¢xima calidad hizo que Ben¨ªtez planificara mucho los entrenamientos. Sus equipos se pasan meses de poca diversi¨®n. Hay muy pocos partiditos libres. Exprime a los jugadores para sacarles el m¨¢ximo rendimiento. Entre el trabajo del sistema, la t¨¢ctica y el f¨ªsico, necesitas estar metido las 24 horas. Esto es muy eficaz con jugadores de nivel medio o bajo. Yo tengo dudas sobre c¨®mo aguantar¨¢n estas tareas los jugadores del Madrid. ?Qu¨¦ har¨¢n cuando vean que no se divierten?¡±
Antonio N¨²?ez, que sali¨® de la cantera del Madrid y jug¨® en el Liverpool a las ¨®rdenes del t¨¦cnico madrile?o, reflexiona al hilo de Albelda. ¡°El f¨²tbol es un juego y hay una parte del jugador que necesita divertirse entrenando¡±, dice. ¡°A los equipos de Rafa les ha faltado un punto de diversi¨®n. Cuando yo iba a los entrenamientos sent¨ªa que iba a la oficina. Me dir¨¢n que todo el mundo se aburre en su trabajo y que los futbolistas no tenemos derecho a pedir diversi¨®n. Pero esto es un juego y los equipos de f¨²tbol para estar finos necesitan divertirse un poco. Por puro pragmatismo¡±.
¡°?l trabaja mucho el posicionamiento¡±, explica N¨²?ez. ¡°Eso se ensaya andando. ?Ni siquiera corres! ¡®El bal¨®n soy yo¡¯, nos dec¨ªa. Y seg¨²n se mov¨ªa ¨¦l por el campo se iba moviendo el equipo. Lentamente. Andando, para que se vean bien los espacios y las l¨ªneas. Para dominar cada movimiento, cada basculaci¨®n, siempre en funci¨®n del rival que te toca. ?l estudiaba muy bien los rivales y cambiaba los ejercicios. Entrenaba el sistema en funci¨®n de c¨®mo jugar¨ªa el oponente, para que modific¨¢ramos las posiciones, para cerrar o no determinados espacios. Sab¨ªa explicar bien los partidos y eso era ¨²til para el equipo¡±.
¡°?l controla tanto los detalles t¨¢cticos que en el Valencia calent¨¢bamos sin bal¨®n, haciendo movimientos para plasmar el sistema¡±, coincide Albelda. ¡°Nos pon¨ªamos todos los jugadores sobre el campo y nos mov¨ªamos cada uno en su puesto en funci¨®n de la situaci¨®n del entrenador, que representaba el bal¨®n. En el Valencia casi todos los entrenadores de las ¨²ltimas d¨¦cadas fueron de ese estilo: Ranieri, C¨²per, incluso Quique¡ Se entend¨ªa que para pelear contra el Bar?a y el Madrid hab¨ªa que formar un bloque, agrup¨¢ndonos todos atr¨¢s¡±.
Ahora que Ben¨ªtez se dispone a firmar su contrato con el Madrid ya no necesitar¨¢ un bloque como aqu¨¦l. A sus 55 a?os ha dirigido a m¨¢s de 200 futbolistas de Primera Divisi¨®n. Unos, como el obediente Basavilbaso, le aprecian. Otros, como Alonso, Higua¨ªn o el Kily Gonz¨¢lez, se aburren de solo recordarlo. Si finalmente aprendi¨® que no todos los hombres son iguales ante su m¨¦todo, los tipos como Ramos, James, Cristiano o Modric soportar¨¢n mejor las horas de curro en la oficina.
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