Luis Su¨¢rez, los goles por el perd¨®n de Europa

Ganado el cari?o del Camp Nou, por fin, a golpe de goles ¡ª24 en 42 partidos, adem¨¢s de 21 asistencias¡ª, lograda la complicidad de Messi a base de desmarques y tardes de mate, Europa es el escenario en el que Luis Su¨¢rez busca su redenci¨®n definitiva. La Champions es su competici¨®n, y no s¨®lo porque en ella se estrenara como goleador azulgrana ¡ªante el Apoel de Nicosia, el 26 de noviembre¡ª, sino tambi¨¦n porque es el mejor escaparate para limpiar su imagen, todav¨ªa asociada a un mordisco a Chiellini en el Mundial de Brasil ¡ªel tercer mordisco de su carrera, que le cost¨® cuatro meses de suspensi¨®n y 82.250 euros¡ª y a un desencuentro tachado de episodio racista con Evra hace tres a?os. Episodio, por cierto, del que sigue defiendo otra versi¨®n ¡ª¡°Es una mancha que no merezco¡±, declara en su autobiograf¨ªa, escrita por Peter Jenson y Sid Lowe, donde explica que us¨® la palabra negro, pero sin connotaciones racistas, como es habitual en el lenguaje coloquial de los pa¨ªses sudamericanos¡ª que no le eximi¨® de los ocho partidos de sanci¨®n que le impuso la Federaci¨®n Inglesa.

Su¨¢rez tiene la oportunidad de resarcirse este s¨¢bado con goles y con juego, ahora que se entiende a las mil maravillas con la delantera azulgrana y es parte fundamental de un tridente ¡ª120 tantos entre los suyos, los de Messi y los de Neymar, todo un r¨¦cord¡ª que ya se ha guardado en el zurr¨®n una Liga y una Copa. Y podr¨¢ hacerlo enfrent¨¢ndose a sus fantasmas, pues en Berl¨ªn jugar¨¢ contra el equipo de Chiellini (finalmente ausente por lesi¨®n) y de Evra. Qui¨¦n sabe si le estrechar¨¢ la mano esta vez.

Seguramente, le cost¨® imaginar el pasado verano un final de curso tan brillante al uruguayo, que vivi¨® reclutado en su casa el final del Mundial y que vio peligrar (m¨¢s por las habladur¨ªas y las p¨¢ginas de los peri¨®dicos que por la desconfianza real del club) su llegada al Barcelona, que finalmente pag¨® 81 millones por ¨¦l y desterr¨® as¨ª toda duda en el que fuera Bota de Oro por los 31 goles marcados con el Liverpool el a?o anterior. De los meses que pas¨® entren¨¢ndose solo, sin jugar partidos y en manos del psic¨®logo que le busc¨® su nuevo equipo, apenas queda el recuerdo vago.

Y todo lo ha logrado a base de trabajo, implicaci¨®n ¡ªcomo se vio en el partido contra el Atl¨¦tico, donde abronc¨® a Gim¨¦nez, compa?ero de selecci¨®n, y le amenaz¨® con no volver a la celeste si volv¨ªa a patear a Neymar¡ª y merced a la bendici¨®n de Messi, que desde el partido contra el Ajax acept¨® volver a la banda derecha para que el charr¨²a pudiera ejercer de 9 cl¨¢sico, fijar a los centrales, crear oportunidades y cazar goles por puro instinto. Si Su¨¢rez asumi¨® primero su papel como acompa?ante desde la derecha, fue Messi quien entendi¨® despu¨¦s que la mejor manera de que ambos hicieran m¨¢s goles ser¨ªa cederle el centro al reci¨¦n llegado, que siempre se manej¨® mejor en punta que con las combinaciones imposibles que hicieron c¨¦lebre a este Bar?a.

Si le cost¨® marcar, tambi¨¦n tard¨® en encontrar su sitio y situarse habitualmente entre la n¨®mina de goleadores del equipo, pero nunca se le reproch¨® falta de trabajo o compromiso con sus compa?eros. La Champions, adem¨¢s, ejerci¨® de trampol¨ªn para que tomara impulso, porque en Europa se estren¨® y porque fueron sus tantos decisivos en las eliminatorias ante el Manchester City y el PSG, a quienes endos¨® dos goles a cada uno para empezar a andar el camino hacia Berl¨ªn, ciudad que puede asistir a su redenci¨®n mundial este s¨¢bado.