Los primeros Juegos Europeos, bajo el imperio de la luz

Con un poco de atenci¨®n se pueden o¨ªr los golpes de un martillo en mitad de la noche. El ruido met¨¢lico interrumpe el silencio. Los focos que alumbran la desnudez de un edificio en ciernes rompen la oscuridad. A tres meses de la cita m¨¢s importante de la historia de Azerbaiy¨¢n, los obreros trabajan 24 horas al d¨ªa. ¡°Bak¨² est¨¢ bajo construcci¨®n masiva¡±, dice ya a la luz del d¨ªa Jeremy Edwards, supervisor de las infraestructuras donde se desarrollar¨¢n a partir de este viernes los primeros Juegos Europeos, la r¨¦plica europea de competiciones como los Juegos Panamericanos o los Asi¨¢ticos. Se trata de un proyecto que se ha completado en menos de tres a?os, que podr¨ªa rondar los 8.000 millones de euros y que acoge un pa¨ªs cuestionado en materia de derechos humanos.?El martes, la vicepresidenta del Parlamento Europeo pidi¨® que los altos cargos boicoteen la cita y denunci¨® que Azerbaiy¨¢n tiene encarcelados a 20 prisioneros pol¨ªticos. Holanda, designada para acoger la segunda edici¨®n, renunci¨® a la cita hace tres d¨ªas, despu¨¦s de que el comit¨¦ ol¨ªmpico nacional no hubiera obtenido el respaldo de las autoridades p¨²blicas.

La cita tendr¨¢ como escenario para su primera edici¨®n la capital de Azerbaiy¨¢n, el umbral difuso y desenfocado que separa Europa y Asia. A tres meses de su inauguraci¨®n el comit¨¦ organizador invit¨® a decenas de periodistas, entre ellos del EL PA?S, para que fueran testigos de la marcha del proyecto. Bak¨² se ve¨ªa entonces como una ciudad a medio terminar, sometida al imperio de la luz, que no ilumina para ver, sino para ser vista, para presumir de lujo, riqueza y poder. Tres grandes rascacielos con forma de llama se elevan en esta ciudad a orillas del mar Caspio. Sus fachadas son tres pantallas gigantes que proyectan im¨¢genes de s¨ªmbolos e iconos nacionales. Las extravagantes construcciones, las luces y los coloren conviven a escasos metros con un amurallado centro hist¨®rico medieval, patrimonio de la humanidad, que data del siglo XII y donde hay una torre que en su d¨ªa se levantaba sobre el mar y de la que dicen que una doncella se arroj¨® al vac¨ªo despu¨¦s de que se le fuera negado un amor imposible.

En el cap¨ªtulo deportivo, Bak¨² ser¨¢ el laboratorio que certifique si los Juegos Europeos tienen cabida en el calendario internacional. Durante 16 d¨ªas unos 6.000 atletas procedentes de 50 pa¨ªses competir¨¢n en 20 deportes repartidos por las 18 sedes de la ciudad. M¨¢s de la mitad (11) ofrecer¨¢n la posibilidad de clasificarse para los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo 2016: Tiro con arco, atletismo, boxeo, ciclismo, judo, tiro, nataci¨®n, pin-pon, taekwondo, triatl¨®n, voleibol y lucha. Adem¨¢s, habr¨¢ cuatro disciplinas no ol¨ªmpicas: baloncesto 3x3, f¨²tbol playa, karate y Sambo.

¡°Creedme. No estoy diciendo que esto son los Juegos Ol¨ªmpicos. No lo son. No tratamos de replicar los Juegos Ol¨ªmpicos", dice Simon Clegg, director de operaciones, y uno de los arquitectos de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012, en su despacho del cuartel general del comit¨¦. Clegg fue tambi¨¦n uno de los responsables de la fallida candidatura de Madrid 2020. Lleg¨® a acompa?ar a la delegaci¨®n espa?ola en Argentina, donde deb¨ªa defender el proyecto. Entonces se us¨® el argumento de una candidatura austera, muy distinta del ostentoso proyecto azer¨ª.

"Creo que Madrid ofrec¨ªa algo muy interesante en ese momento en particular. Aqu¨ª t¨² ves la ciudad, su arquitectura, y necesitas construir edificios que vayan con la ciudad, con lo que este pa¨ªs quiere ser en el futuro", explica.

"Si busc¨¢is una cifra, y s¨¦ que quer¨¦is una cifra, la ¨²nica a la que me puedo referir es la que previamente dijo el ministro de juventud y deporte el a?o pasado de 950.000.000 manats (800 millones de euros)", se?al¨® Clegg. Ese dinero solo corresponde al gasto para organizar los Juegos. No incluye construcci¨®n de sedes e infraestructuras. "Es dif¨ªcil decir una cifra. ?Es el nuevo aeropuerto un coste que haya que atribuir a los Juegos? Obviamente no. Hab¨¦is conducido y hab¨¦is pasado por el Estadio Nacional. ?Hay que atribuirlo a los juegos? No. Ellos necesitan el estadio nacional", defiende. The Guardian calcula el gasto total en casi 9.000 millones de euros, una cifra negada por el Gobierno.

Adem¨¢s del estadio ol¨ªmpico, Bak¨² ha construido cuatro sedes m¨¢s exclusivamente para estos Juegos. El National Gymansticas Arena, el BMX Velopark, el Centro Acu¨¢tico de Bak¨² y el centro de tiro.

Bak¨² aspir¨® a convertirse en ciudad candidata para organizar los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016 y 2020. No lo consigui¨®. Pero en su aspiraci¨®n para abrirse al mundo, y en especial a Europa, como un pa¨ªs moderno, con un potencial econ¨®mico que emana de sus reservas de petr¨®leo y sobre todo del gas que dormita en su subsuelo, se lanz¨® a por este experimento de los Comit¨¦s Ol¨ªmpicos Europeos. Es el evento m¨¢s importante desde que la ciudad acogi¨® Eurovisi¨®n en 2012.

No estoy diciendo que esto son los Juegos Ol¨ªmpicos. No lo son Simon Clegg, director del Comit¨¦ Operativo de Bak¨² 2015

Muchos ven en esta decisi¨®n una oportunidad para vender una imagen amable de un pa¨ªs al que se le acusa de falta de libertad de prensa y represi¨®n pol¨ªtica. Azerbaiy¨¢n est¨¢ gobernado por Ihan Aliyev desde 2003, el d¨ªa que asumi¨® el poder tras la muerte de su padre Heydar, presidente desde 1993. Su foto, de hecho, se encuentra en cada rinc¨®n de la capital, en calles, museos y monumentos.? La OSCE, la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa, denunci¨® irregularidades en las ¨²ltimas elecciones y Amnist¨ªa Internacional tambi¨¦n ha criticado al gobierno azer¨ª por encarcelar a opositores. ¡°Somos una organizaci¨®n deportiva. Y cr¨¦eme, tengo suficiente¡±, responde Clegg cuando se le menciona las cr¨ªticas por la falta de libertad de expresi¨®n y a?ade que la presencia de Armenia en el evento, que ha mantenido un conflicto hist¨®rico con Azerbaiy¨¢n por el Alto Karabaj, un enclave fronterizo, demuestra "la fuerza del deporte". ¡°Reconozco que ha habido criticas, pero recuerdo lo lejos que este pa¨ªs ha llegado en los ¨²ltimos 23 a?os¡±.

El centro de la ciudad, el que se exhibe como cara de la modernidad apenas es visitado por los aut¨®ctonos, que viven lejos de las lujosas marcas y los hoteles de cinco estrella. Tampoco los grandes parques, museos y galer¨ªas que parecen responder al dise?o de un alcalde caprichoso. Todo est¨¢ limpio y solitario. Apenas huele.