Chile, pasado y f¨²tbol
Este deporte ha de acostumbrarse a que sus eventos m¨¢s importantes est¨¦n rodeados de inconformes y reivindicaciones
"Pasa por una cosa de la idiosincrasia chilena, que el chileno tiene la facilidad de olvidar, la facilidad de no sentir. Para m¨ª el Estadio Nacional es un estadio que no existe. No soy part¨ªcipe de que sea todav¨ªa ocupado como Estadio Nacional", me explicaba en su cadencioso hablar andino, Julio Palestro, cuya familia fue torturada en ese escenario durante el inicio de la dictadura de Augusto Pinochet.
Sin embargo, m¨¢s que falta de memoria o inclinaci¨®n hacia el olvido, podemos referirnos a una sociedad que a veinticinco a?os de su transici¨®n a la democracia, mantiene una evidente polarizaci¨®n, con su lacerante pasado como cuchillo que rebana todo debate o diferencia.
A unos minutos de la inauguraci¨®n de la Copa Am¨¦rica, en medio de la euforia de aficionados que llegaban y se pintaban, cerca del arrumbado y deslavado letrero que recuerda el uso del estadio como centro de detenci¨®n, escuch¨¦ uno de los c¨¢nticos m¨¢s cl¨¢sicos de Sudam¨¦rica, con letra modificada: "?Que los vengan a ver, que los vengan a ver! ?Esto no es un gobierno, son puras leyes de Pinochet!". Una protesta de maestros en huelga (de las constantes que nos asemejan a los latinoamericanos de cada pa¨ªs), con la pancarta: "Hab¨ªa una vez un pueblo que sab¨ªa m¨¢s de f¨²tbol que de sus derechos".
Para la derecha, el f¨²tbol era la prueba de que los pobres piensan con los pies; y para la izquierda, el f¨²tbol ten¨ªa la culpa de que el pueblo no pensara Eduardo Galeano
De inmediato pens¨¦ en el Brasil de la Copa Confederaciones 2013, del lema "un profesor vale m¨¢s que Neymar" y la pancarta "Jap¨®n, te cambiamos nuestro f¨²tbol?por tu educaci¨®n".
El f¨²tbol?ha de acostumbrarse a que sus eventos m¨¢s importantes est¨¦n rodeados de inconformes y reivindicaciones (m¨¢xime, si quienes dirigen este deporte lo hacen con tal desfachatez). No obstante, tanto la sospecha como la descalificaci¨®n son asunto viejo. Como Eduardo Galeano lo pon¨ªa, "Para la derecha, el f¨²tbol?era la prueba de que los pobres piensan con los pies; y para la izquierda, el f¨²tbol?ten¨ªa la culpa de que el pueblo no pensara".
Culpable perfecto por su poder medi¨¢tico, por ser la criatura m¨¢s global que se pueda hallar, por millonario, por heredar al coliseo romano como sitio de distracci¨®n y desahogo, pero absuelto por lo que genera y da, por lo que hace vivir y hace sentir, por sus lecciones y devociones.
En eso pensaba cuando entr¨¦ al estadio y vi esa grada vac¨ªa, con las estructuras de madera del tr¨¢gico 1973, encabezada por el mensaje: "Un pueblo sin memoria, es un pueblo sin futuro".
El letrero no aminora lo que aqu¨ª pas¨® ni lo pretende. No es que Chile tenga amnesia o sea insensible: es que necesita hallar forma de ir hacia adelante sin que eso signifique perdonar u olvidar.
Alberto Lati es periodista deportivo de la cadena Televisa y autor del libro Latitudes: cr¨®nica, viaje y bal¨®n. @albertolati
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.