¡°Un estadio es una escenograf¨ªa¡±

¡°El d¨ªa antes nunca duermes, es como si el cuerpo te inyectase una droga natural maravillosa¡±, cuenta el productor Esteban Icardi 36 horas antes de que su empresa protagonice los primeros 23 minutos de la Copa Am¨¦rica Chile 2015 con una ceremonia ideada (¡°so?ada¡±, dir¨¢ ¨¦l) por Hansel Cereza, miembro fundador de la Fura dels Baus, un barcelon¨¦s que tras pasar casi dos d¨¦cadas con la compa?¨ªa teatral decidi¨® seguir su propio camino en ceremonias ¡°macro¡± a mediados de la d¨¦cada de los noventa porque, asegura, comprendi¨® que ¡°se llevaba bien con los espacios grandes¡±.

La revelaci¨®n le sobrevino durante la preparaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92, de cuya gala inaugural fue uno de los tres directores art¨ªsticos. Desde entonces ha trabajado con el Cirque du Soleil y organizado ceremonias para campeonatos mundiales, europeos y la Copa ?frica de f¨²tbol. ¡°Mi experiencia nace en 1992, con aquella gran locura en la que pasamos todos los par¨¢metros¡­ En Fura est¨¢bamos ya en una fase de diversificaci¨®n, lleg¨® un momento en el que necesitaba volar solo¡±, afirma en medio del estadio, rodeado de un tropel de bailarines, acr¨®batas y t¨¦cnicos pendientes de ultimar un espect¨¢culo que fue seguido por millones de latinoamericanos en televisi¨®n.

A pesar del folclore regional, ?por qu¨¦ se parecen tanto las ceremonias inaugurales entre s¨ª? ¡°Porque hay un briefing del cliente [en este caso, la Federaci¨®n Chilena de f¨²tbol] que se entrega al principio¡±, responde Cereza. ¡°Puede ser m¨¢s amplio o no, m¨¢s estricto o no, pero siempre aparece cu¨¢ntos discursos habr¨¢, el tema de las banderas, etc... Toda ceremonia de este tipo es un escaparate mundial, donde una ciudad o pa¨ªs se da a conocer al mundo, con sus objetivos pol¨ªticos y de inversi¨®n¡±. Icardi afirma que es dif¨ªcil diferenciarse cuando tienes elementos comunes invariables (como los estadios). ¡°Pero siempre hay margen: ?es un estadio alto o bajo? ?Tienes mucho dinero para despliegues a¨¦reos que cuestan millones de d¨®lares? En Sochi, por ejemplo, tienen todo el dinero del mundo y pueden abrir la cancha al centro para que emerjan los atletas. Eso cuesta siete millones de d¨®lares. Y el tama?o de nuestra billetera es bien peque?o¡±.

¡°El sitio es muy importante¡±, asiente C¨¢mara mientras cruzan acr¨®batas colgados de globos inmensos con la bandera de los 12 pa¨ªses participantes. ¡°Un estadio es una escenograf¨ªa. Algunos te disparan la imaginaci¨®n y otros no¡± ?El Estadio Nacional lo hizo? ¡°No es el m¨¢s c¨®modo de todos, pero precisamente por su baja altura te permite el efecto de hacer vuelos m¨¢s impresionantes. Hay que hacer de la necesidad virtud: el estadio es as¨ª y no lo vamos a cambiar. No tener tanto dinero tambi¨¦n es a veces un atributo¡±. (El presupuesto de esta gala no ha sido revelado).

El mundo ha cambiado mucho en pocos a?os ¡°y hay cosas que ya no se llevan¡±, prosigue Icardi. ¡°Ya no se permite el despilfarro por el despilfarro. Mira la final de la Liga de Campeones en Berl¨ªn, por ejemplo: sobria, pulcra, bien armadita. Me gust¨® bastante¡±.

La ceremonia quiso mostrar

La ceremonia del jueves quiso mostrar ¡°una Latinoam¨¦rica integradora, innovadora, tecnol¨®gica, pero no pretenciosa¡±. ¡°Somos un pa¨ªs peque?o del continente, no queremos mirarnos demasiado el ombligo¡±. La gran mayor¨ªa del equipo (por primera vez) es chileno. ¡°Todas las ceremonias deben hacerse con personas del pa¨ªs anfitri¨®n¡±, insiste Cereza: ¡°Es la ¨²nica manera de llegar a la sensibilidad de los espectadores¡±. ¡°El gran ¨¦xito de Barcelona 92 fue el voluntariado. Eso es m¨¢s importante que la t¨¦cnica o la actuaci¨®n. Nosotros estuvimos nueve meses preparando aquel barco. Debajo hab¨ªa 70 personas voluntarias que no ve¨ªan nada, s¨®lo lo empujaban. Cuando termin¨® estaban llorando de alegr¨ªa, y ni siquiera hab¨ªan visto la ceremonia. Pero participaron. Por eso Barcelona fue un antes y un despu¨¦s¡±.