El sprinter del Tour es Greipel
Tercera victoria del alem¨¢n en una etapa que lleva al pelot¨®n a toda velocidad al pie de los Alpes
Bajo el calor que a todos confunde y calienta en las tierras de los albaricoques y el padre R¨®dano, el Tour, dormido competitivamente, se ha convertido en una competici¨®n de extra?os lanzamientos. Son pr¨¢cticas hijas de cierta paranoia que no llegan al nivel sofisticaci¨®n del afamado concurso de lanzar escupiendo huesos de ciruela en Brive la Gallairde, donde tanto ataca la can¨ªcula tambi¨¦n, pero se le acercan.
El s¨¢bado la tem¨¢tica del d¨ªa fue la orina amarilla desde la cuneta contra el l¨ªder de amarillo, Chris Froome, menos enfadado con la prensa en Valence porque no le han vuelto a silbar por las carreteras; el domingo le tom¨® el relevo el lanzamiento del bid¨®n de agua contra una c¨¢mara de televisi¨®n y su cameraman de paquete en moto que practic¨® con rabia y no mala punter¨ªa pero quiz¨¢s carente de fuerza suficiente el mec¨¢nico del Tinkoff de Sagan, Faustino Mu?oz, quien acababa de proceder de ayudar al potente eslovaco a cambiar de bicicleta.
Ocurri¨® a 30 kil¨®metros de la llegada. Fue un cambio t¨¢ctico, no derivado de una aver¨ªa. Un cambio habitual de Sagan, quien para las fugas con repecho, como en la que particip¨®, usa la Specialized antigua y para los sprints el ¨²ltimo modelo m¨¢s aerodin¨¢mica, en los que el maillot verde participa con tanto entusiasmo y fuerza como falta de colocaci¨®n y escaso ¨¦xito. Si el registro camarogr¨¢fico del cambio de montura y su emisi¨®n en directo no parecieron agradar a los miembros del equipo de Alberto Contador, su reacci¨®n disgust¨® a los comisarios, que suspendieron por una jornada al director-conductor del veh¨ªculo en el que viajaban Mu?oz y las bicicletas, el ingl¨¦s Sean Yates.
A trompicones y pese a la aerodin¨¢mica bicicleta, el hiperactivo Sagan termin¨® cuarto de un sprint en el que se impuso el habitual Gorila de Rostock (un apodo que el comentarista de la televisi¨®n francesa, muy educado, utiliza porque Greipel, una fuerza de la naturaleza nacida en la misma ciudad germano oriental y hanse¨¢tica que Jan Ullrich, dice que le gusta), quien gan¨® su tercera etapa en un Tour al que solo le queda un sprint, el del pr¨®ximo domingo en Par¨ªs. Cavendish, al que dol¨ªa la tripa y se qued¨® de salida en el grupo de enfermos, heridos y fatigados, no pudo rivalizar. El chico de Manx lleg¨® con el grupito de 26 a un cuarto de hora, cumpliendo con el mejor horario previsto por la organizaci¨®n, al que el gran pelot¨®n, que vol¨® a 46,411 kil¨®metros de media, hab¨ªa dado un buen mordisco.
El pelot¨®n tiene prisa por acabar con el Tour, al que solo le queda la tercera semana, los Alpes, que llegar¨¢n el mi¨¦rcoles tras el descenso del lunes a Gap que tanto gusta e inspira a Contador, y el d¨ªa de descanso. Quiz¨¢s para entonces ya le habr¨¢ dado tiempo a David Brailsford, el jefe del Sky, a saber el peso de Froome, un dato que neg¨® conocer cuando se lo preguntaron en la televisi¨®n francesa para poder descubrir de una vez cu¨¢ntos vatios por kilo gener¨® el l¨ªder en la ascensi¨®n al Soudet en la que dio el gran golpe al Tour.
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