Silbidos, escupitajos y pu?etazos de toda la vida en la historia del Tour
Antes que Chris Froome, otras grandes figuras como Bartali, Armstrong y Eddy Merckx fueron tambi¨¦n campeones mal amados
En el bar-recepci¨®n del hotel, un inmueble a medio terminar perdido en una carretera solitaria en el macizo central, no lejos de las C¨¦vennes, Bruno, el joven que est¨¢ a cargo de todo, invita a un arma?ac y cuenta su vida, su futuro. ¡°Voy solo. Sal¨ª de Par¨ªs, sub¨ª a Lille, donde trabaj¨¦ un par de a?os; luego baj¨¦ a Narbona, y dos a?os m¨¢s tarde estoy aqu¨ª. Cuando terminen el hotel me encargar¨¦ de la cocina y cuando haya ahorrado lo suficiente alquilar¨¦ un local, montar¨¦ mi propio restaurante, me casar¨¦ con una camarera, tendr¨¦ familia¡¡±, dice.
¡°En la vida hay que tener sue?os. Quien no sue?a no se mueve¡±. No solo los ciclistas sue?an, aunque solo contra los ciclistas que alcanzan sus sue?os tienen los aficionados, tambi¨¦n so?adores, derecho de agravio y libertad de agresi¨®n. No hay campeones m¨¢s mal amados que los campeones ciclistas, quienes responden a las se?ales de desapego seg¨²n su personalidad, y as¨ª las interpretan.
?Ni el Sky ha inventado el ciclismo ni Chris Froome el papel de maillot amarillo abucheado o agredido. Tampoco es el primer l¨ªder que, en los tiempos de la sospecha y la saturaci¨®n de informaci¨®n, sufre por las dudas sobre su rendimiento y por las insinuaciones de tramposo. Tampoco el primero que acusa a los medios de crear el ambiente agresivo a su alrededor. Todo ello forma parte de lo que se llama el peso del maillot amarillo.
Unos j¨®venes borrachos de licor de nuez, uno de ellos armado con un salchich¨®n y una navaja para hacerlo rodajas, se acercaron festivos y chillones ofreci¨¦ndole embutido a Gino Bartali que ascend¨ªa solitario camino de la victoria el Aspin en el Tour del 50. Bartali se asust¨®, pensando que le estaban amenazando con cuchillos y porras. Al d¨ªa siguiente, en Saint Gaudens, hizo la maleta y con ¨¦l las dos selecciones italianas en carrera. Jacques Anquetil prometi¨® apabullar en el Tour del 61, que gan¨® lider¨¢ndolo desde el primer d¨ªa. En Par¨ªs, la afici¨®n, aburrida por su extradominio, le abuche¨® ruidosamente cuando subi¨® al podio. Anquetil, elegant¨ªsimo siempre, se compr¨® un barquito al que bautiz¨® Sifflets (silbidos). Dos a?os m¨¢s tarde los silbidos fueron para Poulidor, por terminar octavo.
?Cuando pensaba que al Can¨ªbal Merckx nadie le impedir¨ªa ganar su sexto Tour, un espectador le dio un pu?etazo en el h¨ªgado mientras ascend¨ªa de amarillo el Puy de D?me en 1975. En 2004, Armstrong termin¨® con el maillot amarillo empapado de sudor y escupitajos, y sordo de silbidos, tras la cronoescalada de Alpe d¡¯Huez, que efectu¨® protegido por polic¨ªas.
A Contador le silbaron tremendamente en la presentaci¨®n del Tour de 2011, el primero que disput¨® despu¨¦s del asunto del solomillo y el clembuterol. Luego, en carretera, aficionados disfrazados de jeringuillas le insultaban y gritaban ¡°?dop¨¦!¡±. Bernard Hinault, al que insultaron y escupieron en Espa?a cuando gan¨® la Vuelta del 83, defendi¨® a Contador diciendo que la culpa era de la prensa por decir mentiras. Un argumento similar utiliza estos d¨ªas Froome, cuya agresiva defensa v¨ªa Twitter ha virado hacia convertir la pol¨¦mica en un affaire de odio franco-brit¨¢nico, pues de todos es sabido que los franceses no aguantan a quienes ganan. As¨ª, ha individualizado en Laurent Jalabert, comentarista de televisi¨®n, a quien culpa de enga?ar y asustar a la audiencia diciendo que lo que Froome hace es dif¨ªcil de creer.
El carisma, cuyo valor es cada vez menos absoluto, global, y m¨¢s dependiente de la nacionalidad del crack, tampoco es un escudo. ¡°El carisma es la capacidad que se tiene de que la gente se identifique con los sue?os de uno¡±, dice Nairo Quintana, carism¨¢tico como nadie en Colombia y quien, como a¨²n no se ha vestido de amarillo, no ha sido sometido a la sospecha universal. El segundo del Tour dice no dudar para nada de las prestaciones de Froome, que le derrot¨® en 2013 y le est¨¢ derrotando en 2015. ¡°Me ha ganado porque ha sido superior. Y no me parece nada bien que se le insulte. Todos trabajamos duro para transformar este deporte¡±.
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