El espectacular macho sincronizado
Los Mundiales han abierto las puertas de la nataci¨®n sincronizada a los hombres y estos han demostrado que tienen capacidad de sobra para coordinarse
Charles Darwin conjetur¨® en su Descent of Man, and Selection in Relation to Sex que los varones son m¨¢s espectaculares que las mujeres por razones que conciernen a la conducta reproductiva de las criaturas. ¡°Los machos de casi todas las especies animales demuestran pasiones m¨¢s fuertes que las hembras¡±, observ¨® el bi¨®logo. ¡°Esto ocurre porque son los machos quienes deben luchar entre s¨ª para poder reproducirse, o concienzudamente desplegar sus encantos para atraer la atenci¨®n de las hembras¡±.
La industria medi¨¢tica que impulsa el deporte de alta competici¨®n no precis¨® estudiar antropolog¨ªa para apostar decididamente por la virilidad. Seg¨²n las mediciones realizadas por la Universidad de California, en Estados Unidos la cobertura medi¨¢tica de los deportes femeninos, en relaci¨®n a los masculinos, nunca super¨® la marca del 8,7% que alcanz¨® en 1999. En 2009 toc¨® fondo con un 1,6%. ?Qui¨¦n se acuerda ya de la desdichada Marion Jones?
La preeminencia de los concursos masculinos ha orillado a numerosas atletas. Son habituales los testimonios de mujeres marginadas en sus nichos deportivos por una opini¨®n p¨²blica que las ignora y las condena a las carencias financieras, resultado del desinter¨¦s de los patrocinadores. Lo excepcional es lo contrario. Lo raro es lo que padeci¨® Bill May, el pionero, el m¨¢s c¨¦lebre de los nadadores de sincronizada del mundo, que se retir¨® a los 26 a?os, frustrado despu¨¦s de que la federaci¨®n estadounidense se negara a solicitar la inclusi¨®n de los d¨²os mixtos en el programa ol¨ªmpico de Atenas 2004. La bella Rebecca Jasontek, ganadora de un bronce en aquellos Juegos, dict¨® la sentencia m¨¢s machista: ¡°Este es un deporte femenino¡±.
A contracorriente de los ritmos del negocio y la tendencia, la Federaci¨®n Internacional de Nataci¨®n (FINA) tard¨® d¨¦cadas en comprender que la tesis de Darwin tambi¨¦n pod¨ªa aplicarse a uno de los ¨²ltimos reductos del deporte exclusivamente femenino. Fue en el congreso de diciembre pasado cuando el organismo que regula la nataci¨®n resolvi¨® aceptar hombres en d¨²os mixtos de nataci¨®n sincronizada en los Mundiales de Nataci¨®n de Kaz¨¢n (Rusia).
¡°Me han criticado directa e indirectamente desde que tengo memoria¡±, dijo el nadador Minisini
Mar¨ªa Jos¨¦ Bilbao es la piedra fundamental de la nataci¨®n sincronizada en Espa?a y es ¨¢rbitro. En Kaz¨¢n, donde en estos d¨ªas asiste a los jueces de la competici¨®n, considera que la FINA ha dado un paso imprescindible. ¡°Se salda parcialmente una deuda con los chicos que han nadado sincronizada, y en particular con Bill May¡±, dice. ¡°Porque lo cierto es que nuestro deporte estaba en deuda con la realidad. Aunque no haya tantos ni?os varones que opten a practicar un deporte donde la est¨¦tica es un plus, del mismo modo que no hay tantos aspirantes a bailar¨ªn como a bailarina, la presencia de hombres y mujeres ofrece unas posibilidades art¨ªsticas y t¨¦cnicas fant¨¢sticas. La FINA entendi¨® que la sincro necesitaba una cuota de espect¨¢culo¡±.
Un ¨ªndice de la impopularidad de este deporte entre los hombres fue la escasa calidad disponible para formar d¨²os mixtos capaces de desarrollar la rutina t¨¦cnica. Al d¨²o t¨¦cnico de chicas se presentaron 38 pa¨ªses. Al d¨²o mixto, en cambio, solo acudieron seis. Seis naciones famosas por su conservadurismo: Turqu¨ªa, Jap¨®n, Ucrania, Italia, Rusia y Estados Unidos. (Espa?a particip¨® en la categor¨ªa libre). La concurrencia result¨® casi tan ins¨®lita como la excelencia del d¨²o ruso. Alexander Maltev y Darina Valitova pusieron en pie al p¨²blico de Kaz¨¢n. Ortodoxos, musulmanes o ateos, lo mismo t¨¢rtaros del Volga que eslavos del Dni¨¦per. La gente se rindi¨® a la sobrecogedora coreograf¨ªa con m¨²sica de pianos y estruendo de bombardeos, homenaje a los hombres y mujeres que lucharon en la II Guerra Mundial. ¡°Una obra de arte¡±, en palabras de Ana Tarr¨¦s, la core¨®grafa m¨¢s innovadora de la ¨²ltima d¨¦cada.
¡°Coordinar dos cuerpos distintos, con distinta energ¨ªa, ser¨¢ un desaf¨ªo¡±, observa la ¨¢rbitra Gabriela Viglino. ¡°Tenemos distinta flotabilidad, distinta movilidad. Los hombres son m¨¢s potentes; las mujeres son m¨¢s est¨¦ticas. Se est¨¢n definiendo nuevas reglas. Es un nuevo juego. La presencia del hombre da a la rutina un halo de sexualidad que genera mucho entusiasmo en el p¨²blico. ?La tribuna se ca¨ªa!¡±.
¡°Coordinar dos cuerpos distintos, con distinta energ¨ªa, ser¨¢ un desaf¨ªo¡±, observa la ¨¢rbitra Gabriela Viglino
La misma cultura que concibi¨® Divorcio a la italiana gest¨® al magn¨ªfico Giorgio Minisini. Este muchacho de 19 a?os, sobrio y valiente, gan¨® dos bronces cambiando pareja en el d¨²o libre y en el t¨¦cnico. Ante la perplejidad general se convirti¨® en el nadador de sincro m¨¢s laureado de la historia de Italia.
¡°Me han criticado directa e indirectamente desde que tengo memoria¡±, dijo Minisini, evocando las tomaduras de pelo de sus colegas romanos. ¡°Pero yo siempre he sabido lo que soy y lo que quiero¡±. Hijo de una nadadora de sincro y de un ¨¢rbitro, comenz¨® a practicar la disciplina m¨¢s mujeril del agua con seis a?os, junto con el waterpolo y el taekwondo. Ahora es un mito.
¡°Levantar la pierna fuera del agua no es tan f¨¢cil para un var¨®n¡±, se?ala la jueza Viglino cuando destaca el virtuosismo del gran Bill May, que, a sus 36 a?os, suspendi¨® sus actuaciones en el Cirque du Soleil, a cien d¨®lares cada una, para presentarse en Kaz¨¢n. Quienes le vieron no podr¨¢n olvidar la majestad de sus desplazamientos por la superficie de la piscina. Gan¨® un oro y una plata. Pero, mucho m¨¢s importante, confirm¨® que Darwin ten¨ªa raz¨®n.
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