Ledecky prolonga su festival tras conquistar los 200 libres
La nadadora estadounidense suma su tercera medalla tras la de 400 y 1.500 al imponerse en la final a Pellegrini y Missy Franklin
Michael Phelps fue el mejor porque se mostr¨® excelente en todos los estilos e insuperable en casi todas las distancias. Katie Ledecky se ha convertido en la mejor nadadora de los Mundiales de Kaz¨¢n porque complet¨® la proeza inaudita de abarcar con ¨¦xito la prueba del gran fondo y la carrera de los cuatro sprints en apenas dos jornadas de unos grandes campeonatos. Ninguna mujer lo hab¨ªa intentado de este modo y ella lo hizo en dos d¨ªas que ser¨¢n objeto de largos an¨¢lisis en las pr¨®ximas d¨¦cadas. El martes, batiendo el r¨¦cord de 1.500 y ayer imponi¨¦ndose con autoridad en una final de los 200 metros libres ¡ªsu tercera medalla de oro¡ª que fue lo m¨¢s parecido al tr¨¢nsito hacia la madurez de la estadounidense. La marca, 1m 55,16 segundos, es uno de los mejores diez tiempos de la historia con ba?ador textil. Pero eso no tiene tanto valor como las condiciones en que fue logrado.
?Hace unos d¨ªas, le preguntaron a Ledecky que c¨®mo har¨ªa para ajustar su organismo a la velocidad despu¨¦s de haberse pasado la adolescencia entren¨¢ndose para nadar los 800 y los 1.500. Su respuesta fue tan natural que son¨® a frivolidad. ¡°No siento que est¨¦ haciendo un ajuste a los 200¡±, contest¨®. ¡°Me doy cuenta de que me ven como a una fondista, pero siempre me gust¨® nadar las distancias cortas tambi¨¦n. Sol¨ªa nadar pruebas de 25 metros libres cuando ten¨ªa seis a?os, aunque entonces apenas pod¨ªa cruzar la piscina de punta a punta¡±.
La grandeza de los h¨¦roes americanos es la ingenuidad temeraria con que afrontan los retos. Con 18 a?os Ledecky fue la chica m¨¢s joven de la carrera. Le correspondi¨® una calle lateral, la n¨²mero siete, una de las m¨¢s lentas de la piscina porque en los costados la turbulencia se absorbe menos. Su perspectiva de lo que ocurr¨ªa en los carriles centrales, donde nadaban las especialistas que deb¨ªa vigilar, fue escasa. Su ¨²nica referencia fue la h¨²ngara Katinka Hosszu, que se ubic¨® a su izquierda. Conocida como La Dama de Hierro, Hosszu lleg¨® a estos Mundiales con el objetivo de conquistar seis oros. La colecci¨®n de medallas era el buque insignia de un programa ambicioso que inclu¨ªa pruebas de espalda, mariposa y libre en varias distancias. Pero la espl¨¦ndida traves¨ªa de Hosszu se interrumpi¨® dram¨¢ticamente en la final de 200.
Exactitud mec¨¢nica
Hosszu naufrag¨® en viraje del ecuador de la final de 200 y acab¨® quinta con 1m 56,19s, a cuatro d¨¦cimas de su mejor tiempo del a?o, convertida en un cascar¨®n sin reservas. Cuando unos minutos despu¨¦s se tir¨® a nadar la semifinal de 200 mariposa descubri¨® que ya no le quedaba gasolina en el dep¨®sito. No se cumplen 26 a?os en vano y menos para nadar las pruebas de velocidad sostenida. Hosszu toc¨® la ¨²ltima pared del 200 mariposa cuatro segundos por encima de su mejor marca.
Indiferente a la zozobra de la veterana, la juvenil, casi pueril Ledecky, naveg¨® hasta la meta del 200 impuls¨¢ndose con ciclos de brazada y piernas que eran el reflejo de la exactitud mec¨¢nica. Sin perder una gota de su esfuerzo en patinar. Impuls¨¢ndose sobre la superficie. Frente a las 45 brazadas que tuvo que dar la sufriente Hosszu en el ¨²ltimo 50, o frente a las 43 de la tambi¨¦n estadounidense Franklin, la chica de Maryland mantuvo su eficac¨ªsimo ritmo de 39. Del primer largo al ¨²ltimo. Aceler¨® desde el cuarto puesto en el paso por los 100 metros a la victoria en el 200 con un ¨²ltimo viraje que solo se puede construir con a?os de sacrificio. Cinco patadas subacu¨¢ticas. Un golpe de mano al alcance de muy pocos pulmones que le permiti¨® emerger cuando las dem¨¢s ya braceaban y rematar la carrera a toda marcha.
Solo la italiana Federica Pellegrini, que fue plata, hizo un 50 m¨¢s veloz (20,23s frente a 20,33s). Franklin alcanz¨® el bronce. Ledecky conquist¨® el oro y el trono de la reina en Kaz¨¢n.
El oro de Laszlo diez a?os despu¨¦s
La historia hizo justicia a Laszlo Cseh en Kaz¨¢n. Sucedi¨® en la final de 200 metros mariposa, una de las carreras m¨¢s emocionantes que se vivir¨¢n en estos campeonatos. Sucedi¨® al modo de las grandes remontadas. Frente al vigente campe¨®n ol¨ªmpico, el sudafricano Chad le Clos. En un viraje del 100 que le vali¨® la primac¨ªa. Casi un metro de ventaja que su adversario ya no pudo recuperar. Se impuso con 1m 53,48s. Le Clos hizo 1m 53,68s.
El h¨²ngaro Cseh parece una caracterizaci¨®n perfecta de Nosferatu. Pero este muchacho monoman¨ªaco de aire inocente y perenne afeitado craneal es uno de los mejores nadadores del siglo. Tan extraordinariamente bueno como poco expuesto de tanto que los focos iluminaron a sus competidores. Porque Cseh ha tenido la mala suerte, o la inmensa fortuna, de desarrollar las mismas habilidades que Michael Phelps y Ryan Lochte, sus coet¨¢neos, y probablemente, los mejores nadadores que han existido jam¨¢s.
Cseh pose¨ªa un oro logrado en los 400 estilos de Montreal 2005. Desde entonces, se hizo con una monta?a de platas y bronces. Vivi¨® en la estela de los monstruos. En Kaz¨¢n, a sus 29 a?os, volvi¨® a ser campe¨®n.
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