El Real Madrid acaba tieso frente al Bayern
El equipo de Ben¨ªtez encaja ante los alemanes su primera derrota de la pretemporada tras un primer tiempo ordenado, pero discreto, y un derrumbe en el segundo
El Madrid acab¨® con la lengua fuera en M¨²nich, donde arranc¨® con orden y termin¨® descompuesto en el rancho de Keylor Navas. El Bayern, con un tanto al final de Lewandowski, le endos¨® la primera derrota de la temporada, ox¨ªgeno para el cuestionado Guardiola y un simple cap¨ªtulo m¨¢s para el estudioso Ben¨ªtez, que podr¨¢ subrayar que su equipo se jug¨® las habichuelas sin CR, Benzema y Bale. Demasiada ventaja para cualquier adversario, y no digamos para un equipo del rango imperial del Bayern. Mientras no se agitaron los banquillos con los relevos constantes, el Madrid fue met¨®dico y disciplinado, pero timorato y sin chispa. Con el revuelo del segundo acto se estamp¨®, perdi¨® consistencia y lo pag¨®. Fue muy inferior.
B. MUNICH, 1 - R. MADRID, 0
Bayern de M¨²nich: Neuer; Rafinha (Benko, m.83), Boateng, Benatia, Alaba; Xabi Alonso (Hojbjerg, m. 65), Lahm (Rode, m. 46), Vidal (Bernat, m. 60); Douglas Costa, M¨¹ller, G?tze (Lewandowski, m. 46).
Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Pepe (Nacho, m. 15), Ramos, Marcelo (Arbeloa, m. 58); Kroos (Danilo, m. 73), Casemiro (Illarramendi, m. 46), Lucas V¨¢zquez (Mayoral, m. 73), Isco (Modric, m. 57), Cheryshev (Marco Asencio, m. 46), Jes¨¦ (James Rodr¨ªguez, m. 58).
Gol: 1-0. M. 88. Lewandowski remata un saque de falta lanzado por Costa.
?rbitro: Felix Brynch. Amonest¨® a Marcelo, Xabi Alonso, Benatia, Sergio Ramos.
Unos 74.500 espectadores en el Allianz Arena.
Por mucho que fuera un bolo comercial, un cartel con Bayern y Real Madrid jam¨¢s es desde?able, nunca es apto para cascoteros. Son infinitas las cicatrices entre unos y otros, algunas, y bien profundas, suscitadas en duelos veraniegos. En M¨²nich no hubo f¨²tbol almibarado, nada de pachorras y s¨ª un partido con chicha, serio.
Como era l¨®gico, con dos encuentros seguidos, Ben¨ªtez y Guardiola retocaron el chasis titular con seis cambios cada uno respecto a las semifinales. El catal¨¢n ya hab¨ªa reservado ante el Milan a unos cuantos pretorianos y, de entrada, envid¨® con menos teloneros, con el espinazo de Neuer, Alonso, Lahm, G?tze y Muller, por lo general, titular¨ªsimos. Al contrario que el t¨¦cnico madrile?o, que puso en escena a varios opositores, sobre todo en el medio campo, donde coincidieron Casemiro, Lucas V¨¢zquez y Cheryshev, tres becarios en busca de un hueco en la plantilla, especialmente los dos ¨²ltimos. Ninguno dio el cante, pero tampoco dejaron huellas. Con Ben¨ªtez cuenta, y mucho, la ortodoxia, el cumplir el mandato. Alegr¨ªas, las justas. A los tres se les vio contenidos.
No solo los meritorios estuvieron mejor sin la pelota que con ella. Es uno de los rasgos diferenciadores de este Madrid, que en este amanecer del curso se muestra como un conjunto muy ordenado, con pegamento en las l¨ªneas, muy aplicado con la armadura. Por fuera, los laterales ya no son ventiladores ofensivos y los extremos se asocian con ellos sin rechistar a la hora del tajo defensivo. Otra cosa es el despegue en ataque, mermado en este torneo por las ausencias de Cristiano y Benzema. En la final, de entrada tampoco participaron James y Bale. Jes¨¦ volvi¨® a gravitar por la senda del franc¨¦s e Isco asumi¨® el papel del gal¨¦s, en su caso m¨¢s natural, menos ortop¨¦dico que el del brit¨¢nico. A hombros de Isco, el Madrid encontr¨® sus ¨²nicos vuelos hacia Neuer, salvo dos trallazos de Kroos. No hay puesto mejor para Isco y los hay mucho mejores para Bale, con m¨¢s piernas que ojos, m¨¢s r¨ªgido cuando hay que moverse en microespacios.
Hasta el galimat¨ªas del segundo acto, con una ruleta constante de cambios y m¨¢s cambios, el Madrid se sostuvo en el partido incluso cuando se apag¨® Isco y perdi¨® hilo Jes¨¦. Se acab¨® la poca munici¨®n con la que acudi¨® al torneo. Al Bayern, con todo su aroma guardiolista, pese a las tormentas desatadas en su contra, le cost¨® infiltrarse en el ¨¢rea de Keylor Navas, que hasta la explosi¨®n de Douglas Costa, apenas tuvo tarea, salvo en un disparo lejano de Alaba que desvi¨® con las rodillas, un despeje pifiado de Ramos que acab¨® con la pelota rebotada contra el poste derecho del costarricense y susto con G?tze al t¨¦rmino del primer tiempo. El Madrid, con su aire juvenil, sali¨® entero del primer trecho, en el que padeci¨® la baja de Pepe, dolorido al cuarto de hora y relevado por Nacho.
Tuneados ambos equipos con el carrusel de las sustituciones, el segundo tramo se le hizo eterno al Madrid, que sinti¨® los apretones del Bayern, que en estos tiempos convulsos con tantos voceros y predicadores cr¨ªticos, no est¨¢ para bromas. Al frente de todo el conjunto b¨¢varo, Douglas Costa, un brasile?o que estaba refugiado en el Shakhtar. Guardiola le ha echado el lazo y el chico apunta alto, muy alto. Es un extremo puro, pillo, veloz, muy desequilibrante. Un tormento para Carvajal. Con Douglas activado y Lewandowski para reba?ar el ¨¢rea, Keylor acapar¨® los focos con varias intervenciones destacables. El Madrid nunca tuvo salida, se vio encapsulado cada vez m¨¢s cerca de su portero. Ya no tuvo respiro hasta que Lewandowski derrib¨® el muro tras una asistencia de Douglas, que ejecut¨® de maravilla una falta. La pelota cay¨® en esa zona que ni tuya ni m¨ªa, con debate para los zagueros. Navas, fuera de plano, se qued¨® tierra de nadie y el polaco dio un respiro a Guardiola. De paso, certific¨® la primera derrota de la era Ben¨ªtez. Esta vez, el partido se le hizo largu¨ªsimo.
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