China clava su bandera en el 100 libre
Zetao, suspendido por dar positivo en 2011, gana la prueba m¨¢s m¨ªtica de la nataci¨®n
Ning Zetao, que dio positivo por clembuterol en 2011 y cumpli¨® un a?o de suspensi¨®n que le priv¨® de los Juegos de Londres, se sent¨® en la corchera, se quit¨® el gorro blanco con la bandera roja de la Rep¨²blica Popular, y se?alando su nombre estampado en el l¨¢tex estir¨® su torso de anguila alzando los brazos. Su marca, 47,84 segundos, un tiempo simplemente excelente, el mejor del a?o en el ranking mundial, expres¨® mucho menos que el significado de su victoria. China se impon¨ªa en una gran final de 100 metros libres por primera vez en la historia de la nataci¨®n.
El hundimiento del estadounidense Nathan Adrian y la descalificaci¨®n en semifinales del favorito, el ruso Vladimir Morozov, dej¨® el camino expedito a lo inesperado. La prueba fue incierta hasta el ¨²ltimo metro y gener¨® un resultado asombroso. Nunca un chino, un australiano y un argentino compusieron el podio en esta carrera. Un tr¨ªo ins¨®lito. Ning Zetao, Cameron McEvoy, y Federico Grabich. Tres representantes de naciones que jam¨¢s se mezclaron en los primeros puestos de las finales del gran concurso de la velocidad en Juegos o Mundiales desde que se celebr¨® la primera de estas competiciones, en 1896.
Ryan Lochte patenta el viraje del tirabuz¨®n
¡°Voy a patentar mi viraje¡±, dijo Ryan Lochte. ¡°Le llamar¨¦ The Ryan Lochte Flip Turn¡±. El nadador estadounidense acababa de ganar el oro en la final de 200 metros estilos y bromeaba sobre la ¨²ltima de sus piruetas acu¨¢ticas. Se trata del viraje de la pared de los 150 metros, el que hizo en el tr¨¢nsito de la braza al libre nadando por debajo del agua de espaldas y no sobre el vientre, como hasta ahora han hecho todos los nadadores, para darse la vuelta antes de emerger. El gesto le vali¨® una ventaja notable en el ¨²ltimo 50 frente al brasile?o Thiago Pereira, que es un especialista en braza y le segu¨ªa de cerca.
¡°Lo hemos practicado con mi entrenador desde hace tres semanas¡±, revel¨® Lochte. ¡°?Qu¨¦ mejor que probarlo en unos Mundiales?¡±. La revelaci¨®n demostr¨® a las claras la madera de competidor del estadounidense, que ha cumplido 31 a?os sin perder su esp¨ªritu aventurero. El oro de los 200 estilos supone su sexta medalla consecutiva en esta prueba en unos Mundiales desde 2005. Toda una proeza de longevidad en un deporte que castiga como ninguno a quienes lo practican. Solo unos elegidos, por clase y por perseverancia, pueden permitirse ciertas licencias. Ryan Lochte lo volvi¨® a hacer en Kaz¨¢n.
¡°Todav¨ªa no he comprendido lo que est¨¢ ocurriendo¡±, dijo Zetao, tras secarse el agua. ¡°S¨®lo intent¨¦ dar lo mejor de m¨ª mismo. Nunca pens¨¦ en ganar una medalla¡±. Fue la clase de declaraci¨®n banal que emiten sistem¨¢ticamente los numerosos miembros del equipo chino. No fue la excepci¨®n con el campe¨®n mundial del 100 libre, un muchacho apuesto cuya ficha oficial dicta que comenz¨® a nadar en Henan a la edad de siete a?os y se puso a las ¨®rdenes de un entrenador llamado Ye Jin, proclive a pontificar. ¡°No te vuelvas vago ni sientas remordimientos por cosas del pasado; olv¨ªdate, perdona, y sigue adelante con una sonrisa¡±, sentencia Ye Jin, otra vez en la ficha oficial. Porque todo parece oficial en China, incluso las burbujas financieras y el cash flow. Tambi¨¦n Zetao, que nada en representaci¨®n de la Armada china que le costea la preparaci¨®n.
Final trepidante
Zetao nad¨® el primer 50 en 22,76s, una velocidad dif¨ªcil de sostener en la segunda piscina. ?l lo consigui¨® regresando en 25,08s. McEvoy, un chico de 21 a?os con mucha clase que lleg¨® a la prueba luciendo 47,65s como mejor marca, igual que Zetao, pudo pagar su sentido t¨¢ctico. Nad¨® el primer 50 en 22,83s, pas¨® cuarto por el viraje, y solo le dio tiempo a ganar la plata marcando 25,12s en el regreso. Hizo 47,95s. Grabich le sigui¨® con 48,12s gracias a un final trepidante que le permiti¨® saltar del sexto al tercer puesto en el ¨²ltimo largo.
Argentina nunca hab¨ªa tenido un medallista de nataci¨®n en l¨ªnea en unos Mundiales. ¡°No vine con las mejores expectativas porque me prepar¨¦ para el Panamericano de hace 15 d¨ªas¡±, dijo Grabich, convertido este verano, a los 25 a?os, en plusmarquista de su pa¨ªs. ¡°En Canad¨¢ baj¨¦ de 49s por primera vez y con mi entrenadora acordamos que probara en Kaz¨¢n. Me estoy sintiendo b¨¢rbaro. Lo ¨²nico que quer¨ªa era no quedarme cuarto. S¨®lo quer¨ªa subirme al podio e intentar bajar la marca¡±.
Vall, finalista de los 200 braza
La espa?ola Jessica Vall se clasific¨® brillantemente para la final de los 200 metros braza de los Campeonatos del Mundo de Kaz¨¢n (Rusia) que se disputar¨¢ hoy. En las series matinales firm¨® el s¨¦ptimo mejor tiempo, al parar el crono en 2m 23,97s, su mejor marca personal. Pero por la tarde nad¨® todav¨ªa mejor, en 2m 22,90s, a solo dos cent¨¦simas del r¨¦cord de Espa?a de Marina Garc¨ªa, que qued¨® eliminada al acabar octava en la misma semifinal, con 2m 25,52s.
El bronce de Grabich prueba que en nataci¨®n la voluntad puede m¨¢s que cualquier estrategia de Estado. ¡°Entreno en el club Alumni de Casilda¡±, cont¨®, ¡°un pueblo de Argentina, desde hace 15 a?os con Monica Gerardi, la misma entrenadora. En una piscina que si la ven se mueren. Con 34 grados, 25 metros y agua turbia. Lo peor que uno se pueda imaginar¡±.
Casilda es un pueblo de la provincia de Santa Fe, con 45.000 habitantes registrados. Desde ayer tiene dos h¨¦roes deportivos. Uno era Jorge Luis Sampaoli, el seleccionador que gan¨® la ¨²ltima Copa Am¨¦rica con Chile. El otro es Gabrich, el nadador que complet¨® uno de los podios m¨¢s ex¨®ticos en la historia de las grandes finales del 100 libre, la prueba m¨¢s mitol¨®gica de la nataci¨®n. La carrera que hasta este jueves, en el concierto ol¨ªmpico y mundialista solo hab¨ªan ganado 15 estadounidenses, cuatro australianos, dos h¨²ngaros, un japon¨¦s, un alem¨¢n de la RDA, un holand¨¦s, un franc¨¦s, un ruso, un italiano, un canadiense y un brasile?o.
La bandera china es la ¨²ltima en ondear de la mano de Zetao, el hombre que, al menos oficialmente, no tiene remordimientos.
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