Viaje al infierno
Renacer de las cenizas representa uno de los milagros mundanos m¨¢s bellos, pero es posible solo si has estado muerto
Quienes han estado en el infierno, y regresan, como es el caso de River Plate, saben que ah¨ª abajo no se est¨¢ tan mal, si la estancia es pasajera. En cierto sentido, el infierno es necesario, aunque sea horrible. Nosotros lo inventamos, as¨ª que por algo ser¨ªa. Si no existiese, de hecho, parece muy posible que en su lugar hubiese alguna cosa todav¨ªa peor. Rara vez la trayectoria de un equipo de f¨²tbol, a semejanza de la biograf¨ªa de una persona, no est¨¢ marcada por una cicatriz fea, producida en un descenso a lo m¨¢s hondo e inmundo. Ese surco en la piel sirve para recordarte que la vida no es f¨¢cil.
Visto con perspectiva, un descenso a segunda divisi¨®n, como el que sufri¨® hace cuatro a?os River, representa una de esas experiencias traum¨¢ticas que, cuando quedan atr¨¢s, y un d¨ªa vuelves a saborear el ¨¦xito, tras mucho sufrimiento, empiezan a adquirir la silueta de un hermoso recuerdo. Tiene l¨®gica preguntar si el equipo del Monumental habr¨ªa ganado la Copa Libertadores hace unos d¨ªas de no haber perdido la categor¨ªa en 2011, causando tanto dolor a sus seguidores, pero a la vez dot¨¢ndose de un esp¨ªritu inquebrantable. Renacer de las cenizas representa uno de los milagros mundanos m¨¢s bellos. Pero eso solo es posible si previamente has estado muerto, de forma que la belleza ata?e tambi¨¦n al fallecimiento. El Chava Jim¨¦nez sol¨ªa decir que para cuidarse primero hay que descuidarse, porque si no, no har¨ªa falta cuidarse.
Felicito a los equipos que no han descendido nunca de categor¨ªa, pero no me dan envidia. Las vidas inmaculadas cansan la vista
Felicito a los equipos que no han descendido nunca de categor¨ªa, pero no me dan envidia. Las vidas inmaculadas cansan la vista, siempre tan mon¨®tonas y correctas, peinadas con la raya al medio. Esa sensaci¨®n de comodidad y alegr¨ªa perpetua, salpicada apenas por alguna que otra tristeza cuando no ganas un campeonato, contribuyen a formarse una idea equivocada de la vida, donde a todos nos dan unas hostias de un modo u otro casi todos los d¨ªas.
En caliente, la ca¨ªda al infierno, despu¨¦s de haber llevado una existencia apacible y desahogada, se vuelve insoportable. Hay que tener los nervios muy fr¨ªos para soportarla. No vale cualquiera. Pensemos en algunos jugadores de la Juventus, que le declararon amor eterno al club cuando perdi¨® la categor¨ªa. Fue duro, pero ascendieron y despu¨¦s volvieron a conquistar el Scudetto. Ocurri¨® lo mismo con el Atl¨¦tico de Madrid. Visto desde hoy, aquel descenso fue maravilloso. Nos gust¨® tanto que nos quedamos dos a?os en segunda, para planificar con m¨¢s detalle el asalto a la Liga de 2014.
Hay ca¨ªdas al infierno que pueden esperarse de cualquiera, menos de un gran club. Por eso impactan tanto al principio, y quieres morirte, y despertar solo cuando vuelvas a estar arriba. Pero si dejas que pasen las semanas, los meses, te rehaces. Al poco encuentras la alegr¨ªa y un nuevo car¨¢cter. Creo que si me preguntasen cu¨¢l ha sido el mejor momento de mi vida dir¨ªa que el d¨ªa que suspend¨ª literatura en segundo de BUP. El tiempo le proporciona una belleza casi cl¨¢sica a algunas decepciones.
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