El ejemplo Pedro
El delantero internacional ficha por el Chelsea a cambio de 30 millones de euros despu¨¦s de una carrera admirable y meritoria en el Barcelona
A Pedro Rodr¨ªguez (Santa Cruz de Tenerife, 1987), Pedro, Pedrito, el muchacho de Abades, hijo de un empleado de una gasolinera y de un ama de casa, le llueven los parabienes en la tur¨ªstica Barcelona y la cosmopolita Londres. Hay una sensaci¨®n de paz y buenos deseos en todas las partes, como corresponde a un futbolista ejemplar que se merec¨ªa la mejor salida por los servicios prestados en el Bar?a y un recibimiento caluroso en el Chelsea por haber preferido Stamford Bridge a Old Trafford y al Etihad Stadium.
Hay muchos barcelonistas que consideran que el delantero canario ya le dio todo lo que pod¨ªa al equipo y celebran su traspaso por 30 millones ¡ª27 fijos y tres variables¡ª, de la misma manera que el futbolista est¨¢ convencido de que con el sudor de su frente se ganar¨¢ en casa de Mourinho el pan que hoy le niegan: Messi, Su¨¢rez y Neymar. A Pedro, al fin y al cabo, le ha pasado lo mismo que antes a Alexis, hoy figura del Arsenal. Nadie quiere ser el cuarto delantero en el Bar?a mientras funcione el tridente de Luis Enrique.
A Guardiola le gustaba recordar en los momentos de engreimiento azulgrana que ¡°todos somos Pedro¡±
No hay mejor jugador para fomentar la competitividad y el esp¨ªritu de equipo que Pedro, debilidad de Del Bosque y de Guardiola, el entrenador que le rescat¨® de La Masia cuando iba camino del Portuense porque nadie le ve¨ªa nada, salvo que corr¨ªa tanto que parec¨ªa huir de la cancha como del sol tinerfe?o. Al t¨¦cnico azulgrana le gustaba recordar en los momentos de engreimiento azulgrana que nunca se debe olvidar que ¡°todos somos Pedro¡±. El ejemplo de Pedro vale para el Bar?a, el Chelsea o cualquier equipo de Europa.
¡°Es el compa?ero perfecto, un profesional mod¨¦lico¡±, anunci¨® Henry en Sky Sports. ¡°No deja de presionar ni de correr durante todo el partido, no protesta, no crea problemas, se entrena igual que juega y es el futbolista que todo entrenador querr¨ªa tener en su equipo¡±. El curr¨ªculo de Pedro, que contempla 321 partidos y 99 goles, campe¨®n del mundo y de Europa con Espa?a, 20 t¨ªtulos (5 Ligas y 3 Champions), se distingue por un dato: marc¨® en las seis competiciones de 2009.
Ha dejado su gol en muchas de las finales del Bar?a, sobre todo en la del Mundial de Clubes contra Estudiantes (2009) y en las Supercopas de Europa con el Shakthar Donetsk (2009) y la ¨²ltima ante el Sevilla (2015), en que celebr¨® con rabia el tanto de la victoria que daba el trofeo al Bar?a. El gesto de Pedro defini¨® su car¨¢cter ambicioso, de futbolista irreductible y tambi¨¦n servicial y nada ego¨ªsta, ya juegue con Messi, Henry o Villa. Pedro tiene tambi¨¦n su amor propio y sabe c¨®mo hacerse notar y si conviene se hace sentir, y as¨ª se lo record¨® al secretario t¨¦cnico Robert cuando habl¨® m¨¢s de la cuenta en Tblisi.
Humilde, sencillo, honesto y comprometido con el equipo y el club, nunca mercade¨® con su contrato desde que fue fichado por 30.000 euros del San Isidro y debut¨® con el primer equipo azulgrana el 12 de enero de 2008, cuando Rijkaard le dio entrada por Eto'o contra el Murcia. Tampoco quiere provocar compasi¨®n ni malos entendidos, sino que aspira a ganarse el puesto para la pr¨®xima Eurocopa. Habl¨® con Mourinho y con Cesc y sus palabras le convencieron m¨¢s que los gritos de Van Gaal, peleado con Vald¨¦s.
A sus 28 a?os, vuelve a un equipo de autor, igual que cuando sobresali¨® en el Bar?a, para culminar una carrera de un m¨¦rito enorme. Hoy se antoja muy dif¨ªcil que salga otro Pedro, un chico esforzado, an¨®nimo medi¨¢ticamente y goleador en las grandes citas. La mayor¨ªa de j¨®venes de la Masia poco tienen que ver con aquel chico de Abades que se gan¨® la fama y la gloria en un equipo de estrellas comandado por Messi. El Bar?a le echar¨¢ de menos, sobre todo como ejemplo.
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