La inc¨®moda alegr¨ªa de Pedro

Jug¨® en campo del West Bromwich el s¨¢bado y a los 20 minutos marc¨® su primer gol en la Premier. Luego, Pedro Rodr¨ªguez, ese al que llamaban Pedrito el d¨ªa en que Guardiola decidi¨® que se quedara en la plantilla del Bar?a B, en Tercera Divisi¨®n, asisti¨® a Diego Costa en el segundo tanto y particip¨® en la jugada del tercero, antes de regresar a Londres con su nuevo equipo, los azules del barrio pijo de Londres. ¡°Me han recibido de maravilla¡±, dijo al desvelar el enorme respeto con el que le trat¨® Terry, su capit¨¢n, el jefe del Chelsea de Mourinho. El domingo cogi¨® un avi¨®n y vol¨® a Barcelona para, con permiso del t¨¦cnico, cerrar su taquilla y decir adi¨®s al Bar?a. Primero se despidi¨® del vestuario y acto seguido de la afici¨®n.

Fue Carol, su esposa, la primera en sentarse en las sillas reservadas a jugadores y equipo t¨¦cnico en la sala de prensa de la ciudad deportiva. Lleg¨® con Brian, su hijo de dos a?os. ¡°No sabes qu¨¦ d¨ªa tiene¡±, avis¨® al pasar. Brian lo dej¨® claro durante el rato que Pedro, Sir Peter en Inglaterra, se despidi¨® ¡°de todo el mundo¡±. ¡°?Papi, papi!¡±, grit¨® el chiquit¨ªn durante buena parte de un acto surgido del agradecimiento que siempre sentir¨¢ el extremo canario por el Barcelona.

¡°No tengo nada preparado, hablar¨¦ desde el sentimiento¡±, advirti¨® en presencia del vicepresidente Vilarrub¨ª y del directivo Jordi Moix. No estuvo el presidente Bartomeu: ¡°Me ha llamado, pero es un hombre muy ocupado y no puede estar¡±, le disculp¨® el extremo. No le import¨® demasiado porque estaban presentes, adem¨¢s de Luis Enrique y sus ayudantes, todos sus excompa?eros. Los capitanes, Iniesta, Messi, Busquets, y Mascherano los primeros. Reconoce que les echar¨¢ de menos, como a los empleados del club y a los socios.

Pero a Pedro no le queda otra y lo sabe. ¡°Lo mejor era tomar otro camino. Pod¨ªa quedarme y salir en la foto, pero no he querido¡±, asegur¨® para justificar una decisi¨®n dif¨ªcil y que tom¨® pensando en s¨ª mismo. Le ayud¨® una conversaci¨®n extensa con Mourinho ¡ª¡°me convencieron sus palabras¡±¡ª pero especialmente la idea de jugar en el Chelsea ¡ª¡°me gusta el club¡±¡ª la posibilidad de vivir en una ciudad como Londres y el hecho de tener amigos en la plantilla como Cesc, Diego Costa y Azpilicueta, seg¨²n razon¨®. Adem¨¢s, Pedro, que ha ganado 20 t¨ªtulos con el Bar?a siendo protagonista en muchos ¡ªmarc¨® en las seis competiciones de 2009 y ha marcado seis goles en siete finales¡ª se reconoce ¡°ambicioso¡± y no estaba dispuesto a acomodarse, por mucho dinero que le pagara el Bar?a tras renovar.

¡°Me siento triste por dejar la casa, pero contento y feliz por haberlo dado todo en cada entrenamiento y en cada partido. Me voy con la cabeza alta por defender los valores del club: la humildad, el sacrificio y la ambici¨®n¡±. Y eso, la ambici¨®n, es la que le ha llevado a dejar la Liga por la Premier a pesar de que los distintos estamentos azulgrana insistieron en que continuara en el Camp Nou.

¡°Un a?o duro¡±

¡°S¨¦ que como aqu¨ª no estar¨¦ en ning¨²n otro sitio, pero estoy contento por afrontar un nuevo reto, un desaf¨ªo. Quiero seguir jugando y ganando. La temporada pasada fue dura, tuve poco protagonismo, era dif¨ªcil encadenar partidos, hab¨ªa mucha competencia, pero aguant¨¦ por los compa?eros, por la afici¨®n, por todo el afecto recibido. Al final me he dado cuenta de que era mejor seguir otro camino. Quiero volver a sentirme importante¡±, admiti¨®. En esas, le llam¨® el Manchester United, ofert¨® el City, seg¨²n reconoci¨® ayer el extremo, y apareci¨® finalmente el Chelsea, que ech¨® el resto y mostr¨® ¡°m¨¢s inter¨¦s que nadie¡±. ¡°Me hubiera gustado retirarme en el Bar?a y s¨¦ que el club hizo todo lo posible para que me quedara, me daba todo lo que quer¨ªa, pero a mi edad sent¨ª que deb¨ªa buscar nuevos desaf¨ªos¡±, explic¨® Pedro. Y en eso est¨¢, vestido de azul. ¡°La verdad, el s¨¢bado me sent¨ª raro, son muchos a?os con la camiseta del Barcelona¡±, reconoci¨® el muchacho de Abades.

Pedro prepar¨® las maletas con Carol por la tarde con la idea de volver a Londres ayer mismo. Busca casa. Brian, su hijo, insist¨ªa tras juguetear con Thiago, el ni?o de Messi: ¡°?Papi, Papi¡±. ?l todav¨ªa no lo sabe, pero ayer su padre dijo adi¨®s al Bar?a, donde casi por sorpresa un d¨ªa se hizo mito.