Joan Garriga, mito y juguete roto
Fallecido en accidente de tr¨¢fico, atrap¨® al aficionado espa?ol de los 80 con su pilotaje y se hundi¨® por su adicci¨®n a las drogas
Su car¨¢cter y su estilo marcaron una ¨¦poca, definieron una temporada. Su pugna con Sito Pons atrap¨® al aficionado espa?ol y dividi¨® al p¨²blico en dos, encandilado por una rivalidad sin precedentes, pues hasta entonces los campeones locales s¨®lo ganaban t¨ªtulos de 50cc, 80cc o 125cc. Pero ¨¦l aspiraba a m¨¢s. Joan Garriga (Barcelona, 1963-2015) roz¨® la gloria el a?o 1988 cuando pele¨® por el t¨ªtulo de 250cc con su compatriota. Se encontr¨® a un paso de la corona cuando nadie hab¨ªa contado con ¨¦l entre los favoritos: los fallos de los principales candidatos al t¨ªtulo, incluido Sito, le permitieron acompa?ar con resultados ¨Clogr¨® tres victorias¨C su espectacular pilotaje. Y aquello, recuerda su gran rival, ¡°le dio alas¡±. Y la posibilidad de ganar el Mundial de dos y medio en la ¨²ltima carrera. Pero para ello necesitaba ganar. Y no lo hizo. Acab¨® quinto ¨Cun toque con Wimmer en la salida le dej¨® fuera de juego¨C y Pons lo hizo en el podio, lo que le convirti¨® en el primer campe¨®n espa?ol de la categor¨ªa intermedia. Si bien, aunque Sito gan¨® ¨Cy lo volvi¨® a hacer al curso siguiente¨C todos recuerdan aquella temporada del 88 por el duelo que protagonizaron los dos barceloneses.
Garriga compet¨ªa con una Yamaha, fina, estable, d¨®cil; Pons lo hac¨ªa con una Honda, potente, pura velocidad en las rectas. El primero, algo m¨¢s joven, 25 entonces, era m¨¢s impulsivo, espont¨¢neo, exagerado en sus gestos, un piloto agresivo y muy espectacular encima de la moto, en parte por su mayor estatura. El segundo, m¨¢s pillo y listo, de verbo pausado, pon¨ªa la calma y la cabeza. ¡°Le gustaba mucho la moto, le encantaba toquetearla, desmontarla, era muy manitas¡±, recuerda Pons un d¨ªa despu¨¦s de conocer la muerte de su mejor contrincante. ¡°Siempre vivi¨® muy a su manera, era diferente. Y siempre buscaba el camino m¨¢s corto. Eso no siempre sale bien¡±, a?ade con resignaci¨®n.
1988 fue su a?o, para bien y para mal. Garriga nunca pudo volver a ser el mismo piloto. Ya no gan¨® ninguna carrera m¨¢s. En 1989 no pudo mantener el nivel, ya con todas las miradas fijas en ¨¦l, esta vez s¨ª con el cartel de favorito. Se escud¨® en su inferioridad mec¨¢nica y busc¨® mejor suerte en 500cc en los primeros 90. Tras tres temporadas, logr¨® un podio en Donington Park. Y ah¨ª acab¨® el mito. Aquel 1992 acab¨® perdiendo el patrocinio de Ducados y se incendi¨® (o lo hizo ¨¦l mismo, dicen las malas lenguas, para cobrar el seguro) la nave en la que guardaba el cami¨®n y su motorhome. Se deprimi¨®. Y su carrera se fundi¨® en negro. Tambi¨¦n su vida.
Le gustaba mucho la moto, le encantaba toquetearla, desmontarla, era muy manitas¡± Sito Pons, ex piloto
Pasaron m¨¢s de 20 a?os entre aquel adi¨®s y una dram¨¢tica llamada al m¨®vil de Sito Pons. Al habla, el abogado de Garriga, que ped¨ªa ayuda. El piloto, que ya hab¨ªa sido procesado por tr¨¢fico de drogas y tenencia il¨ªcita de armas (aunque evit¨® su entrada a prisi¨®n) en 1998, acumulaba una deuda de 25.000 euros con el Ayuntamiento de Barcelona y, avisaba el abogado, estaban a punto de embargarle la casa: una propiedad en Vallvidriera, a las afueras de Barcelona, valorada en m¨¢s de un mill¨®n de euros. A los pocos d¨ªas, sali¨® de casa con lo puesto y cuando regres¨® ya no pudo entrar. Pons recibi¨® otra llamada: era un mosso d'esquadra: su otrora rival, desahuciado, estaba durmiendo en su Seat Panda, lo poco que no hab¨ªa perdido. Desde entonces durmi¨® m¨¢s de mes y medio en un hotel cercano; luego un amigo le prest¨® una casa; y termin¨® en un piso de alquiler (que no pod¨ªa pagar) y con su casa subastada por 260.000 euros. Su salud, adem¨¢s, se hab¨ªa deteriorado, consecuencia de los excesos y su adicci¨®n a las drogas. Sufri¨® dos infartos consecutivos en 2013, pero ni aquel aviso sirvi¨® de escarmiento.
?ltimamente intentaba ganarse la vida con la venta de camisetas firmadas por ¨¦l, arreglaba alguna moto de vez en cuando, y malviv¨ªa. En estos a?os recibi¨® ayuda de gente an¨®nima y no tan an¨®nima, como Ana, la mujer de Alex Crivill¨¦, como Dani Amatria¨ªn, exrepresentante de Jorge Lorenzo, y otros muchos. Pero, ¡°ayudarle no era f¨¢cil¡±. Lo asume uno de los que intent¨® hacerlo, Pons. La suya fue una relaci¨®n fr¨ªa y tensa en los 80, compleja en los ¨²ltimos dos a?os. Garriga, empa?ada su visi¨®n de las cosas, alejado de la realidad, ten¨ªa la sensaci¨®n de que el mundo, y especialmente su mundo, le daba la espalda: ¡°Me sent¨ª repudiado y maltratado, no respetado. Me han quitado la dignidad. Y dudo que la recupere¡±, admit¨ªa ¨¦l mismo en un duro documental que emiti¨® Telecinco este verano. ¡°No quer¨ªa curarse¡±, dice Sito con tristeza. Y agradece que la muerte lo pillara encima de una moto: ¡°Las turbulencias le hicieron perder el rumbo de su vida, es una pena. Hizo grande al motociclismo¡±. Joan Garriga falleci¨® este jueves como consecuencia de las heridas tras un accidente de tr¨¢fico acaecido el lunes.
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