James, un jugadorazo, lidera la goleada del Madrid al Betis
El conjunto de Ben¨ªtez despeja las dudas sobre su falta de gol tras arrollar con facilidad a un rival esquel¨¦tico, con el colombiano como figura y Bale como rematador
Se llama James y juega como un ¨¢ngel. Un jugadorazo. Asiste, golea, compite. Es singular en todo, por m¨¢s que Rafa Ben¨ªtez le dejara de lado en Gij¨®n, por aquello del revuelo que tiene con complacer a Bale y al palco. De vuelta a la Liga, James cop¨® el centro del escenario.
REAL MADRID, 5-BETIS, 0
Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos (Casemiro, m.64), Modric (Kovacic, m.75), James; Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Isco, m.53). No utilizados: Casilla, Pepe, Carvajal y Jes¨¦.
Betis: Ad¨¢n; Piccini, Pezzella, Bruno, Molinero (Jorge Molina, m.46); Xavi Torres, N'Diaye (Petros, m.81), Cejudo, Vargas; Dani Ceballos (Digard, m.52) y Rub¨¦n Castro. No utilizados: Gim¨¦nez, Portillo, Rennella y Westermann.
Goles: 1-0. M.2. Bale. 2-0. M.39: James. 3-0. M.47. Benzema. 4-0. M.49. James. 5-0. M.89. Bale.
?rbitro: A.Jos¨¦ Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez. Amonest¨® a Kroos, Varane, Vargas y Molinero.
83.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
El cafetero, de entrada, madrug¨® a la defensa adversaria con un servicio con frac y en bandeja a Bale. Luego, con el Madrid ya m¨¢s atrofiado tras su salida en tromba, sell¨® un gol con may¨²sculas, un pase terminal directo a la red en una falta desde el costado lateral. No fue un gol, fue un sombrerazo. La pelota, en comba, super¨® a Ad¨¢n y hubiera vencido a cualquiera. Un golpeo seco, estruendoso. Una maravilla. Tambi¨¦n estuvo en el tercero, el de Benzema, y certific¨® el cuarto, de chilena colombiana. Su repertorio es infinito. Al Betis, que apenas compareci¨®, solo le qued¨® aplaudir y cruzar los dedos, como en otra chilena, esta sevillana, de Sergio Ramos, que acab¨® interrumpida por el poste derecho de Ad¨¢n. Un equipo fantasma, sin hueso, de monaguillos. La nader¨ªa, mal asunto si quiere alquilar en Primera.
Arranc¨® de maravilla el Madrid, din¨¢mico, empe?ado, con ritmo. El ritmo de James, un gigante obligado a darse relevos con Isco, otro violinista. Cosas de un club m¨¢s mercantilizado que deportivo. De una entidad que flirtea con De Gea justo cuando la hinchada corea a Keylor Navas, que ha dado calma a la porter¨ªa madridista, un potro de tortura hasta hace un suspiro. Keylor se lo gan¨® ante el Betis, con dos intervenciones fant¨¢sticas frente a Rub¨¦n Castro, que no es un piernas ante el gol precisamente. Le mand¨® al garete en un mano a mano en el que se revolvi¨® como un gato y luego le falt¨® sacarle la lengua al detenerle un penalti como el que se sacude un mosquito. De Keylor a James, de James a Keylor, el Madrid se dio un fest¨ªn.
En el c¨¦sped, el f¨²tbol no atiende a politiqueos. A Ben¨ªtez le costar¨¢ ser Ben¨ªtez. Los despachos condicionan esa obsesi¨®n por el cientifismo futbolero que le ha distinguido a lo largo de su carrera. Es otra f¨¢bula, no las que ¨¦l cuenta. Para su suerte, ante el esquel¨¦tico Betis era el turno de James, capaz de tocar la corneta desde el costado izquierdo, de marcar la hora. Un reloj con botas. Y sin demora. Antes de los dos minutos, el colombiano tir¨® de periscopio y calz¨® el bal¨®n al flequillo de Bale, con los chicos del Betis en Babia, o no se sabe d¨®nde. Emboc¨® el gal¨¦s, cuyo resto de m¨¦ritos, espasm¨®dicos, llegaron, una vez m¨¢s, cuando se acost¨® por las orillas. Ah¨ª es Bale, el aut¨¦ntico, por mucho que su segundo gol, un zapatazo con mucha munici¨®n, tambi¨¦n llegara de forma frontal. Pero los goles no son siempre hijos del juego. Y el eje es asunto de Benzema, el mejor arquitecto del ataque. Y, a buen seguro, lo ser¨¢ de Cristiano, que tiene en Bale otra barricada a superar. Al portugu¨¦s, seco de nuevo, no se le ve c¨®modo. Ese traj¨ªn en la delantera le tiene extraviado por ahora. Pero volver¨¢, nunca se fue hasta la fecha. Como Messi, vidas paralelas, dos jornadas y a cero.
James a James, el Madrid mostr¨® un timbre de autoridad. No fue un equipo deslumbrante, pero ni siquiera tuvo que debatir con el Betis, un abanico para despejar de paso las dudas sobre la falta de gol. Le sacudi¨® como quiso. Le zurr¨® de inicio, templ¨® despu¨¦s y cuando puso otra marcha le dej¨® en la cuneta. Coser y cantar, con un Marcelo que sigue en alza, con buenos minutos del reaparecido Benzema, el m¨¢s pillo para moverse en ese embudo ofensivo que tercia Ben¨ªtez.
El Betis, una momia
Liquidado el Betis, un conjunto de garraf¨®n, en el primer acto, el Madrid no se demor¨® de vuelta. Al regreso del descanso le dio la puntilla en un parpadeo, suficiente para que el t¨¦cnico pudiera gestionar al grupo, con descanso para Kroos y Modric en favor de Casemiro y Kovacic. El partido era blanco, el Betis, una momia, ni siquiera asumi¨® el papel de resistente. En realidad, el encuentro fue un pase¨ªllo para los madridistas, que no precisaron siquiera de piquetes. Les bast¨® con acelerar a su antojo, con mucho de James y la puntualidad de Keylor Navas. Una jornada en la hamaca para disipar dudas antes del par¨®n por la jornada de selecciones. Hay gol. Hay James, un jugadorazo, y hay portero. El gobierno es cosa de Ben¨ªtez, al que Bale argumenta con goles. Y James, con goles y f¨²tbol, mucho f¨²tbol.
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