La mirada del ¡°apache¡±
Ayala-Dip descifra los or¨ªgenes y el car¨¢cter peculiar del delantero argentino Carlos T¨¦vez
El corresponsal en Buenos Aires, Carlos E. Cu¨¦, nos informa que Carlos T¨¦vez ha denunciado la pobreza en una provincia del noreste de Argentina, Formosa. Del texto de Cu¨¦ me quedo con algunos datos: los or¨ªgenes paup¨¦rrimos del ex jugador de la Juventus, su infancia en las chabolas ¡ªVillas miserias¡ª y su indeclinable fidelidad a los amigos del barrio. Pero, sobre todo, me quedo con una frase de T¨¦vez: "Yo soy de mirar mucho".
Los jugadores argentinos nos suelen sorprender no pocas veces con frases que te quedan en la memoria. Miren si no aquella de Saviola respecto a la situaci¨®n ling¨¹¨ªstica en Catalu?a: "En Barcelona si habl¨¢s en catal¨¢n sos Gardel". Ning¨²n extranjero acert¨® tanto en el diagn¨®stico del uso social del catal¨¢n.
El Apache ¡ªmote que le viene por el nombre de la villa miseria en la que vivi¨®¡ª alguna vez confes¨® que ¨¦l le debe todo al futbol. Le debe no solo su holgada situaci¨®n econ¨®mica en la actualidad sino no haber acabado acribillado a balazos por la polic¨ªa de la provincia de Buenos Aires. Tal vez por eso El Apache es de mirar mucho.
Para sobrevivir en medio de la miseria y el delito inevitable hay que estar muy atento. El Apache fue a Formosa a jugar un partido. Y lo que vio lo escandaliz¨®. Vio miseria y, sobre todo, mucha desigualdad. Gente que pasa hambre y otra ofensivamente que nada en la abundancia. El Apache conoci¨® los dos territorios.
La vida de Carlos T¨¦vez nunca fue f¨¢cil. Ni siquiera en los tiempos de bonanza. Me lo imagino observando lo que los gobernantes argentinos niegan. En la cancha, El Apache procede con la misma exigencia, casi dir¨ªamos moral. Por eso fuera de ella vio lo que vio. Pudo hab¨¦rselo callado, pero no lo hizo. La desigualdad se nota mucho como para no verla. O hacer como si no existiera. Sobre todo si eres de mirar mucho.
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