El M¨¢laga frena al Madrid
Kameni frustra al equipo blanco tras un partido con m¨¢s remates que buen juego
Hay d¨ªas que el f¨²tbol no depara otra cosa que la il¨®gica de su l¨®gica. Ocurri¨® en Chamart¨ªn, donde el Madrid que llegaba redondo de San Mam¨¦s se dej¨® dos puntos ante un adversario del cami¨®n escoba, un M¨¢laga sin gol en seis jornadas y que resisti¨® incluso con diez el ¨²ltimo cuarto de hora. Por el camino, el equipo blanco derroch¨® una bater¨ªa de remates, con Cristiano dale que dale, con Kameni iluminado, con los astros de timba. No es que el Madrid fuera de museo, pero con m¨¢s remango que finura tuvo al rival en las cuerdas la mayor parte del duelo, sobre todo en el segundo tramo, cuando el paso del tiempo menguaba su destino. El M¨¢laga respondi¨® con aplomo, con una sobria columna defensiva y con vuelo hasta que Amrabat solt¨® un codazo a Marcelo y dej¨® colgado a su equipo. Ni as¨ª pudo el Madrid, el mismo conjunto tan capaz de golear con estr¨¦pito al Betis y al Espanyol, como de estrellarse ante los novicios del Sporting y ante un M¨¢laga cosido con alfileres de plastilina.
REAL MADRID, 0-M?LAGA, 0
Real Madrid: Keylor Navas, Carvajal, Varane, Nacho, Marcelo, Kroos, Modric, Jes¨¦ (Kovacic, m.60), Isco, Cristiano Ronaldo y Benzema. No utilizados: Casilla, Llorente, Casemiro, Arbeloa, V¨¢zquez y Cheryshev.
M¨¢laga: Kameni, Rosales, Angeleri, Weligton, Miguel Torres, Recio, Tissone, Fornals (Horta, m.80), Juancar; Amrabat y Tighadoiuni (Juanpi, m.70). No utilizados: Ochoa, Albentosa, Duda, Charles y Cop
?rbitro: Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez (Comit¨¦ Castellano-Leon¨¦s). Amonest¨® a Varane, Nacho, Cristiano, Torres, Recio, Kameni y Juanpi. Expuls¨® a Amrabat con roja directa.
75.361 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
No fue un Madrid pl¨¢stico, sino un equipo enga?oso: tan anodino en algunas fases como capaz de encumbrar a Kameni, el portero rival, por oleadas. Con m¨¢s remates que juego, el grupo de Rafa Ben¨ªtez no tuvo una jornada expansiva. Impreciso por momentos, previsible en otros, sin embargo, se arrim¨® al gol con mucha frecuencia, con Cristiano anclado de ariete y como francotirador permanente. CR contra el M¨¢laga, CR contra Kameni, CR contra s¨ª mismo. Ah¨ª estuvo el duelo de la tarde. En todos los cap¨ªtulos, el choque estaba subordinado al portugu¨¦s. Sus compa?eros no siempre le encontraron con fluidez, pero este fen¨®meno se las apa?a como pocos para percutir por su cuenta. Esta vez le falt¨® su precisi¨®n de cirujano.
Pese a buscarse las habichuelas, CR demand¨® mejor sustento. Jes¨¦, rescatado por Ben¨ªtez tras algunos desencuentros, se acost¨® por la derecha, con Isco por la banda opuesta. Las intermitencias del primero y los nudos del segundo en poco beneficiaron a los madridistas. Los dos se saben en el alambre, se ven como dos becarios a examen por las bajas de James y Bale. En ambos prevalece la ansiedad, cuando son ellos quienes deben dar fluidez al f¨²tbol. No la tuvo el Madrid, que fue m¨¢s invasivo que jug¨®n. Poco a poco coloniz¨® el ¨¢rea del M¨¢laga, pero sin geometr¨ªa, m¨¢s por empuje y arrebatos que por un plan concreto. El cuadro andaluz se fue apagando en la medida en la que se fue fundiendo Amrabat, su mejor v¨ªa de escape mientras tuvo pilas y los cables en su sitio. A un cuarto de hora del final un cortocircuito, un zarpazo a Marcelo, le conden¨® con justicia al arresto. Antes y despu¨¦s, los malaguistas fueron ordenados y todo el equipo se dio al tajo con abnegaci¨®n. Tuvo sus ocasiones, alg¨²n amago amenazante de Amrabat y una falta ejecutada por Recio que de nuevo subray¨® la hoja de servicios de Keylor Navas. Con el tiempo, el grupo de Javi Gracia perdi¨® de vista la pelota y termin¨® por anidar en la cueva sin remedio.
Centrados Cristiano y Benzema en el ataque y con Jes¨¦ e Isco sin mucha onda, el Madrid se ventil¨® con los dos laterales, con Carvajal y Marcelo como extremos. Por su cuenta, el conjunto local produjo una catarata de centros laterales, la mayor¨ªa enganchados por Cristiano, la mayor¨ªa frustrados por Kameni. Su ¨²nico error, tras un disparo de Isco sin mucha dinamita, fue desviado por Weligton sobre la raya. Si la pelota no cruz¨® la l¨ªnea de gol fue por una u?a.
La entrada de Kovacic por el lesionado Jes¨¦ dio otra marcha al Madrid, ya beneficiado por la absurda fechor¨ªa de Amrabat. Asalto tras asalto, el gol local era lo ¨²nico pronosticable. Un espejismo. El M¨¢laga y la brujer¨ªa lo impidieron. La cara final de Cristiano era un poema, hasta con la mano intent¨® su en¨¦simo y ¨²ltimo remate. Un chasco total. No hay quien entienda a este Madrid, no hay quien entienda este f¨²tbol de desmentido en desmentido.
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