¡®Los Pumas¡¯ silencian el aullido de los lobos tonganos
Argentina saca partido a sus buenas fases y vuela en el tramo final para superar la intimidaci¨®n del cuadro oce¨¢nico (45-16)
La ¨²ltima vez que Argentina se enfrentaba a uno de los isle?os del Pac¨ªfico, Samoa ganaba a placer en suelo albiceleste. Fue hace diez a?os, el debut de Agust¨ªn Creevy, ahora capit¨¢n de Los Pumas. Mucho han cambiado las cosas para el rugby argentino en una d¨¦cada encomiable y esas diminutas e imprevisibles islas son ahora las encargadas de descifrar el enigma del favorito. El oval levanta pasiones; hasta Diego Maradona agitaba el pu?o desde el palco. As¨ª se ha impuesto este domingo a Tonga la versi¨®n dominadora argentina; m¨¢s joven y con m¨¢s repertorio que el combativo XV oce¨¢nico. Los Pumas, que cerrar¨¢n la fase de grupos con el tr¨¢mite ante Namibia, ya pueden pensar en el cuarto de final que disputar¨¢n en Cardiff.
Tonga esgrimi¨® de inicio la intimidaci¨®n como argumento, con ese ¡°pack de lobos¡± del que presum¨ªan antes del encuentro. Ayud¨® que Argentina errara en un par de despistes, una touch en la que Creevy no supo entenderse con sus compa?eros o la precipitaci¨®n de Herrera al empezar a correr, apartando la vista el bal¨®n antes de embolsarlo. Fue ganando metros la mel¨¦ tongana, exprimiendo sus 912 kilos de rabia; costaba placar a las furias oce¨¢nicas, como si cada viaje al raso fuera un insulto. As¨ª fue como el apertura Kurt Morath pos¨® bajo palos, impasible ante la intimidatoria sobra de Tom¨¢s Lavanini.
En su fase somnolienta, Argentina amag¨® con complicarse en una acci¨®n desorganizada que los tonganos estuvieron cerca de convertir en ensayo. Se le escurri¨® el bal¨®n a Takalua y Tonga solo ten¨ªa cinco puntos para validar su gran inicio cuando Los Pumas empezaron a desperezarse. A los grandes, el talento les vale para dormitar y exprimir hasta el infinito los momentos de vigilia, y eso hizo Argentina, con 20 puntos en apenas ocho minutos.
Herrera enmend¨® su fallo anterior con una continuaci¨®n meritoria, cedi¨¦ndole limpiamente el oval a Joaqu¨ªn Tuculet para que tomara la morada tongana. Con el rival descolocado, Argentina exprimi¨® a sus gacelas, dos alas imponentes como Santiago Cordero y Juan Imhoff. El primero rompi¨® la cerradura con una cabalgada imponente en el carril derecho, quebrando imparable hasta las inmediaciones de la 22 rival; Imhoff completar¨ªa el allanamiento con un quiebro mental, eligiendo el momento en el que toca la defensa viraba hacia el lado izquierdo para encontrar el contrapi¨¦ id¨®neo.
Nicol¨¢s S¨¢nchez manten¨ªa un acierto casi matem¨¢tico de cara a palos, pero Argentina no lograba imponer su lenguaje. Hac¨ªa o¨ªdos sordos Tonga, siempre deseosa de buscar la excepci¨®n, de sorprenderse a s¨ª misma con lo que su desorden pueda llegar a causar. Se esforzaba en defensa Tuculet, con un placaje oportuno que no solo sustrajo el equilibrio, sino el bal¨®n, pero el cuadro oce¨¢nico lograr¨ªa recortar distancias con una gran cesi¨®n de Veainu, capaz de aguantar una doble embestida junto a la banda, que el delantero Tonga¡¯uiha acompa?¨® bajo palos.
El problema de Tonga era que su apertura no canjeaba las oportunidades que manufacturaba su endiablada mel¨¦, un mal end¨¦mico que tambi¨¦n sufren Fiji o Samoa. Si Morath hubiera anotado sus patadas, su selecci¨®n habr¨ªa mandado en el segundo tiempo. Mientras ¨¦l hab¨ªa marrado dos golpes factibles, S¨¢nchez sac¨® el comp¨¢s a pasear y devolvi¨® a Los Pumas una ventaja de dobles d¨ªgitos. Las piernas hicieron en resto; el XV m¨¢s viejo de un Mundial frente a la segunda alineaci¨®n argentina m¨¢s joven del siglo, quiz¨¢s un factor desequilibrante en el ocaso de las grandes citas. Volaron los albicelestes en el tramo final y las marcas de S¨¢nchez, Montoya y Cordero valieron el punto bonus para una selecci¨®n que asume con naturalidad la rutina de los grandes.
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