De Gea pudo por fin ser De Gea
El meta deseaba un recital con La Roja como el de Kiev tras varias citas de baja exigencia
A los porteros que les toca demostrar sus cualidades les invade un deseo l¨®gico, aunque con ciertos tintes de ego¨ªsmo. Un guardameta consolidado ya en un equipo o en una selecci¨®n siempre dir¨¢ que dejar la porter¨ªa a cero sin ser exigido puede ser ideal. Un portero en plena fase de demostraci¨®n de cualidades tambi¨¦n elegir¨¢ la porter¨ªa a cero, pero no desde?ar¨¢ que para ello haya sido sometido a un bombardeo que le permita exhibirse.
David De Gea, de 24 a?os, abandon¨® el lunes el estadio Ol¨ªmpico de Kiev con la sensaci¨®n de que hab¨ªa cumplido con el partido que anhelaba desde hace tiempo. Tuvo 11 intervenciones de las que cuatro le valieron para encumbrarse por primera vez con la selecci¨®n. Nada que ver con el partido que hab¨ªa disputado en Macedonia (0-1) hace un mes en el que apenas fue exigido. Ni con los minutos que hab¨ªa tenido en sus otras internacionalidades. En ninguno pudo lucirse como en el del lunes en Kiev.
Se?alado como el indiscutible relevo de Iker Casillas, necesitaba dar un golpe en la mesa para cuando termine de culminarse esa ¡°transici¨®n dulce¡± con la que Vicente del Bosque bautiz¨® el relevo en la porter¨ªa de la selecci¨®n. De Gea es consciente de que el d¨ªa que tome el testigo ser¨¢ para desbancar a un mito. Necesitaba ese partido para presentarse a ese momento sin la necesidad de tener que demostrarlo todo desde el primer minuto.
Para llegar a ese punto m¨¢s hecho y con credenciales que hagan remitir las dudas, Vicente del Bosque ven¨ªa d¨¢ndole minutos desde que termin¨® el Mundial. De Gea es uno de los 16 jugadores con los que el t¨¦cnico ha seguido contando tras la decepci¨®n mundialista. Casos como el del portero del Manchester United forman parte del compromiso que adquiri¨® el seleccionador de iniciar una renovaci¨®n calmada a la vez que la selecci¨®n afrontaba la fase de clasificaci¨®n para la Eurocopa de 2016.
De Gea sac¨® todo su muestrario de portero moderno en Kiev. Responde a par¨¢metros similares a los de Peter Cech, Buffon o Thibaut Courtois, en los que la envergadura no est¨¢ re?ida con la agilidad, la rapidez de movimientos o la capacidad para llegar a los balones rasos. Salvo en casos excepcionales como los de Iribar o Yashin, siempre fueron m¨¢s propios de los porteros de menos envergadura. En su exhibici¨®n del lunes, De Gea ense?¨® la habilidad que le inculc¨® su padre, que tambi¨¦n fue portero, para utilizar los pies. El m¨¢s complicado fue el disparo de Rotan a bocajarro. Vencido hacia su izquierda, estir¨® la pierna derecha y afirm¨® el pie para desviarlo con fuerza por encima del larguero ante la incredulidad del mediapunta y la at¨®nita hinchada ucrania.
Terapia en casa de Mata
De Gea lo pas¨® mal la noche que se frustr¨® su fichaje por el Madrid. A¨²n le faltan detalles para conocer toda la verdad de lo que sucedi¨®, pero desde su entorno deslizan que tard¨® poco en levantarse. Le vino bien pasar la resaca del mal trago en la concentraci¨®n de la selecci¨®n. Tambi¨¦n la compa?¨ªa de Juan Mata en Manchester. Viven a menos de 60 metros en un ¨¢rea residencial cercana a la ciudad deportiva del United. En la casa de Mata tienen un punto de reuni¨®n habitual y all¨ª, tambi¨¦n con la presencia de Ander Herrera, ven partidos de f¨²tbol[/TEX] en una pantalla gigante o montan partidas de ping-pong. Pero no todo es f¨²tbol, Mata abre las conversaciones a temas que han ayudado a De Gea a madurar. Incluso la experiencia que vive V¨ªctor Vald¨¦s tambi¨¦n le ha hecho reflexionar sobre lo traicionero que puede ser el f¨²tbol.
Su capacidad para aislarse de la presi¨®n es innata. Es capaz de preguntar en el descanso de un partido tenso a Fran Hoeck, el preparador de porteros del United, por los resultados de la Liga espa?ola. All¨ª ha pasado de ser uno de los ocho jugadores peor pagados y cobrar por partido jugado a firmar un contrato que supera muy de largo los cinco millones que le ofrec¨ªa el Real Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.