El ¡®flair¡¯ de Michalak, una amenaza para Nueva Zelanda
El apertura franc¨¦s apela a su magia para volver a ser clave en cuartos contra los ¡®All Blacks¡¯
Los ingleses se rindieron hace a?os a un estilo de rugby distinto procedente de la ¨²nica potencia no sajona: Francia. Un juego vivo, sorprendente, intuitivo, dotado de una magia que denominaron French flair, algo as¨ª como tener duende en flamenco. Para muchos la actual selecci¨®n que disputa el Mundial en tierras brit¨¢nicas carece de ello. Por eso entre los aguerridos, dedicados y fuertes jugadores del XV del Gallo, el apertura Fr¨¦d¨¦ric Michalak (Toulouse; 1982) es un esp¨¦cimen de otro tiempo, capaz de despertar la ira de los hinchas por decisiones inconcebibles y minutos despu¨¦s levantar a todo el estadio por su genialidad. Una amenaza para cualquier equipo si tiene el d¨ªa inspirado, como comprob¨® hace ocho a?os Nueva Zelanda, su rival este s¨¢bado en cuartos del Mundial 2015.
En 2007, el 10 fue protagonista contra los All Blacks dando el pase para un pol¨¦mico ensayo que dio a los Bleus una inesperada victoria en cuartos de final. Este s¨¢bado, intentar¨¢ hacer lo mismo y llevar a Francia a su s¨¦ptima semifinal de los ocho torneos disputados. Para ello, Philippe Saint-Andre tambi¨¦n alinear¨¢ al veterano Morgan Parra como medio mel¨¦, en detrimento de Sebastien Thillous-Borde, posiblemente con la intenci¨®n de darle balones m¨¢s r¨¢pidos a Michalak para que saque a relucir su magia.
Michalak, que con 436 puntos en 76 partidos es el m¨¢ximo anotador de los Bleus, cumpli¨® 33 a?os el viernes y lleva desde 2001 visti¨¦ndose de azul, ya sea como medio mel¨¦ o como apertura, pero siempre creando juego. Seg¨²n expertos y aficionados, con la actual selecci¨®n de jugadores, Francia se ha olvidado de la segunda m¨¢xima del Rugby Champange: adem¨¢s de ganar hay que hacerlo con estilo. Pero para eso est¨¢ Fred. El 10 es un virtuoso que controla el juego y organiza a su equipo, un pateador consumado que adem¨¢s es capaz de cosas inveros¨ªmiles que sorprenden a cualquier jugador que no est¨¦ dotado algo de flair.
¡°Fred ha cambiado mucho con los a?os. Ahora se preocupa menos por su actuaci¨®n personal y acata mejor las consignas del entrenador y el plan general, pero no ha perdido su toque. El problema en el XV de Francia actual es que no tiene quien le siga¡±, explica Emile Ntamack, que comparti¨® vestuario con el joven Michalak cuando el apertura daba sus primeros pasos en la ¨¦lite con el Stade Toulousain y despu¨¦s le entren¨® siendo preparador de tres cuartos en el equipo nacional entre 2008 y 2011.
¡°Es un jugador ¨²nico. A¨²na calidad t¨¦cnica, visi¨®n de juego, precisi¨®n con el pie y eficacia en el juego a la mano. Pero, lo que le hace realmente especial es que es imprevisible. Es capaz de ver huecos y jugadas donde no las hay¡±, continua su antiguo compa?ero, para quien Michalak es un ejemplo claro del French flair.
Ntamack se apresura en elogiar la evoluci¨®n del 10, que ahora sacrifica un tanto el espect¨¢culo para ser m¨¢s efectivo. Con esta transformaci¨®n adem¨¢s ha conseguido paliar su falta de fiabilidad en algunas ocasiones, principal motivo de la relaci¨®n de amor-odio que tiene la prensa francesa con ¨¦l. ¡°Ahora, el ¨²nico problema es que si Michalak tiene un mal d¨ªa a Francia le va a resultar dif¨ªcil sobreponerse a posibles adversidades¡±, avisa el antiguo tres cuartos del XV del Gallo.
Ntamack no se esconde a la hora de explicar porque prescindieron del virtuoso apertura en el Mundial de 2011 en Nueva Zelanda y asegura que debido a las lesiones y a sus idas y venidas entre Toulouse y los Sharks sudafricanos no estaba en su mejor momento, algo que hasta el propio Michalak ha reconocido en alguna ocasi¨®n.
Pero aprendi¨® de los malos momentos y en su tercer mundial, Michalak es consciente de que para dirigir un equipo de rugby es m¨¢s importante la experiencia que el atrevimiento juvenil. La primera la ha demostrado y todav¨ªa conserva suficiente de lo segundo. Cuando en 2012 Philippe Saint-Andre volvi¨® a darle el 10 asegur¨® que volv¨ªa para ganar la Copa Webb Ellis de campe¨®n del mundo. Michalak demostr¨® hace ocho a?os que su ¡®flair¡¯ puede tumbar a los All Blacks y poder seguir luchando por su sue?o.
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