El Madrid B minimiza al PSG

Con un primer acto muy meritorio y un segundo tiempo m¨¢s regulado, el Madrid B someti¨® al llamativo PSG con todas sus estrellas al frente. Los blancos se mostraron como un conjunto bien coordinado, tan capaz para superar de largo a su rival antes del descanso como para despu¨¦s no agrietarse ante el mayor empuje local. Pese al asalto final parisino, esta vez no hubo titulares para Keylor Navas, salvo un pulso con Pastore. Un partido que permiti¨® contrastar que el Madrid tiene armario, que en la despensa hay material, que los Casemiro, Lucas, Jes¨¦, Cheryshev y compa?¨ªa compiten con solvencia mientras se ruedan en la m¨¢xima ¨¦lite. Ninguno desenton¨®, pese a la exigencia aparente del duelo.

Apareci¨® el PSG como un equipo m¨¢s pinturero para la foto que para producir el f¨²tbol que se espera de su millonaria galaxia. Un conjunto sin mucho remango que parece tramitar el juego con poca pasi¨®n, plomizo para desplegarse y siempre con la manta puesta, lo que reduce los efectivos en ataque. Ordena Motta pasito a pasito y, a partir de ah¨ª que Ibrahimovic o Di Mar¨ªa se busquen los cuartos, porque a Cavani le sueltan poca ca?a. M¨¢s bien contemplativo, el grupo parisino tampoco sierra al adversario con una presi¨®n con voltaje. Deja hacer y se arremolina al borde de su ¨¢rea. Es lo que hizo durante todo el primer tramo, hasta que de vuelta del descanso puso algo m¨¢s de colmillo. Y, de paso, Pastore le dio el sentido que no hab¨ªa tenido. Entre tanto gal¨¢ctico le han arrinconado porque s¨ª, la ley mercantil del f¨²tbol.

Ante el decepcionante PSG inicial, el Madrid tuvo una respuesta sin tachas. Actu¨® con personalidad, sin miramientos, sin reparar en las bajas de Carvajal, Pepe, James, Bale y Benzema y en las pupas de Modric y Kovacic, ambos en el banquillo al no estar en plenitud. Tampoco en el hecho, nada balad¨ª, de que Sergio Ramos tuviera que jugar con el hombro izquierdo infiltrado. Mal asunto cuando hay que chocar con pertiguistas de dos cuerpos como Ibrahimovic, al que no le hace falta cortarse la coleta para acabar retirado curso tras curso del trono europeo. Su techo es una semifinal de la Champions: con el Bar?a y hay que rebobinar hasta la temporada 2009-2010. Ramos, todo un dique, con algunos cruces extraordinarios, y Varane, bien aplicado, le condenaron una vez m¨¢s al olvido. Lo mismo sucedi¨® con Cavani, autor de la mejor y casi ¨²nica oportunidad local justo tras el intermedio, y Di Mar¨ªa. Ambos se fueron a la ducha antes del final tras un encuentro por el que pasaron sin ruido alguno, de forma lateral.

Sin fisuras

Resulta curioso que el Madrid m¨¢s firme de la temporada durante un largo trecho del encuentro estuviera en cuadro en Par¨ªs. Su despliegue no dio para a?oranzas. Jug¨® con orden, sin fisuras, equilibrado en la cueva y en la ofensiva. Rafa Ben¨ªtez situ¨® a Jes¨¦ a la izquierda, con Lucas V¨¢zquez a la derecha y Casemiro dejando barra libre a Kroos. Los cuatro se movieron con soltura, bien conectados a Isco, en el Parque de los Pr¨ªncipes segundo delantero bajo la tutor¨ªa de Cristiano. El portugu¨¦s tuvo dos cabezazos consecutivos desviados del gol por los dedos de Trapp. Antes, Kroos, que con Casemiro puede infiltrarse hacia el ataque, hab¨ªa dejado mano a mano a Jes¨¦ con el meta local, que le ceg¨® el disparo. Mandaba el Madrid, por actitud y aptitud, con Isco ingenioso, Jes¨¦ y Lucas sin arrugarse, cara a cara con cualquier contrario, cada d¨ªa m¨¢s asentado. Un proyecto interesante el del exjugador del Espanyol, con recorrido por el carril y mucho desparpajo.

La entrada de Pastore, reclamado por la grada, que murmullaba porque nada le gustaba lo visto, y Lucas Moura cambi¨® al PSG, que se torn¨® m¨¢s din¨¢mico, m¨¢s explosivo. Al Madrid se le hizo m¨¢s costoso aguantar el tir¨®n, aunque tuvo el marcador a tiro tras una contra con el punto final de Cristiano, cuyo disparo cruzado se fue por un palmo. Ben¨ªtez refresc¨® al equipo con Cheryshev y Modric, pero no logr¨® recuperar el mandato. Tras una hora para la victoria, el Madrid sinti¨® a su enemigo en el cogote y no le qued¨® m¨¢s remedio que achicar, que barrer y barrer delante de Keylor. Un final algo ag¨®nico para un duelo en el que la mayor parte del tiempo logr¨® empeque?ecer a un PSG m¨¢s ilustre en la alineaci¨®n que en el juego. Menos ilustre fue la del Madrid, lo que revaloriza su paso por la capital francesa.